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La cigüeña blanca o cigüeña común (Ciconia ciconia), es una ciconiforme de gran tamaño ( puede medir más de un metro entre pico y cola), y su envergadura (medido entre las puntas de las alas) puede alcanzar más de dos metros.
Se trata de un ave migratoria de largas distancias, aunque en la Península Ibérica ha crecido últimamente el número de aves invernantes. Muchas pasan por la Península en tránsito desde Centroeuropa, Alemania y Países Bajos, para terminar en el África subsahariana después de un largo periplo por las costas mediterráneas. Algunas llegan más allá y alcanzan Sudáfrica, uniéndose a las «cigüeñas orientales” (las nacidas en Rusia, Repúblicas Bálticas, Polonia, etc).
Ubican sus nidos a gran altura, en torres, campanarios, chimeneas, árboles y en general en emplazamientos despejados para el vuelo. Suelen reutilizar el nido durante varios años. Incuban de 3 a 5 huevos durante unos 33 o 34 días. Una vez nacidos, los polluelos suelen permanecer en el nido hasta un máximo de 63 días. Durante la semana 4º el nido siempre es vigilado por un adulto.