JARDINERÍA - CONOCIMIENTOS BÁSICOS: Lecciones básicas de jardinería - 2ª parte
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Jardinería

CONOCIMIENTOS BÁSICOS

Lecciones básicas de jardinería - 2ª parte


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Controlar la luz y la temperatura (continuación)

La temperatura según la especie y origen

eterminar la temperatura adecuada para cada especie es otro factor de gran importancia, aunque puede establecerse una norma general para plantas de origen tropical, que son las que utilizamos habitualmente como plantas de interior, y  por la cual temperaturas de entre 20º y 24º C. para el día, y de entre 18º y 20º C para la noche, se considerarían adecuadas para un desarrollo normal.

Hay no obstante que observar algunas precauciones: debemos alejar las plantas de las fuentes de calor o frío, o que mantenga fluctuaciones de temperatura, por ejemplo en invierno una ventana o un calefactor.

En invierno y en climas continentales, las plantas de exterior no perennes terminarán perdiendo sus hojas o muriendo. Si soportan las temperaturas y se sumergen en un periodo de reposo, renacerán o volverán a rebrotar durante la primavera.

Es un factor de importancia determinar la temperatura adecuada para cada especie
Es un factor de importancia determinar la temperatura adecuada para cada especie

Las corrientes de aire

Hay que tener cuidado con las corrientes, pues en muchas ocasiones las plantas mueren o parecen enfermas sin apariencia, a pesar de que se las riegue y controle en sus otros parámetros, siendo la causa probable el que se hallen próximas a corrientes intempestivas, tales como puertas que se abren con frecuencia, o entre el paso de dos ventanas.

Determinadas plantas, como los helechos, son especialmente sensibles a las corrientes
Determinadas plantas, como los helechos, son especialmente sensibles a las corrientes

El efecto de las corrientes sobre las plantas es el de cambios súbitos de temperatura, que aunque puede ser de pocos grados no son soportadas por muchas especies; los helechos, por ejemplo, son especialmente sensibles a estos cambios bruscos de temperatura.

Atender al riego y el drenaje

El riego, al igual que la luz y la temperatura, son parámetros que dependen del origen de cada planta.

En las plantas de interior, que suelen proceder de climas tropicales, debemos adoptar las siguientes recomendaciones:

No permitir que la tierra se seque completamente

Hay que tocar la tierra, incluso escarbando si fuese necesario, y comprobar que permanece húmeda entre riego y riego. Esta recomendación no es necesaria en el caso de los cactos y algunas crasas, que son capaces de sobrevivir con altos niveles de sequedad.

Evitar el encharcamiento

A excepción de las plantas acuáticas, la mayoría de ellas prefieren la tierra húmeda. Hay que tener en cuenta que una planta de interior muere antes por exceso de agua que por defecto, por ello el regar continua y abundantemente puede ser incluso contraproducente.

Como norma, en plantas de interior hay que mantener la tierra húmeda y evitar el encharcamiento
Como norma, en plantas de interior hay que mantener la tierra húmeda y evitar el encharcamiento

Hay plantas cuyo mejor sistema de riego es la inmersión del tiesto durante un momento, de forma que por capilaridad llegue el agua hasta el tallo. Después se extrae el tiesto del agua y se deja que escurra el sobrante; de vez en cuando se comprobará el plato que tenga debajo tirando el agua que contenga.

En general, ajustarse a los condicionantes y características de cada especie

Por ejemplo, las de hoja caduca y frondosas suelen precisar más agua que las coníferas, salvo en invierno; aunque otros aspectos como el terreno y exposición influirán también en los niveles de riego.

El drenaje es un complemento del riego que no debe desdeñarse

Al regar, y una vez han quedado humedecida la tierra y las raíces, siempre sobra una cantidad de agua que deberá evacuarse. Si esa evacuación no es suficiente se producirá encharcamiento, que puede ser muy perjudicial, sobre todo para las plantas de maceta. Este recomendación debe tenerse especialmente en cuenta en lo que respecta a los cactos y crasas, pues su débil y sensible sistema radicular le impide procesar el exceso de humedad.

En los tiestos deberá practicarse un orificio, si no viene con él, para desalojar el agua sobrante, tapándolo con una pequeña piedra u otro material similar para que el agua no drene demasiado rápido. Si el tiesto no posee este orificio ni tampoco puede practicarse, como es el caso de los frascos de vidrio, debe entonces colocarse en el fondo un capa de grava o arena de río, espaciando los riegos. Simplemente inclinando la vasija de vidrio puede comprobarse si está encharcada.


Los tiestos suelen venir con un agujero para drenar el agua sobrante, pero en caso de no existir puede practicarse uno o más utilizando un taladro

Debemos valorar el material con que están construidos los tiestos cuando vayamos a regar. El barro transpira, mientras que el plástico no. Podemos regar o sumergir las plantas si utilizamos barro; si por el contrario utilizamos recipientes de plástico, éstos son más adecuados para pulverizar con frecuencia y en pequeñas cantidades, ya que la humedad se conservará por más tiempo. Recuerda que la cerámica vidriada no transpira, y que muchos recipientes son puramente ornamentales y no disponen de drenaje (se utilizan para introducir dentro otro tiesto más pequeño).

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