Fuente: IES Manuel Tárraga Escribano (Murcia)
1.- Motivación y control
Dos aspectos muy importantes que debemos plantearnos antes de ponernos a estudiar, son el tener conciencia sobre la motivación y el control.
La motivación se basa en los motivos que tenemos para hacer algo. El control se refiere a lo capaces que somos de proponernos algo y llevarlo a cabo.
Varias ideas que pueden ayudarte son:
1.1.- ¿Qué debe ser el estudio para mí?
El trabajo de un estudiante es estudiar, pero cuando nos disponemos a estudiar debemos hacerlo de forma positiva. Sin embargo, a veces, existen una serie de problemas que no nos ayudan «nada» a estudiar. A continuación se presentan los factores que nos pueden ayudar a que el estudio lo sintamos como algo muy positivo.
Condiciones externas:
-
Utilizar el lugar adecuado (que sea agradable).
-
Disponer de los materiales necesarios y tenerlos organizados.
-
Planificarnos bien el tiempo (podremos hacer otras cosas también).
Obstáculos internos:
-
El estudio debemos verlo como positivo, no como un «rollo».
-
Si hay otras «cosas» que obstaculizan mi interés para estudiar, buscaré las causas y veré la forma de evitarlas.
Aspectos positivos del estudio:
-
Buscaremos en las cosas que estudio lo interesante y lo útiles que son.
-
El estudiar es una actividad de gran valor para nosotros, las personas.
-
Buscaremos los valores positivos de cómo estudiamos (un momento agradable, con amigos, con tranquilidad…, lo positivo para cada uno).
-
Es un buen reto averiguar cómo hacerlo para obtener el éxito.
Otro aspecto importante es implicarte en el estudio, ya que a través del mismo nos podremos buscar un futuro profesional o personal: casi siempre el estudio es una parte importante en nuestras vidas que nos ayuda a llegar a ser lo que queremos ser.
A veces no podemos realizar una tarea; algo que podemos hacer es dejarla pendiente en la mente para «darle vueltas», antes de ponernos a estudiar; o bien empezar por hacer aquello que es más agradable y sencillo para animarnos.
1.2.-Motivación y concentración
La motivación (lo que mantiene la conducta de estudio) es el resultado de distintos factores que se combinan entre sí. Algunos de estos factores son:
-
Resultados y recompensas obtenidas.
-
Utilidad o interés que despierta el aprendizaje (asegurar la comprensión y el recuerdo de lo estudiado y la aplicación de los conocimientos adquiridos a situaciones cotidianas lo puede incrementar).
-
Estado físico y emocional.
-
Eliminación de distractores del estudio.
Se debe conocer algunas estrategias para controlar los distractores, planificar objetivos realistas y realizar actividades de estudio eficientes. Entre ellas están:
Buscar objetivos
Para estudiar a diario no existen muchos argumentos que nos ayuden: un examen puede estar lejano, la posibilidad de un empleo, también, etc. La solución está en desarrollar nuestra capacidad e autocontrol, lo que no es sólo un asunto de voluntad, sino una habilidad que aprendemos y que supone determinar cómo, con qué y cuándo recompensarse.
Debemos premiarnos y reforzarnos por aquellas tareas de estudio que, a pesar de suponer un esfuerzo personal, «hemos realizado». Por ejemplo, mediante algo que nos resulte agradable. También lograr resultados después de una sesión de estudio. Alcanzar los resultados propuestos.
Saber planificarse y disponer de un método de trabajo efectivo puede influir muy decisivamente en la motivación y la concentración.
Vigilar los distractores
Los distractores son cualquier situación u objeto que atrae la atención alejándola de las tareas de estudio. La atención se fija en aquello que nos motiva. Debemos trabajar en un entorno adecuado y libre de estímulos que llamen nuestra atención, o sea que nos distraigan.
Ambiente de estudio
Estudiar siempre en el mismo lugar y regularmente a unas horas ayuda a crear hábitos de trabajo, facilitando la concentración y siendo un estímulo para iniciar el trabajo.
