El sabio no dice todo lo que piensa, pero
siempre piensa todo lo que dice.
Considero más valiente al que conquista sus
deseos que al que conquista a sus enemigos, ya que
la victoria más dura es la victoria sobre uno mismo.
La inteligencia consiste no sólo en el
conocimiento, sino también en la destreza de aplicar
los conocimientos en la práctica.
Cualquiera puede enfadarse, eso es algo muy
sencillo. Pero enfadarse con la persona adecuada, en
el grado exacto, en el momento oportuno, con el
propósito justo y del modo correcto, eso,
ciertamente, no resulta tan sencillo.
Algunos creen que para ser amigos basta con
querer, como si para estar sano bastara con desear
la salud.
No basta decir solamente la verdad, mas conviene
mostrar la causa de la falsedad.
La esperanza es el sueño del hombre despierto.
Sólo hay felicidad donde hay virtud y esfuerzo
serio, pues la vida no es un juego.
Piensa como piensan los sabios, mas habla como
habla la gente sencilla.
Lo que con mucho trabajo se adquiere, más se
ama.
Somos lo que hacemos día a día. De modo que la
excelencia no es un acto sino un hábito.
Los tiranos se rodean de hombres malos porque
les gusta ser adulados y ningún hombre de espíritu
elevado les adulará.
El castigo del embustero es no ser creído, aun
cuando diga la verdad.
La finalidad del arte es dar cuerpo a la esencia
secreta de las cosas, no el copiar su apariencia.
Un amigo fiel es un alma en dos cuerpos.
La sabiduría es un adorno en la prosperidad y un
refugio en la adversidad.
El amigo es otro yo. Sin amistad el hombre no
puede ser feliz.