Animales curiosos: los Oligoquetos; unos aliados del agricultor.

Si te digo que existen unos anélidos de la clase oligoquetos, que son detritívoros y muy útiles en la agricultura, seguramente te quedarás igual que estabas. Pero si añado que entre ellos se encuentran los vulgarmente conocidos como “lombrices de tierra” entonces ya sabemos de qué estamos hablando.

Oligoquetos significa “pocos pelos o barbas”, se denominan así para diferenciarlos por ejemplo de los poliquetos (con muchos pelos) que suelen habitar en las zonas marinas. Estos pelos son las “quetas”, unas formaciones filiformes que según la clase a que pertenece el animal, existen o son sólo vestigiales, como es el caso de las lombrices de tierra.

Hoy elegí este animal por ser curioso y digno de estudio. Es cierto que su aspecto no resulta especialmente atractivo, pero sus cualidades y los beneficios que representa para nosotros están fuera de toda duda, y no me estoy refiriendo a que tienen un cuerpo que parece idealmente diseñado para ser ensartado en un anzuelo y utilizarlo como cebo para la pesca, que también, si no a las cualidades que hacen de él, vivo, un aliado en nuestras tareas agrícolas y de jardinería.

Basta decir, que ya en su tiempo Aristóteles denominó a este animal “arado” o “intestino de la tierra”, significativo de que tenía unas características beneficiosas para la constitución de los suelos. No menos importancia recibió en el antiguo Egipto, donde la Reina Cleopatra le dio categoría de animal sagrado, castigando duramente a quien osara sacar a estos animales fuera de su Reino.

El famosísimo Charles Darwin, célebre por la nueva doctrina que creó con sus libros “El Origen de las Especies…” y el “Origen del Hombre”, se interesó por estos animales, y de hecho escribió sobre ellos en 1881 en la obra “La Formación de la Tierra Vegetal por la Acción de las Lombrices”, que dio lugar a una serie de estudios que culminaron en la actualidad en una especialidad de la zootecnia llamada lombricultura.

Las lombrices de tierra no tienen apéndices, ni ojos, la boca no tiene dientes y estructuralmente son muy simples, pero poseen una aparato digestivo muy especializado para consumir detritos, es decir, residuos de los suelos proveniente de la descomposición de materias orgánicas y minerales, y capaz de procesarlos y devolverlos en forma de humus.

En realidad, las lombrices de tierra consumen prácticamente todo lo que encuentran a su paso. Puede parecer insignificante la labor que un animal tan diminuto realiza en los suelos, pero no es menos sorprendente saber que en un terreno de pastos de tan solo 1000 m2, pueden habitar 200.000 lombrices, que depositadas todas sobre una balanza sobrepasarían la tonelada de peso. Haciendo comparaciones, sobre ese mismo terreno equivaldrían más o menos a media docena de terneros pastando. Imaginad que esas lombrices se alimentaran de hierba en vez de tierra ¿cuánto tardarían en pulirse los 1000 m2 de pasto?

Pues imaginad ahora a esas 200.000 lombrices bajo el suelo. Ellas excavan túneles, forman extensas redes de galerías, tragan tierra con todos sus componentes (restos vegetales y minerales) e incluso diminutos insectos, mezclan la tierra y lo devuelven todo al suelo en forma de humus una vez pasado por su aparato digestivo. Podría exponer todas las excelencias químicas del humus que entregan a la tierra, pero para no perdernos en disquisiciones diré simplemente que se trata de una materia fertilizante de alto rendimiento, muy superior al estiércol en elementos nutritivos, de pH neutro y de gran valor agrícola por su facilidad para ser asimilada por las raíces de las plantas, entre otras numerosas cualidades, como su capacidad para retener la humedad del suelo.

Pero las lombrices de tierra no sólo son útiles para la elaboración de humus, además colaboran en la aireación e hidratación del suelo. Cuando excavan formando túneles en todas direcciones, crean largos caminos por los que puede penetrar el agua y el aire, oxigenando, permitiendo que la tierra “respire”. A la vez, mientras perforan mezclan la tierra y con ello el propio humus que generan, dejando el suelo listo para que las raíces de las plantas puedan desarrollarse fácilmente y asimilar todos los nutrientes.

Existen más de 1800 especies de lombrices clasificadas. Los géneros lumbricus (como el lumbricus terrestris), enchytraeus y allolobophora, son los que tienen más importancia para la fertilidad de los suelos.
Son hermafroditas, es decir, que poseen a la vez el sexo masculino y femenino; sin embargo no pueden fecundarse a sí mismos, ya que ambos órganos maduran en tiempos diferentes, por eso requieren de otro individuo para reproducirse.

Espero que después de leer este artículo, la próxima vez que te encuentres con uno de estos animalitos lo observes con mentalidad diferente. Incluso que te parezca atractivo, por que el conocimiento puede ayudarte a ver en él otra imagen alternativa a la del rechazo que suele causar.