Los seguidores de esta temática, siempre han tenido, en el Nuevo Mundo, una de las regiones básicas para aumentar sus colecciones y enriquecer su acervo cultural al mismo tiempo que repasaban la historia común que en otra época compartimos.
Hoy traemos los aniversarios de la fundación de varias ciudades chilenas que fueron filatelizadas por los servicios postales de aquel país. El 9 de febrero de 2002, aparecía el sello de 260$ conmemorativo de los 450 años de Valdivia, en las crónicas de la época se relató así: “Visto el Gobernador tan buena comarca y sitio para poblar una ciudad y ribera de tan buen río, y teniendo tan buen puerto, fundó una ciudad, e intituló la ciudad de Santa María la Blanca de Valdivia, he hizo alcaldes y regimiento. Fundóse en 1552, el río pasa junto a ella y los navíos entran a la ciudad por él.” [Jerónimo de Vivar].
“Por su situación fluvial cercana al Océano Pacífico, la necesidad de defenderse de corsarios por el mar y los continuos ataques indígenas desde el interior, el colonizador debió levantar un complejo sistema defensivo de fuertes y castillos en torno a Valdivia y la bahía de Puerto Corral. Así nacieron, a partir de 1645, los castillos de Mancera, Corral, Niebla, Amargos y Cruces, y las fortalezas de San Carlos, El Molino, Chorocamayo, Baídes, El Inglés, Piojo y Carboneros. Templado clima, tierras arables, abundancia en materias primas fabriles e industriales, bosques inagotables de preciosas maderas para la construcción, a cuya sombra se desliza, profunda, tranquila y navegable la importante red de brazos tributarios del río de Valdivia, vía fluvial que después de recorrer un extenso territorio, mezcla sus aguas sin embate con el mar, en uno de los puertos más seguros del Pacífico.” [Vicente Pérez Rosales].
Podríamos seguir recogiendo referencias de historiadores y escritores que reconfirman el privilegiado lugar escogido por el conquistador Pedro de Valdivia que en 1541 fundó la que hoy es capital del país. El mismo año que fundó Valdivia, puso también la primera piedra de Concepción y La Imperial [no nos consta que hayan sido filatelizadas, aunque quedan varios meses para finalizar el año, quizás exista el proyecto para inmortalizar todas las que celebran este aniversario entre el 2002-2003, año especial respecto a la suerte de Valdivia, pues muere en 1553 en manos de los araucanos en el combate de Tucapel en una épica batalla frente a Lautaro, líder indígena que caería pocos años después: en 1557 en el combate de Peteroa].
El emplazamiento, lejos de ser un capricho de los conquistadores, fue de lo más acertado como se demostraba a mediados del siglo pasado cuando se realizó la colonización alemana de la Región de los Lagos, haciendo que Valdivia se convirtiese en un importante polo de atracción, pleno de actividad industrial y comercial, convirtiéndose también en uno de los principales centros de población al sur de Chile. La ciudad dispone de una extensa red fluvial navegable en los ríos Calle-Calle, Valdivia, Angachilla, Tornagaleones y Naguilán. En la actualidad sobrepasa los 130.000 habitantes y tiene un importante flujo turístico que viene a disfrutar de una gastronomía rica y variada y unos paisajes de inigualable belleza, bosques milenarios y cielos de un intenso azul que invitan al sosiego.
El sello nos ofrece una panorámica actual, el escudo de armas, los célebres cisnes de cuello negro, el torreón colonial y el río Calle-Calle que se completa con una canoa con cuatro remeros que simbolizan la importancia de esta región en el entrenamiento cotidiano de los especialistas chilenos. Se imprimió en hojas de 50 sellos en offset, tuvo una tirada de 50.000 efectos.
450 ANIVERSARIO DE VILLARRICA
En 1552 Pedro de Valdivia ordenó a don Jerónimo de Alderete la partida desde La Imperial (actual Carahue), para fundar la ciudad de Santa María Magdalena de la Villa-Rica [hoy Villarrica]. Su nombre se escogió por la devoción en el santoral y los lavaderos de oro que había en la región.
Hasta su total destrucción en manos de los nativos de la zona, la ciudad tenía 600 españoles, su servidumbre y otros habitantes de diferentes orígenes. Disponía de una iglesia parroquial, los conventos franciscanos y dominicos, etc. La sublevación mapuche de 1599 acabó definitivamente con su florecimiento, los indígenas cortaron las comunicaciones entre La Imperial y Santiago y su población quedó sometida a un terrible asedio que la fue mermando ante la falta de provisiones; el 7 de febrero de 1602 se rendían a los mapuches los últimos 11 hombres y 13 mujeres, siete de estos pobladores fueron rescatados años más tarde y explicaron las penalidades sufridas en la caída de Villarrica, la última ciudad española situada al Sur del Bío-Bío. Rodrigo de Bastidas fue el capitán que defendió la plaza y murió como un mártir aquel año que marcó el fin de la presencia española en la Auracanía. Hoy, uno de los puentes de la ciudad, llevan el nombre de este defensor de la plaza.