Costumbres distractoras
A veces se interrumpe el estudio cada poco tiempo para realizar acciones incompatibles con el mismo, esto hay que cuidarlo ya que puede que «te estés premiando por distraerte». Estos hábitos distractores son automáticos y sólo nos damos cuenta al cabo de un tiempo. Lo primero que hay que hacer es detectarlos, por ejemplo anotando lo que hacemos en cada momento, después se deben analizar las circunstancias que los causan y a partir de ese momento se trata de mejorar nuestro autocontrol.
Cómo abordar las situaciones de distracción habituales
Dificultades de comprensión
conviene revisar los conceptos previos para comprender el tema, seguir paso a paso un método de estudio eficaz y buscar la ayuda del profesor. Reconoce y prémiate el trabajo hecho.
Incumplimiento de objetivos
A veces por dificultad de la materia o desinterés tenemos un cierto desánimo y pensamientos negativos hacia el estudio, entonces interrumpimos continuamente, pasamos hojas para ver lo que queda, etc. De este modo no cumplimos los objetivos. Lo que podemos hacer es: plantearnos objetivos asequibles y nunca renunciar a ninguna tarea, de otro modo, sólo aprendemos a evitar las dificultades.
Distracciones al inicio de la sesión
Al principio suele costar un poco ponerse a estudiar, aunque el interés por la materia, la habilidad para realizar las tareas y la ausencia de interrupciones nos ayudará. Conviene empezar con tareas sencillas y activas que requieran nuestra atención, por ejemplo, el repaso del día anterior; o comenzar por ejercicios o problemas de lápiz y papel asequibles. A medida que aumenta el rendimiento se puede continuar con tareas más difíciles y aplicar ordenadamente el método de trabajo. No debe comenzarse descansando, pero se debe descansar para evitar la fatiga.
Distractores ambientales conocidos
Al programar la sesión de estudio debe tenerse en cuenta los distractores conocidos. Debe buscarse un sitio adecuado y establecer un tiempo diario para diversiones, pero interesa que la diversión sea un premio, no un distractor.
Cansancio
Al planificar el tiempo debemos organizar las actividades de estudio, pero también los descansos para mejorar el rendimiento. Conviene un pequeño descanso tras una hora de estudio. También es importante adoptar una postura adecuada para el estudio activo y reducir la fatiga física: espalda recta y bien apoyada, temperatura agradable, buena iluminación y ventilación. La forma de respirar es importante, de vez en cuando se puede utilizar para relajar la tensión muscular y oxigenarse, lo que puede hacerse por respiración ventral. Además es conveniente mantener unos buenos hábitos de sueño, alimentación y ejercicio, sobre todo en la época de exámenes. Una regla de oro para la motivación: asegurar un tiempo para el descanso, reconocer y gratificarse por el trabajo realizado.
Aburrimiento
Para hacer entretenido el trabajo conviene aplicar activamente el método de estudio y programar en cada sesión distintas actividades y de distintas materias. Si un día no se estudia, no tiene mucha importancia si a lo largo de la semana se hacen los reajustes para cumplir las tareas. A veces es mejor no estar sentado perdiendo el tiempo, pero antes de abandonar realiza una tarea una actividad sencilla y breve.
Problemas personales
A menudo los problemas personales y sobre todo, los emocionales nos provocan intranquilidad y reducen nuestra capacidad de concentración en el estudio. A veces pueden parecer irresolubles. Una buena estrategia para buscar solución a un problema sería:
- Identificar la situación conflictiva. Describiendo lo más exactamente posible los hechos, sentimientos y pensamientos que hacen de la situación un problema. De este modo podemos definir el problema con claridad, los cambios que se desean y las condiciones que impiden que los cambios se produzcan para concretar soluciones concretas y realistas.
- Una vez planteadas metas objetivas, para cada una, buscar tantas soluciones como sea posible, sin prejuzgar ninguna. Conviene hacer una lista.
- A continuación, elegir, entre todas las soluciones planteadas, las alternativas que parezcan más útiles, más adecuadas o más accesibles y valorar las consecuencias de ponerlas en práctica. Debemos dedicar el tiempo necesario para ello.
