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Inventos e inventores
INVENTOS QUE CAMBIARON EL MUNDO
Fuente: Simon Usborne
Introducción histórica - 4ª parte
Sin olvidarnos de...
a leyenda dice que unos 150 años antes de nuestra era el ingeniero chino Ch’ao-Ts’so construyó el primer sismógrafo para terremotos. Lo que sí se sabe es que el sismógrafo como tal fue desarrollado por el matemático Zhang Heng en el siglo II d. C., quien defendía la esfericidad de la Tierra con nueve continentes, e introdujo una cuadrícula cartográfica, que hoy conocemos como latitud y longitud.
El sismógrafo se utilizaba para saber la dirección en la que había sucedido el terremoto. Tenía el aspecto de una copa de cobre de 2,5 m de diámetro. A lo largo de su perímetro se situaban ocho cabezas de dragones repartidas simétricamente. En cada boca había una bolita de bronce, y en el soporte, ocho ranas con las bocas abiertas debajo de las de los dragones. La boca del dragón, que dejaba caer la bolita en la de la rana correspondiente, era la que indicaba la dirección del seísmo.
Sismógrafo Zhang Heng
Con una reproducción moderna del antiguo sismógrafo chino realizada por el Observatorio Sismológico de la Universidad de Tokio se descubrió que la bola no caía a consecuencia de la onda longitudinal (P), sino por las ondas transversales secundarias (S), que llegan un poco más tarde. Se trata de un dato interesante, pues el sismógrafo moderno fue diseñado por De La Hautefeuille en 1703.
A la vista de estos hallazgos en todos los campos del conocimiento humano, el escritor y filósofo chileno Jorge Palacios, especialista en la cultura de la antigua China y ex director del Departamento de filosofía de la Universidad de Chile, afirma que el origen de la civilización china mantiene una estrecha asociación con una milenaria intervención extraterrestre. Sustenta su teoría en abundante documentación, la cual revelaría el nexo que existe entre la cultura oriental con los seres de otros mundos.
Jorge Palacios afirma poseer los argumentos suficientes como para sustentar su osada tesis, que le ha llevado diez años desarrollar. Intenta demostrar que existe una serie de episodios históricos misteriosos que se encuentran sin resolver respecto al origen milenario de este país oriental. Afirma que los chinos poseen un idioma único en el mundo y más de 800 dialectos diferentes. Los signos monosílabos que emplean en su escritura representan directamente los hechos sin pasar por la fonética, un sistema que sólo ellos manejan y que es ideal para civilizar a un pueblo.
Al igual que ocurrió en Egipto o en Mesopotamia, Palacios comenta que, unos 4000 mil años a. C., existió una predinastía de emperadores míticos en China, donde aparecen extraños personajes que vienen desde el cielo para transferir su sabiduría a los humanos, enseñándoles a manejar las tierras, diseñar el paisaje, crear drenajes de aguas y hacer prolíferas la agricultura y las redes de comercio, todo lo cual estaría debidamente registrado en antiguos textos que aluden a estos episodios.