El 1 de enero de 1883 se concreta, en los Llanos de Putúe, el parlamento entre los mapuches y el General Gregorio Urrutia, entonces se refunda la ciudad siguiendo, prácticamente, el trazado urbano de la época colonial. Hoy la ciudad cuenta con 50.000 habitantes, es una zona privilegiada por la naturaleza que dotó a la región de una incomparable belleza natural que aumenta con su zona lacustre y el volcán de nieves perpetuas que invita al visitante a adentrarse en la bella y tranquila zona de los Lagos, mucho más si éste se deja cautivar por la policromía de la milenaria cultura mapuche [por cierto: un pueblo que aún continúa levantado contra los intereses españoles representados ahora por la hidroeléctrica Endesa que sigue adelante con un proyecto que acabará inundando sus ancestrales emplazamientos].
La estampilla nos muestra una vista panorámica del lago y el volcán Villarrica [también recogido en el matasellos de primer día], el escudo de armas, edificios emblemáticos como el de la Municipalidad [ayuntamiento], Iglesia Catedral, etc. El sello tiene un valor de 290$, se imprimió en offset a cuatricomía, hojas de 50 efectos y una tirada de 60.000 ejemplares. Fue puesto a la venta el 26 de abril de 2002.
400 ANIVERSARIO DE CALBUCO
Este originario fuerte español vivió una vida tranquila y, prácticamente, ignorada desde su fundación hasta mediados del XVIII cuando se transforma en un centro receptor de la rica madera de alerce y ciprés extraída de la cordillera. En febrero de 1710, el capitán Alejandro Grazón se amotina y los indios aprovechan para asaltar el emplazamiento y llevarse la imagen de San Miguel, una talla que los españoles trajeron en 1602, hoy es el patrón de la ciudad que tuvo su origen en el fuerte que levantaron en su estratégica colina. Serían los sacerdotes jesuitas los que lograrían, con sus buenos oficios, realizar las pacientes negociaciones con los indígenas para que la devolvieran, entraron con ella en procesión triunfal, el día de la Ascensión, de aquella efeméride nace lo que hoy es una fiesta llena de fervor y tradición: la fiesta de los indios que atrae a visitantes y curiosos de toda la región pocos días después de la Semana Santa.
En el lugar del primer asentamiento español, junto al que se levantó el fuerte de San Miguel de Calbuco, se ubicó en 1982 el “Torreón de Barro” que homenajeaba la fundación de aquel primigenio y solitario asentamiento español desde el que se divisa la costa, los canales, las islas y los volcanes sureños.
Calbuco se compone de 14 islas que han configurado un estilo de vida característico de la región. La actividad pesquera es la base de su economía, dispone de criaderos de salmón, conservas, algas, ostras y una gran variedad de mariscos. De hecho muchas de las conservas que hoy consumimos en España suelen envasarse en el archipiélago de Calbuco y el de Chiloé.
Calbuco [en lengua mapudungún “Agua Azul”], es también una de las más pintorescas poblaciones del sur, hoy cuenta con poco más de 30.000 almas y se localiza a 56 kilómetros de Puerto Montt, la capital de la bella región sureña, justo en la zona en donde la estrecha franja costera comienza a desmembrarse y se transforma en un sinnúmero de islas, canales y fiordos que en nada tienen que envidiar a los de la región escandinava. La ciudad quedó unida al continente con un terraplén de 150 metros construido en 1966 con ayuda de las lanchas veleras que transportaron la piedra que se empleó en la obra que acabó con su insularidad tradicional.
Durante el verano del 400 aniversario la ciudad entró en el libro Guinness al preparar un “Curanto Gigante”, entonces se construyó el hoyo más grande del mundo con 100 metros de longitud y 1,20 de anchura que se utilizó el segundo domingo de enero para cocinar este típico plato que acabaron degustando, gratuitamente, miles de calbuqueños y visitantes.
El sello, puesto en circulación el 2 de mayo de 2002, muestra una vista panorámica, el terraplén que une la ciudad al continente, la iglesia y el escudo de armas. El facial fue de 230$, impreso en hojas de 50 ejemplares en offset a cuatricomía y una tirada de 60.000 piezas. Todas las estampillas chilenas citadas en esta crónica fueron diseñadas por Roberto Sepúlveda Bustos que ha sabido combinar, con gran maestría, lo esencial de cada ciudad en tan exiguo trozo de papel.
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