- Una vez decidida la solución, debemos actuar. Decidir cómo actuar, cuándo y dónde. Seguir paso a paso el plan. Y finalmente, comprobar los resultados. Si son los esperados, recompénsate por el trabajo bien hecho.
Pensamientos distractores habituales
A veces estamos en las nubes o soñamos despiertos al estudiar. En estas ocasiones pensamos que con parar esos pensamientos es suficiente, pero esta estrategia suele ser un fracaso, ya que tratar de olvidar un pensamiento es otra forma de pensar en él. Cuando esto se debe a la distracción, debemos identificar las causas de la misma y actuar en consecuencia. Si tenemos pensamientos negativos (desilusión, frustración, fracaso, etc.) es importante interrumpirlos lo antes posible y sustituirlos por pensamientos adecuados; o sea, desconectar la respuesta habitual (pensamiento negativo) ante una situación determinada (estudiar) y sustituirla por otra más adecuada (tareas eficaces de estudio). Una forma pude ser: te pones una goma elástica en la muñeca, cuando surge un pensamiento negativo la estiras y la sueltas para interrumpir el pensamiento negativo, después continua trabajando de forma activa, dándote instrucciones sobre cómo realizar las tareas, por ejemplo, «ahora voy a leer rápidamente el párrafo buscando la frase que mejor responda al título». Aprender a controlar estos pensamientos automáticos lleva tiempo, lo más difícil es cortarlos justo cuando empiezan y concentrarse en otra actividad alternativa. También pueden colocarse sobre la mesa de estudio notas o dibujos como «avisadores» o «recordatorios» de las tareas de estudio.
Ansiedad
Las respuestas de ansiedad suelen estar relacionadas con los exámenes o las tareas en las que se evalúa los conocimientos o habilidades como, por ejemplo, exponer un tema en clase, o dirigirse al profesor para preguntar dudas. Estas respuestas pueden ser: pensamientos negativos, sensaciones de malestar físico y/o incapacidad para actuar correctamente. Así se reduce el rendimiento. Es importante aprender a controlar las manifestaciones de ansiedad, lo que puede hacerse mediante técnicas para afrontar las situaciones temidas o comprometidas: detectar y detener los pensamientos negativos, reducir la tensión física y desarrollar habilidades de trabajo intelectual. En cada caso debe valorarse esas situaciones y si es necesario solicitar ayuda de un profesional.
1.3.-Controlo mi trabajo
A los niños pequeños hay que llevarlos de la mano, cuidarlos mucho, vigilarlos y controlar lo que hacen y lo que les puede pasar. Pero cuando se deja de ser niño, cada uno debemos cuidar de nosotros mismos y controlar lo que hacemos. Sin embargo, eso lo aprendemos poco a poco y mediante nuestra experiencia. ¿Cómo puedo controlar mi trabajo en el tema de los estudios?. A continuación tienes algunas ideas que te pueden ayudar a hacerlo.
Planifico
Antes de realizar nuestro trabajo como estudiantes debemos hacer planes para poder hacerlo lo mejor posible y para poder hacer otras cosas que nos interesan. Hacer planes es planificar.
Planificaremos:
-
¿Qué?: nos interesa decidir el tiempo que vamos a dedicar a estudiar (lo podemos hacer para una semana y luego para cada día), el orden en que vamos a estudiar cada materia, en que momentos vamos a situar nuestros descansos, …
-
¿Dónde?: debemos decidir dónde estudiar (en la biblioteca, en casa, …), debemos disponer de los materiales que vayamos a necesitar (apuntes, libros, …), debemos tener en cuenta que el ambiente que nos rodee tiene que ser el adecuado y que nos permita concentrarnos.
-
¿Con quién?: debemos decidir si estudiar solos o con compañeros y qué tareas haremos sólos o acompañados.
Evalúo
Después de realizar el trabajo debemos valorar cómo lo hemos hecho (eso es evaluar). Para evaluarnos bien debemos tener en cuenta nuestra opinión y la de los otros (profesores, compañeros, …).
Evaluaremos:
-
¿Qué?: vemos si hemos conseguido hacer lo que pensábamos hacer y qué medios emplearemos para conseguirlo otras veces.
-
¿Cómo?: vemos si la forma en qué hemos estado estudiando es bastante eficaz o si debemos cambiar algo para mejorarla.
