La guerra de Las Malvinas: Guerra de ondas y palabras

(Artículo redifundido)

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La Guerra del Atlántico Sur puso en jaque a la libertad de información. Puede sonar a verdad de Perogrullo; pero si bien era previsible que el régimen militar que imperaba en Argentina hacia 1982 optara por un férreo control informativo, no lo era tanto que el gobierno británico adoptara una línea similar.El número 10 de Downing Street en Londres, al igual que la Casa Rosada en Buenos Aires, veía con malos ojos cualquier intento por cuestionar su cruzada por la reconquista de las Falklands o Malvinas, incluso desde el más estricto y desapasionado rigor periodístico.

En el éter se cruzaron voces oficialistas, independientes y clandestinas. En ese frente hubo varias pulseadas, pero la que tuvo mayor relevancia ante los ojos del mundo fue la que protagonizaron la primera ministra británica Margaret Thatcher y la BBC, corporación pública pero con independencia del poder político.

A la «Dama de Hierro» se le pusieron los pelos de punta ante la negativa de la BBC de hablar de «nuestros soldados», en referencia a las tropas británicas.

Este largo y amargo duelo de titanes, que incluyó además a otros medios de prensa «disidentes» como el matutino The Guardian, prosiguió hasta mucho después del fin de las hostilidades.

Dentro de esta historia hay un capítulo completo en español y que alude directamente al Servicio Latinoamericano de la BBC.

Habla Londres

La invasión -o reconquista- del archipiélago en pugna por parte de tropas argentinas el 2 de abril de 1982 tuvo un tremendo impacto en Bush House, la sede del Servicio Mundial de la BBC, en pleno centro de Londres.

Las moribundas transmisiones en español -el servicio para España había cerrado poco antes y se preveían varios recortes en el dirigido a América Latina- recobraron vida de la noche a la mañana, con más noticieros, programas de análisis, más horas de transmisión, más periodistas y la inclusión por primera vez -sí, está leyendo bien- de voces femeninas en los boletines de noticias y demás programas informativos.

Varios colegas que trabajaban en el Servicio por entonces recuerdan emocionados los logros profesionales de aquellos meses interminables, el compromiso de dar lo mejor de sí y el dolor de ser protagonistas indirectos de una guerra entre el país en el que residían y una nación latinoamericana.

«Es seguro que hubo grandes presiones de parte del gobierno sobre la dirección de la BBC, pero a nosotros los periodistas nunca nadie nos impuso qué había que cubrir en materia informativa», relata la mexicana Julia Zapata, actual editora de estas páginas.

Nunca nadie nos impuso qué había que cubrir… Sólo una vez alguien sugirió que adaptáramos un informe sobre las ovejas en las islas

 

«Sólo una vez alguien sugirió que adaptáramos un informe sobre las ovejas en las islas, lo cual causó gran hilaridad y se rechazó de plano; de hecho, quien lo sugirió resultó ser nada más que un apasionado por la agropecuaria», agrega.

Entre un sinnúmero de anécdotas como ésta, vale detenerse en un lineamiento editorial que ejemplifica el estilo de la BBC: al referirse al archipiélago de la discordia entre británicos y argentinos, siempre se habla de «Falklands o Malvinas».

¡Psst! Señor… ¿Qué dice la BBC?

Durante el conflicto, el Servicio Latinoamericano tuvo un papel protagónico como fuente de información en el cono sur americano, en especial en el Río de la Plata.

Varias radios argentinas con alcance nacional realizaban a diario enlaces con Londres. Pero un decreto del gobierno militar prohibió tales conexiones al poco tiempo. Emisoras de Uruguay y Chile, que podían sintonizarse incluso en las islas, tomaron la posta.

Paralelamente, la junta militar dispuso el jamming o interferencia deliberada de las transmisiones de onda corta de la BBC, tanto en inglés como en español. Pero tuvo poco éxito ya que, según registros de la época, las diferentes frecuencias podían sintonizarse sin mayor dificultad en toda la región.

Los verdaderos inconvenientes para la BBC vendrían, sin embargo, desde la misma Londres.

Propaganda radial

El poder de los medios de comunicación, y en particular el de la radio como arma propagandística, quedó demostrado una vez más en la Guerra del Atlántico Sur. Y de esto se ocuparon tanto el gobierno argentino como el británico.

«Radio Atlántico del Sur» fue la respuesta del gobierno de Thatcher ante la negativa de la BBC a renunciar a su imparcialidad.

A pesar de la airada protesta de la corporación, el ministerio de Defensa británico tomó el control de un transmisor de onda corta que regularmente utilizaba el Servicio Mundial en la isla atlántica de Ascensión. Los oyentes fueron informados de inmediato.

«La BBC reaccionó ante esto avisando a la gente que escuchaba en Argentina sobre todo, que a partir del día siguiente (…) en lugar de escuchar información iban a escuchar propaganda inglesa», recordaba el ya fallecido escritor argentino Osvaldo Soriano en un documental realizado en 1992.

En efecto, por la frecuencia de 9.710 kHz salió al aire una variada programación en español producida en Londres, que incluía desde espacios «informativos», mensajes presuntamente escritos por madres de soldados argentinos para sus hijos e incluso una «pausa sentimental», todo diseñado a la medida para doblegar la moral de los combatientes.

El equipo de locutores de Radio Atlántico del Sur estaba integrado tanto por ingleses como por latinoamericanos, que carecían de una adecuada capacitación para transmisiones en vivo. A pesar de las dos décadas transcurridas, fue imposible encontrar a una persona que haya participado de estas emisiones y que estuviera dispuesta a contar su historia.

Hola, soy Libertad. He decidido mostrarme al mundo, desde una tierra muy lejana para ustedes y muy cercana para nosotros. Yo soy las islas Malvinas, Sandwich y Georgia del Sur. Yo soy una voz, un espíritu, un país. Soy quien con orgullo puede hoy decir que el mundo escucha cuando Argentina habla

Traducción de la identificación de Radio Liberty

El gobierno argentino, por su parte, recurrió a la misma táctica de persuasión psicológica, pero en inglés.

«Radio Liberty» salió al aire, con la sensual y pausada voz de una locutora que, con las campanas del Big Ben de fondo y los compases de «Yesterday» de los Beatles, recordaba a los soldados británicos cuán lejos estaban de su tierra, de su gente.

Muchos dudan de que tanto «Radio Atlántico del Sur» como «Radio Liberty» hayan sido sintonizadas regularmente por los soldados a los que estaban dirigidas. Tras el fin de la guerra, ambas señales desaparecieron para siempre, sin dejar rastros.

Por su parte, la BBC recibió el reconocimiento del público, en particular el latinoamericano, como lo demostraron cientos de cartas y testimonios recibidos durante y después del conflicto.

Es el caso de un joven oyente internado en un hospital de Buenos Aires, que fue rodeado por decenas de pacientes, enfermeras y médicos para escuchar, a través de un pequeño receptor de onda corta, qué decía el Servicio Latinoamericano tras la rendición de las tropas argentinas el 14 de junio de 1982.

Escribe Roberto Belo, de BBC Mundo.

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Un comentario:

  1. Jorge Cavallin

    Hola , durante el 82 estaba en el ejercito argentino y solia escuchar Liberty. Donde puede conseguir alguna grabacion para descargar de esta emisora. Gracias – LU2QBK

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