Por: Dr. Tony Phillips (Science @ NASA)
La cuenca de impacto de Rembrandt descubierta por la nave MESSENGER durante su segundo acercamiento a Mercurio en octubre de 2008. Créditos: NASA / Johns Hopkins University Applied Physics Laboratory / Smithsonian Institution / Carnegie Institution de Washington.
Una nave de la NASA se desliza sobre la superficie de Mercurio, revelando que la atmósfera del planeta, la magnetosfera, y los niveles de actividad mostrados en comparación con su pasado geológico son mayores de lo que los científicos sospecharon en un primer momento. La investigación también descubrió un gran cráter de impacto llamado “Rembrandt”, que mide alrededor de 430 millas de diámetro.
Estos nuevos hallazgos y otros se presentan en cuatro artículos publicados en la edición del 1 de mayo de 2009 de la revista Science. Los datos provienen de la superficie de Mercurio, el Ambiente Espacial, la Geoquímica, y la nave MESSENGER. El 6 de octubre de 2008, el MESSENGER voló a Mercurio por segunda vez, capturando más de 1.200 imágenes en color y alta resolución del planeta.
“Este segundo sobrevuelo de Mercurio presentó una serie de nuevos descubrimientos”, dijo Sean Solomon, investigador principal de la sonda de la Institución Carnegie de Washington. “Una de las mayores sorpresas fue la fuerza con que había cambiado, después de lo que vimos durante el primer sobrevuelo en enero de 2008.”
La magnetosfera es una región del espacio alrededor de Mercurio que envuelve el planeta en un campo magnético. Ráfagas de viento solar golpeando la atmósfera del planeta, pueden ocasionar potenciales tormentas magnéticas y fenómenos meteorológicos relacionados.
“Durante el primer sobrevuelo, la sonda MESSENGER midió los campos magnéticos próximos al planeta. Los científicos no detectaron ninguna característica dinámica, salvo unas ondas de Kelvin-Helmholtz”, según James Slavin de la NASA
“Pero el segundo sobrevuelo de la nave ofreció una situación totalmente diferente”. El MESSENGER observó una magnetosfera muy dinámica con acontecimientos que ocurren a una velocidad 10 veces mayor que lo que se observa en la Tierra durante sus intervalos más activos. “La alta tasa de entrada de energía del viento solar se evidenció con una gran amplitud de las ondas de plasma, que fueron medidas por el magnetómetro de la nave durante el encuentro.”
Simulación de una magnetosfera de Mercurio sorprendentemente activa. Créditos: NASA / Goddard Space Flight Center / Johns Hopkins University Applied Physics Laboratory / Carnegie Institution de Washington. Cortesía de Science / AAAS.d
Otro resultado interesante es el descubrimiento de una gran cuenca de impacto que hasta ahora resultaba desconocida. La cuenca de Rembrandt tiene más de 700 kilómetros (430 millas) de diámetro, y cubrirían la distancia entre Washington, DC, y Boston.
Rembrandt se formó hace alrededor de 3,9 millones de años, próximo al final de un período de intenso bombardeo del Sistema Solar interior, sugirió el científico Thomas Watters participante en el proyecto MESSENGER. Rembrandt es importante, no sólo porque es grande, sino también porque permite a los investigadores mostrar una imagen de la superficie de Mercurio que no tienen otras cuencas.
“Esta es la primera vez que hemos visto el terreno de una cuenca de impacto sobre mercurio que se conserva tal y como se formó”, explica Watters. “Esta geografía, tal como el suelo revelado en la cuenca Rembrandt, queda generalmente enterrada por los flujos volcánicos.
La mitad de mercurio era desconocida hasta hace poco tiempo. Partes del planeta estaban en blanco, pero imágenes de la nave espacial han revelado desde entonces el 90 por ciento de la superficie del planeta con alta resolución. Esta cobertura casi total está mostrando, por primera vez, cómo se formó la corteza de Mercurio.
En esta ilustración de la superficie de Mercurio, los tonos amarillos representan superficies principalmente de origen volcánico. Este tipo de terreno cubre aproximadamente el 40% del planeta. La franca blanca (vacía) es la porción de mercurio que aún no ha sido fotografiada.
“Después de la cartografía de la superficie, vemos que aproximadamente el 40 por ciento está cubierta por llanuras suaves”, dijo Brett Denevi de la Universidad Estatal de Arizona en Tempe, miembro del equipo. “Muchas de estas llanuras suaves son interpretadas como de origen volcánico, y están distribuidas a nivel global. Gran parte de la corteza de Mercurio se ha formado a través de repetidas erupciones volcánicas de manera más parecida a la corteza de Marte que a la de la luna”.
Otra conclusión de esta misión es la primera detección de magnesio en la exosfera de Mercurio. La exosfera es una atmósfera ultradelgada donde las moléculas están tan separadas que son más propensas a chocar contra la superficie que unas con otras. El material en la exosfera proviene principalmente de la superficie de Mercurio, y alcanza lo alto por la radiación solar, el bombardeo del viento solar y la vaporización de meteoroides:
Los paneles de la izquierda ilustran las tres principales fuentes de material exosférico
El espectrómetro a bordo de la sonda espacial que realizó las mediciones sobre la superficie y la composición atmosférica de Mercurio, descubrió magnesio. Encontrar magnesio no sorprendió a los científicos, pero su abundancia era inesperada. El instrumento también midió otros componentes exosféricos incluyendo el calcio y el sodio. Los investigadores creen que los grandes cambios que se manifiestan día a día en la delgada atmósfera de Mercurio pueden ser causados por la variable protección que ofrece la activa magnetosfera del planeta.
“El tercer sobrevuelo de Mercurio será el ensayo final para el desempeño de nuestra misión principal, que es la inserción de la sonda en la órbita alrededor de Mercurio en marzo de 2011?, dijo Salomón. “Durante un año, la nave recogerá información continua del planeta y su medio ambiente.
“Mercurio ha sido muy tímido revelando sus secretos hasta ahora muy poco a poco, pero en menos de dos años, nuestro cercano planeta se convertirá en un amigo cercano”.
Fuente: NASA