2.- Leer y escribir
2.1.- Leer para aprender
La mayor parte de la información sobre la que trabaja el estudiante se encuentra en forma escrita: libros, apuntes, etc., luego es necesario ser un buen lector. Pero, ¿qué es un buen lector?. La respuesta parece sencilla: quien es capaz de encontrar lo que busca, comprender lo que lee y encontrar las ideas esenciales. Si además lo hace rápido, mejor.
Hay dos técnicas que nos pueden ayudar a obtener la información importante: el subrayado y el vistazo inicial.
Viztazo inicial: consiste en leer el título, las palabras que destacan, las figuras o esquemas y todo lo que nos «entra por los ojos». Se trata de que tengamos una idea sobre lo que trata el texto, antes de leerlo en detalle. En este vistazo inicial emplearemos poco tiempo y nos será muy útil.
Subrayado: Consiste en marcar las palabras y frases más importantes que nos encontremos. Pero, cuidado, no todo es importante, marcamos sólo lo realmente importante. Con la práctica uno lo hace cada vez mejor.
Hay que tener presente que no sólo leemos texto, sino que mucha información viene en forma de tablas, gráficos, esquemas, etc, por eso debemos ser capaces de leerlos y de interpretarlos.
Existen unas pocas preguntas que conviene que nos hagamos siempre al leer un texto y que vayamos intentando contestar. Cada uno debe hacerse las preguntas más interesantes en cada caso.
¿QUÉ? | ¿DÓNDE? | ¿CÓMO? |
¿QUIÉN? | ¿CUÁNDO? | ¿POR QUÉ? |
¿PARA QUÉ? | ¿DE QUÉ SE COMPONE? | ¿CUÁL ES? |
¿CÓMO…? | ¿EN QUÉ SE DIFERENCIA? | ¿CUÁNTOS? |
2.2.- Escribir para aprender
Al estudiar es importante escribir: tomar notas, hacer esquemas, … de este modo podemos volver a leer aquello que consideramos más importante. Pero, además escribir lo más importante nos sirve para organizar y dar estructura a lo que estudiamos. Por tanto, es muy importante elaborar nuestro material escrito. Ese material puede ser de varios tipos:
Tomar notas
Estamos acostumbrados a tomar notas o apuntes en clase (lo que se escribe en la pizarra, lo que nos dictan, las cosas más importantes que dice el profesor, …), pero también es muy útil tomarlas cuando estudiamos en un libro o en otros textos antes subrayados. Los apuntes o notas nos sirven para tener presente lo más importante y poder revisarlo o ampliarlo. Si además los tenemos presentables y bien ordenados, mejor.
Hacer resúmenes
Los resúmenes son escritos que tratan sólo de las ideas o rasgos más importantes y necesarios; las ideas deben estar bien redactadas y ligadas entre sí. Casi siempre se hacen resúmenes de textos extensos y muchas veces se escriben las mismas frases que aparecen en ellos; cuando lo haces con tus propias palabras se llama «síntesis».
Hacer esquemas
Hacer tus propios esquemas tiene muchas ventajas (el estudio es más entretenido, las relaciones entre ideas te «entran por los ojos», se repasan con más facilidad y en menos tiempo,…). Un esquema se puede hacer de textos subrayados o directamente (si tienes costumbre) y te sirve para ver las ideas principales y secundarias de forma ordenada y cómo de las más importantes surgen las otras ideas; cada idea la expresas con sólo una o dos palabras, y las organizas partiendo de la más importante; puedes emplear llaves, globos y flechas, etc. Debes aprender a hacerlos bien.
Hacer mapas conceptuales
Se parecen a los esquemas porque «entran por la vista», pero se hacen de otro modo. Primero se escriben las ideas como si se tratase de un resumen, después cada idea (nombre) se pone encerrada en un globo, del que saldrán flechas (frases) que las relacionan con otras ideas que están encerradas en otros globos. Puedes aprender a hacerlos.
3.- Técnicas básicas de estudio
Algunas cuestiones son muy importantes para estudiar con eficacia. Algunos de estos aspectos básicos son:
3.1.- ¿Se preparan las clases?
