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Lengua
LAS LENGUAS PENINSULARES
Las lenguas cooficiales de España - 1ª parte
Introducción
n España se hablan cuatro lenguas: castellano, catalán, gallego y vasco. El castellano es idioma oficial de todo el Estado español y cooficial (junto a las otras tres lenguas) en las comunidades autónomas de Cataluña, Galicia y País Vasco.
España es un Estado plurilingüe. Además del castellano, se hablan el catalán, el gallego y el vasco. Haremos una salvedad respecto del catalán, pues también se habla en Valencia y las Islas Baleares un idioma muy similar, aunque con sus propias peculiaridades, que en esas comunidades identifican como propio y original bajo la denominación de "valenciano" y "balear", respectivamente.
El castellano o español es la lengua oficial del Estado y la que sirve como medio de comunicación entre hablantes de los distintos dominios lingüísticos. Las otras lenguas son cooficiales en sus respectivos dominios.
El catalán y el gallego son, como el castellano, lenguas románicas.
El vasco o euskera es anterior al latín, y su origen -no indoeuropeo- sigue siendo un enigma. Las tres han conocido épocas de mayor o menor vitalidad y han mantenido relaciones más o menos conflictivas con el castellano.
Al igual que el castellano, otros dialectos del latín peninsular se convirtieron en lenguas: al oeste, el gallego (o, más propiamente, gallego-portugués), y al este, el catalán, conocieron pronto un uso culto y literario y se extendieron al sur: el gallego hasta el Algarve; el catalán por el Mediterráneo, hasta Valencia y Murcia.
A partir del siglo XVI, razones históricas y culturales --la hegemonía de Castilla, la convicción de que el castellano permitía ampliar el número de interlocutores-- determinaron el retroceso del gallego y del catalán como lenguas de cultura, si bien siguieron empleándose coloquial y familiarmente en sus áreas. Es sólo en el siglo XIX cuando, en una coyuntura histórica favorable (hegemonía económica de la periferia, exaltación romántica de los nacionalismos y regionalismos), el catalán primero y más tarde el gallego conocen otra vez el prestigio que perdieron y una pujante literatura se expresa en esas lenguas.
El caso del vasco --anterior a la romanización-- es algo distinto. Más tardío en su expresión escrita (el primer texto literario conservado es del siglo XVI) y muy fragmentado en dialectos, su empleo ha sido, desde la Edad Media, geográfica y socialmente más limitado: sólo en parte del País Vasco español y francés; uso familiar y coloquial, con empleo del castellano para la intercomunicación regional y, frecuentemente, para situaciones más formales. Su reivindicación como lengua de cultura es un hecho reciente y a ello se orienta la elaboración de una norma supradialectal: el vasco unificado ("euskera batua").
Si hacia 1930 se hallaban puestas las bases de una recuperación y dignificación de las lenguas minoritarias de España, el régimen salido de la guerra civil de 1936-39 supuso un enorme retroceso, bajo el peso de un castellano adoptado por la Dictadura como lengua propia y exclusiva.
El restablecimiento de la democracia permitió recobrar a las otras lenguas sus libertades y los medios para el ejercicio de éstas (oficialidad, escolarización, uso público, etc.)