HISTORIA Y ARTE - EL SIGLO XX: Mentalidad y pensamiento - 3ª parte

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Historia y Arte

EL SIGLO XX

Mentalidad y pensamiento - 3ª parte


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Las condiciones materiales (continuación)

l alto grado de especialización, derivado de la producción en serie, ha hecho que, en gran medida, desaparezca la imagen del trabajador que conoce su oficio, porque ya no es necesario conocer un oficio. Se calcula que, en el mundo industrializado, el 75 por ciento de los trabajos pueden realizarse tras un aprendizaje de tan sólo treinta días. De este modo, las tareas laborales se transforman en procesos mecánicos y repetitivos carentes de todo incentivo creativo y sujetos a la más absoluta monotonía.

En aras del aumento de los índices de productividad, el hombre ha dejado de realizarse a través del trabajo en esa transformación de la naturaleza que durante siglos le hizo sentirse dominador de la misma y creador de cuanto necesitaba.

Ahora bien, desde mediados de siglo, con la aparición de los procesos de producción automatizados y, sobre todo en los últimos años, con la incorporación de la robótica, los trabajos más monótonos, repetitivos y peligrosos ya no los hacen los trabajadores sino las máquinas, pero ello está dando lugar a una situación semejante a la del siglo XIX, al hacer que sobre gran cantidad de mano de obra y que cada día resulte más difícil encontrar un puesto de trabajo.

En los países en los que se está dando este fenómeno los subsidios de desempleo cubren parte de las necesidades económicas de las masas trabajadoras, pero ello no supone dar solución al problema de una población parada que se puede sentir marginada en un mundo en el que el trabajo es el medio de integración social predominante.

Las nuevas aspiraciones

Desde sus más remotos orígenes, la humanidad ha tenido como aspiraciones más constantes la búsqueda del bienestar y el deseo de libertad. Es evidente que los conceptos de bienestar y de libertad son relativos y dependen de las condiciones materiales e históricas de cada época, y, por lo tanto, lo que resulta inalcanzable en un momento dado, se transforma en exigible en otro posterior. De este modo, las nuevas condiciones materiales e históricas que el siglo XX ha ido generando han dado lugar a la aparición de nuevas aspiraciones y nuevos deseos en la sociedad de nuestro tiempo.

Desde el punto de vista económico-social, el hombre del siglo XX ha ido incorporando a su lenguaje cotidiano un repertorio de exigencias de carácter fundamentalmente material que, poco a poco, va consiguiendo hacer realidad: jornada de ocho horas, salarios mínimos, seguros de desempleo, subsidios de vejez o de enfermedad, vacaciones pagadas, derecho al trabajo, igualdad de oportunidades, derecho a la educación, etc.

Desde el punto de vista político-social, el siglo XX ha significado la aparición de una ideología igualitaria que ha dado lugar a movimientos como el "sufragista" mediante el cual la mujer ha exigido la igualdad de derechos políticos y que se concretó, en los primeros años del siglo, en la lucha por el derecho al voto femenino.

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