Lo que se trabaja en clase es muy importante y por ello debemos tratar de obtener el máximo provecho del tiempo de clase.
Una primera medida es mantener una buena actitud en clase (estar atento, tomar notas, preguntar las cuestiones que no están claras, hacer los ejercicios que se propongan, no distraer demasiado a los compañeros, …), aunque a veces cuesta un poco.
Una recomendación: aprovecha los intermedios y los recreos para descansar y relajarte, no para fumar o hacer actividades con «estrés».
Pero ¿se preparan las clases?: lo cierto es que si las preparas son mucho más eficaces y más entretenidas. En tres momentos podemos prepararnos o disponernos a aprovechar la clase al máximo.
Antes de clase:
-
Ir a clase a «ver lo que pasa» no es el método más eficaz de aprovecharla.
-
Conviene que antes de ir a clase nos leamos las cuestiones que ha dicho el profesor que se tratarían. En realidad, no se tardará mucho tiempo en echarles un vistazo.
Durante la clase:
-
Lo más importante que podemos hacer en clase es enterarnos de lo que pasa, de lo que se está haciendo (el resto de cosas son entretenimientos que casi nunca ayudan).
-
El profesor es quien dirige y propone las actividades, luego interesa estar atento a lo que nos indique.
-
El tomar notas nos ayudará en un trabajo posterior, aunque no podemos pasar toda la clase tomando notas y más notas, sólo lo más importante o que mejor nos aclare las cosas.
-
Pero si estamos cansados, tenemos sueño, etc. no podremos aprovecharnos de la clase, por tanto, se debe «estar en forma».
Después de la clase:
-
Un buen trabajo no acaba al terminar las clases, debemos ordenar nuestras notas, preparar futuros trabajos y estudiar el material trabajado en clase.
-
Pero, cuando más eficaces hayamos sido en los pasos anteriores, menos tiempo tendremos que dedicar a ese estudio.
3.2.- ¿Tengo que saberlo de memoria?
La memoria es una capacidad muy importante para las personas y en los estudios es necesario emplearla en bastantes ocasiones.
Pero memorizar no es el proceso mecánico de repetir y repetir lo mismo; al contrario se recuerdan mejor las cosas que se entienden y sobre las que hemos elaborado nuestros propios esquemas o nos hemos formado una opinión elaborada.
Ser capaces de recordar algo dependerá de diversos factores, ya que recordamos unas cosas mejor que otras.
Así, recordamos mejor:
-
Aquello a lo que prestamos mayor atención.
-
Aquello sobre lo que tenemos conocimientos previos (sabemos cosas ya) y hemos pensado (discutido, hablado, escrito, …) sobre ello.
-
Aquello que tiene significado para nosotros: las cosas nuevas que aprendemos conviene que las entendamos, que signifiquen algo.
-
Aquello que hemos aprendido de un modo adecuado: no es lo mismo recordar un vocabulario de inglés que un tema de sociales. Así para listas de cosas (palabras, etc.) podemos emplear tres procedimientos:
-
Repetición: repetir las palabras hasta aprenderlas.
-
Organizarla en categorías: ponemos juntas todas las que tienen relación entre sí para recordarlas mejor (por ejemplo: table, chair, …)
-
Asociación: asociamos cada palabra a «algo» (a cosas visuales, a historias inventadas por uno mismo, …), al recordar ese algo recordaremos con mas facilidad las palabras.
-
-
Si lo que queremos recordar son temas o conceptos lo mejor es: hacer esquemas y mapas conceptuales, resumir, tomar notas o hacer preguntas, etc, hasta que lo entendamos bien y podamos aprenderlo.
-
Aquello que hemos repasado, por tanto es muy importante que nos planifiquemos los repasos de las distintas materias y no sólo el momento de estudiarlas por vez primera.
3.3.- ¿Cómo resolver problemas?
En algunas áreas se proponen problemas para resolver y no siempre es fácil encontrar la solución. Pero en la vida existen problemas y muchas veces lo más difícil es darse cuenta de que existe el problema. O sea, los problemas pueden ser de distintos tipos.
