<– Viene de la 1ª parte
La técnica de rotación
La agricultura biológica también emplea la rotación de cultivos como técnica para evitar el derroche de energía. Por ejemplo, una forma de aportar nitrógeno a los suelos es sembrando leguminosas (guisante, judía, alfalfa, trébol..); éstas poseen en sus raíces unas bacterias simbióticas que se alimentan de la planta, pero a cambio entregan a los suelos compuestos nitrogenados.
Tras el levantamiento de la cosecha de leguminosas no es necesario realizar ningún aporte químico de nitrógeno al suelo, quedando listo para rotar el cultivo y plantar otras especies.
Por su parte, además de la fórmula anterior de suministrar nitrógeno a los suelos aprovechando los propios cultivos, también se les puede aportar otros nutrientes utilizando fertilizantes ecológicos. Mediante compostaje de residuos orgánicos (como los restos de las propias cosechas) se crea el famoso compost; se trata de un abono de muy alta calidad que se forma gracias a los microorganismos descomponedores que convierten esos desechos en humus.
Con la aparición de la agricultura biológica este sistema de fabricar fertilizantes está siendo recuperado. El estiércol, que es un abono procedente de las cuadras de los animales, también es ideal para fertilizar los cultivos biológicos, aunque cada vez es más difícil conseguir este tipo de abono, debido a que la agricultura moderna ha reemplazado a muchos animales por tractores y maquinas cosechadoras.
Las cualidades
Una primera sensación que se aprecia cuando se consume un alimento cultivado biológicamente es el sabor y olor. Al contrario de los cultivos basados en productos químicos y el desarrollo forzado, los biológicos crecen a su ritmo natural, absorbiendo los nutrientes lentamente y ejerciendo la fotosíntesis, lo que le transmite mejores cualidades organolépticas. Los cultivos no biológicos, en el que se fuerza el crecimiento para conseguir mejores rendimientos, obtienen frutos que son en su mayoría agua, pues no han tenido el tiempo necesario para sintetizar los azúcares mediante el Sol, ni los nutrientes del suelo. Una lechuga, por ejemplo, puede llegar al mercado en poco más de un mes y medio acelerando su crecimiento con fitohormonas, nitratos y agua. Sin embargo, la misma lechuga cultivada ecológicamente puede tardar hasta 3 meses en alcanzar su desarrollo normal, pero contendrá muchas más propiedades nutritivas.
Una característica de los productos no biológicos es su regularidad en forma, tamaño y color, significativo de que ha sido producido en unas condiciones de control del crecimiento. Esto no suele ocurrir en los biológicos, donde una misma cosecha puede producir frutos irregulares en forma y tamaño, indicativo de que han crecido de forma natural, obteniendo los nutrientes de la tierra o ejerciendo la fotosíntesis según sus propias posibilidades y limitaciones. Por tanto, aunque un producto cultivado biológicamente no presente un aspecto tan atractivo como los procedentes de la agricultura industrial, esto será en principio una buena señal. De todas formas, no se está exento de ser objeto de fraude, pues un producto así y catalogado como biológico puede haber sido rociado con insecticidas, por ello hay que asegurarse de que el producto esté garantizado solicitando información sobre su origen.
En definitiva, consumiendo productos garantizados como biológicos tendremos la seguridad de que indirectamente no estamos ingiriendo ningún producto nocivo para nuestro organismo, y además disfrutaremos de un alimento que presenta una textura y sabor que no recordábamos o incluso desconocíamos.
Adonde puedo comprarme los fertilizantes biológicos en la region de Elche tengo un terreno arcilloso y casi está imposible de trabajar la tierra.
Muchos gracias para su contesta