Amigos/as, hoy he querido traeros un bebida refrescante y deliciosa, la caipirinha (o caipiriña) en su versión con vodka, popularmente denominada caipiroska. Este cóctel típico de Brasil nació en el siglo XIX de la mano de los esclavos que bebían «garapa» (un jugo de caña de azúcar) mezclado con «cachaça» (un alcohol destilado de la propia caña). Con el tiempo, esta bebida fue personalizándose al incluir determinadas frutas ácidas (fundamentalmente las limas), y terminó siendo una explosión nacional cuando el hielo hizo su aparición. La receta se hizo tan popular en todo Brasil, que el Gobierno fijó por ley los ingredientes que están permitidos, los que están prohibidos y cómo debe elaborarse.
Aunque la receta tradicional de la caipiriña incluye la cachaça como alcohol básico, la realidad es que los hosteleros brasileños han conseguido introducir una variante que, para mi, supera la receta original y hacen de este cóctel una bebida ya insuperable: la caipiroska, donde la cachaça es sustituida por vodka. Como siempre, hay puristas que rechazan esta versión por utilizar un alcohol no autóctono, pero puedo decir que he visitado Brasil en varias ocasiones y la caipiroska está tan introducida y naturalizada en el país como la caipiriña original.
¿Porqué el vodka liga tan bien en cualquier cóctel, y especialmente en la caipiroska?
El secreto está, sin duda, en que el vodka a diferencia de otros destilados como los de orujo, caña, etc. (con representantes tan renombrados como el Pisco, la Tequila o el Whisky), apenas conserva el sabor y aroma de la materia prima. En realidad, el vodka no es más que agua y etanol en una proporción de 40% de alcohol y 60% de agua. Poco importa realmente de dónde se obtenga el alcohol, que puede ser de patata, trigo, maíz…, lo que importa es la pureza del alcohol, por eso el vodka es habitualmente una bebida insípida, aunque hay marcas que le añaden algún aroma. Por tanto, el gusto del cóctel que preparemos con vodka nos lo darán los ingredientes que le añadamos; el gusto y aroma del zumo de lima son los más prominentes en una caipiroska.
Pero a lo que vamos…
Los ingredientes que vamos a necesitar
– Limas (no usar limones, no es lo mismo, no tienen ni el gusto ni el aroma)
– Azúcar (se puede utilizar moreno si se desea, pero queda más fino y fácil de trabajar con el refinado)
– Vodka (no tengo predilección por ninguna marca)
– Ginger Ale o cualquier otra soda (yo utilizo la Ginger Ale de Sweeps, que se compra en cualquier supermercado)
– Hielo picado
Elaboración
Normalmente, una sola lima nos dará para dos caipiroskas, por tanto cortamos media lima en varios gajos y los añadimos a un vaso ancho. Sobre la lima añadimos entre una y dos cucharadas de azúcar (según el gusto de cada uno). Con un palo de machacar, el mazo de un mortero u otro utensilio con forma roma, vamos estrujando la lima y el azúcar para que suelten el jugo y se mezcle todo bien. Ojo, no echar el azúcar al final o estropearemos la receta, debe mezclarse bien el jugo de la lima y el azúcar en esta fase.
Estrujamos la lima para que se mezcle bien el jugo con el azúcar
Añadimos el hielo picado hasta el borde del vaso y seguidamente vamos vertiendo el alcohol, pero cuando nos quede al menos un tercio del vaso lo terminamos de rellenar con el Ginger Ale (un dedo para el vaso de la imagen). Este producto es una soda que nos permitirá rebajar los 37 grados que suele tener el vodka para que el trago sea más suave y agradable de digerir. Los brasileños tienen reglamentado entre los 15 y los 36 grados por ciento de volumen.
Añadimos hielo hasta el borde del vaso
Introducimos una pajita y con ella removemos un poco el líquido para que se mezclen los ingredientes… y ¡listo!
La caipiroska lista para consumir
Espero que os guste.