El primer paso para resolver un problema es reconocer que existe y a continuación estructurarlo de tal forma que podamos aplicar estrategias de solución y los conocimientos que ya tenemos.
Pero, en las tareas de clase dedicamos más esfuerzo a comprender su significado, pensar como hacerlo, emplear los conocimientos para hacerlo y, por último, comprobar que la respuesta encontrada es la correcta. Estos cuatro pasos nos conducen a la solución:
-
Comprender el significado del problema: esto nos exige entender lo que nos dicen en el enunciado: cuáles son los datos importantes y cuáles las incógnitas (lo que nos piden).
-
Pensar como hacerlo: una vez que sabemos en qué consiste debemos dedicar algo de tiempo a pensar la forma en que lo vamos a hacer.
-
Emplear nuestros conocimientos: una vez que hemos pensado como hacerlo, debemos hacerlo y no equivocarnos; para ello usaremos algunos procedimientos que ya conocemos (sumar, hacer gráficos, …).
-
Comprobar la respuesta: una vez encontrada una respuesta debemos ponerla a prueba, intentar comprobar que sea correcta.
3.4.- Estudiar ¿sólo o con compañeros?
Esta pregunta no tiene una única respuesta: hay una parte del estudio que es de cada uno y otra que es mejor compartirla. En general, debemos saber que colaborar con compañeros en el estudio es muy positivo por muchos motivos.
El trabajo de cada uno es necesario; sobre todo cuando realizamos nuestros esquemas, memorizamos términos, etc. El trabajo con compañeros es importante; sobre todo cuando ordenamos nuestras notas o apuntes, hacemos problemas y comparamos los resultados y la forma de hacerlos, etc.
Cuando estudiamos solos disfrutamos de nuestro ambiente personal; cuando lo hacemos con compañeros compartimos momentos agradables y nos sentimos más comprendidos. Cada uno debe decidir que partes del estudio realiza sólo o con compañeros: es una decisión personal; pero debemos buscar el hacerlo lo mejor posible. Obviamente, debemos desechar esta idea si alguno de esos compañeros, por cualquier motivo, no persigue un objetivo de estudio similar al nuestro, y que pueda entorpecerlo o retrasarlo. Esta circunstancia puede darse cuando existen elementos emocionales de variada naturaleza que le afecten y distraigan del trabajo común, y que pueden influir en el conjunto del grupo o en alguno de ellos.
Dando por hecho que todos los miembros de un grupo de compañeros son totalmente conscientes de los objetivos que se persiguen, y de que están dispuestos a trabajar asociadamente en ellos, podemos pasar a expresar las dos formas más importantes de aprender en grupo:
-
Discusión en grupo: hablar con los compañeros sobre lo que se hace nos da nuevos puntos de vista y muchas veces nos da la solución a algo que no encontrabamos respuesta. Discutir es opinar, decir cómo lo haríamos, de una manera amigable. Nos sirve bastante como ayuda a organizar nuestros pensamientos, relacionar las partes con el todo, distinguir lo importante de lo que no lo es, …
-
Trabajo en equipo: es colaborar en una meta común, el equipo tiene un objetivo (trabajo, …) y cada uno aporta su trabajo de un modo coordinado (a veces, cada uno hace una parte, …). La mayoría de los trabajos reales son en equipo, por tanto debemos de practicarlo. En las grandes empresas se trabaja siempre en equipo y cada uno conoce bien el trabajo que le corresponde a los otros.
4.- Técnicas de información
4.1- En busca de la información
En el mundo en que vivimos la información es algo muy importante, luego debemos saber cómo encontrarla y manejarla. Debemos ser capaces de hacer varias cosas:
-
Conocer (saber cuáles son) y encontrar las fuentes de información adecuadas.
-
Buscar (con un plan), identificar (reconocerla al encontrarla) y seleccionar (utilizar sólo la que interesa) la información.
-
Analizar los datos (cómo son, qué dicen, …), sintetizar (resumirlos, …) los datos y comunicar los resultados a los demás.
Una vez que sabemos lo que buscamos, tenemos que averiguar dónde encontrarlo y qué partes de lo encontrado son las que realmente nos importan. Para hacerlo bien debemos practicarlo.
