A lo largo de mi vida muchas aves me han cautivado; algunas, incluso, han quedado grabadas en la retina de una forma tal, que resulta difícil abstraerse cuando su imagen aparece en algún diario o programa: nos hace regresar al pasado. Este es el caso de la fragata que nos devolvió al paraíso faunístico de las islas Galápagos cuando las visitamos en los ochenta.

Macho

Hembra

Su imagen en un sello de Correos nos retrotrae a un viaje duro, pero fascinante, por las islas de este archipiélago sorprendente y que al final te imprime su «chip» en lo más profundo de la memoria. La especie también es denominada «ave pirata», una especie que no tiene capacidad de nadar y, por lo tanto, se convierte en un tipo de pájaro que hay que encuadrar entre los denominados oportunistas; la mayor parte de su tiempo se pasa rondando a otras especies a las que les «quitará», al primer descuido el alimento, generalmente se lo disputan a sus parientes los alcatraces y pelícanos. Es un espectáculo, natural, gratuito y fascinante, no deja de sorprender cuando uno lo presencia por primera vez. Otra faceta que sorprende es el plumaje y su colorido buche de un rojo intensísimo (emblema del macho) con el que se pavonea en la época de reproducción, es una ceremonia preciosa: llegan a participar hasta una treintena de machos que disputan la hembra disponible.

En el nido

Las fragatas son habituales en diferentes regiones, aves marinas de carácter aéreo, a veces, se desplazan centenares de kilómetros, especialmente en épocas que no tienen obligaciones con la nidada que suelen ubicarla en las copas de los árboles, pero según las islas, el cubículo pueden colocarlo incluso en el suelo. De las cinco especies existentes, cuatro se reproducen en el Océano Atlántico [una especie lo hace sólo en la isla de Ascensión y otra es genuina de las islas Christmas en el Océano Índico, en ambas están en peligro de extinción].

La fragata grande y chica comparten la época de cría, el polluelo nace totalmente desnudo, el huevo [rara vez ponen dos], suele ser incubado por el macho o la hembra de manera alternativa, ambos vigilarán con atención su territorio ya que, habitualmente, los que quedaron «sin pareja» suelen vengarse de su suerte destruyendo la obra de los triunfadores. La vigilancia es constante y eterna: casi medio año estará el polluelo en el nido y otro período similar seguirá siendo totalmente dependiente de sus progenitores, de ahí que su ritmo reproductivo sea tan bajo; su primera nidada suele darse hacia los siete años y, frecuentemente, suelen alcanzar los 25 años, una edad relativamente alta entre las aves, su dieta más frecuente suele ser de peces voladores y calamares.

Muchas han sido las veces que han sido filatelizadas, sobre todo por las administraciones postales en las que la especie es habitual, por ello cualquier temático que se precie no tendría mucha dificultad en montar una colección ornitológica especializada en este tipo de pájaro marino de un gran porte, su envergadura suele ser de 1,70 a 2,30 metros, no suele superar los dos kilos, las hembras logran un cuarto más de peso. El macho es totalmente negro con una mancha pardusca en la parte superior, tiene la cola horquillada, iris negro y pico ganchudo de color grisáceo. La diferencia entre ambos sexos: la hembra tiene las plumas de cuello y pecho de color blanco. En la chilena isla de Pascua recibe el nombre de Makohe.

La Fregata minor [Gmelin, 1789], la filatelizó en una bellísima composición la administración postal de la isla de Nauru el 14 de octubre de 2008, fueron cuatro efectos que aparecieron en hojas de veinticinco ejemplares y minipliegos combinados de 16 efectos (cuatro series). Aparece la hembra alimentando al polluelo (25c), en vuelo (75c), rumbo al nido (1$) y el macho mostrando su rojo pecho en pleno vuelo durante sus acaloradas exhibiciones en busca de pareja (2$); los servicios postales de esta isla forman parte de un selecto grupo autorizado a emplear el logotipo del osito panda [WWF] en una serie previamente controlada por la citada organización mundial. En los márgenes podemos ver vegetación, un nido y un ejemplar en vuelo que regresa con su trofeo para construir su hogar.