Un procedimiento es:
a) Al recoger la información:
-
debemos hacer un plan sobre cómo lo haremos;
-
buscaremos en varias fuentes de información mejor que en una;
-
tendremos lo más claro posible que datos nos van interesando;
-
intentaremos ser precisos al recoger los datos;
-
y al final, debemos valorar si tenemos suficiente información (para realizar el trabajo, hacer la actividad, etc.).
b) Al elaborar la información:
-
organizaremos los datos;
-
compararemos distintas fuentes;
-
veremos cuáles datos son más importantes y cuáles menos;
-
haremos los esquemas que nos puedan ayudar en la tarea.
c) Al comunicar la información:
-
haremos un plan de cómo hacerlo según vayamos a expresarlo por escrito o de forma hablada;
-
primero elaboramos un guión de lo que vamos a comunicar;
-
luego cada idea de forma ordenada y clara;
-
y cuidaremos la forma en que lo presentamos.
4.2- Las fuentes de información
Las fuentes de información que podemos obtener para nuestros trabajos pueden ser de muchos tipos: personas (profesores, compañeros, …); textos escritos (libros de texto, otras publicaciones…); mass-media (prensa, TV, radio, …), y, particularmente, Internet.
El caso particular de Internet
Desde hace unos años, una desbordante fuente de información al alcance de la mayoría de personas de toda condición social es Internet. Esta inmensa red ha constituido uno de los más grandes avances de la humanidad en términos de comunicación; en ella podemos encontrar todo tipo de información, también educativa. No obstante, debemos ser muy cautos, pues el volumen de información que encontraremos será de gran magnitud, pero no siempre será fiable.
Hay que tener en cuenta, que cualquier persona, incluso un niño, puede publicar en Internet; es suficiente con registrarse en un blog y comenzar a escribir. Esto significa, que cualquiera puede dar su opinión, escribir un libro, un artículo, un tratado, o incluso una información de carácter educativo, pero sin necesidad de contar con una base académica o sólida que la respalde. Por tanto, en Internet podemos descubrir algo que nos parece de gran utilidad para nuestro trabajo, y sin embargo carecer de rigor, lo cual perjudicaría los objetivos finales que nos proponemos.
Como método para confirmar la fiabilidad de un material encontrado en Internet, veamos siempre quién firma la web en donde se encuentra esa información. No será lo mismo que haya sido escrita y/o publicada por una Institución u organismo público (ejemplo de un ministerio, la redacción de un colegio, o una personalidad académica), que si proviene de un particular, y mucho menos aún si la web en cuestión no describe cuáles son las fuentes de esa información.
Normalmente, con unas pocas ojeadas podemos hacer una valoración global sobre el contenido de una web, y estimar su posible utilidad. El volumen y clasificación de la información que contenga puede ser un parámetro positivo, pero no siempre y tampoco el único. Los comentarios que hagan los visitantes también tienen su peso, sobre todo si éstos son positivos y provienen de personal docente. El lenguaje utilizado y la corrección ortográfica y gramatical también son puntos a valorar; si observamos unas cuantas faltas de este tipo en un documento debemos entonces sospechar que esa web no ha sido cuidada, y que por tanto podemos ser víctimas también en cuanto a la veracidad o fiabilidad de su contenido.
Si hemos localizado una web de interés, podemos tomarla como referencia para nuestro estudio y trabajo, pero no debemos nunca copiar y pegar; eso va en contra totalmente de nuestros propios intereses, pues habremos prescindido de gran parte de las técnicas de estudio que se han descrito aquí, y algunas de las cuales consisten en «leer», «escribir», «comprender»… etc. Por tanto, podemos copiar para posteriormente leer con calma y sacar conclusiones que nos sirvan para nuestro propio trabajo, pero nunca copiar literalmente al trabajo final en cuestión.
Finalmente, sólo un consejo: en muchas ocasiones perderemos mucho tiempo buscando una información en Internet, sin percatarnos que la podemos tener justo a nuestro lado, en un libro de texto o en la biblioteca del colegio, y además, tendrán la garantía de haber sido editados por una editorial y con un proceso previo de selección y calidad.