El Jardín Botánico de Coria se encuentra fuera del recinto urbano, a aproximadamente dos kilómetros de ella, sobre la carretera que une la ciudad con Cáceres. Fue construido sobre un antiguo vivero de la administración de carreteras en el que se producían árboles, -olmos y acacias-, cuyo fin era realizar plantaciones en las márgenes de las carreteras. La costumbre decayó y las instalaciones fueron abandonadas hace unos treinta años.
El conjunto, conocido popularmente en Coria como «El Vivero», era una finca alargada, paralela a la carretera, de poco más de una hectárea. Entre las edificaciones que podían descubrirse en medio de una inmensa maraña de vegetación, podía observarse un pozo con noria y un estanque rectangular, de gruesas paredes, con una capacidad aproximada de unos 300 metros cúbicos. Se trataba del antiguo sistema de riego : una mula movía la noria que vertía el agua del pozo en el estanque, desde donde, por gravedad, se regaba todo el vivero.
Entre la herrumbre y la vegetación, el conjunto se presentaba inutilizable y deteriorado. Sin embargo se conserva, con algunas modificaciones : ahora una bomba controlada por ordenador distribuye el agua sin pasar por el estanque a las horas en que las plantas lo precisan. Es menos poético, por eso el nuevo sistema se esconde en una caseta mientras que la noria continua presidiendo la entrada principal del Jardín.
El cambio histórico de administración de las últimas décadas, hizo que el Vivero pasara a ser propiedad de la Consejería de Obras Públicas de la Junta de Extremadura, quien a su vez lo cedió al Ayuntamiento de Coria, con el fin expreso de ser convertido en Jardín Botánico por el taller de Jardinería Medioambiental de la Escuela Taller II del Patronato de Formación y Empleo de Coria. Este taller compuesto por quince alumnos y alumnas, estaba dirigido por Juan Carlos Campos, Jardinero Paisajista, y José María Barrera, Biólogo y Paisajista, quienes hicieron el proyecto con el diseño actual del Jardín.
Los trabajos comenzaron a finales de 1991 con las operaciones de desbroce ,que no terminaron sino cinco meses después, tanta era la cantidad de árboles, zarzas, malezas y basuras que se encontraron.
Fue de agradecer aquí, como en otros trabajos, la ayuda prestada por los trabajadores municipales, con su maquinaria, que sin ser inicialmente personas con conocimientos sobre la naturaleza terminaron siendo amantes de la obra medioambiental que se llevaba a cabo, trabajando con mimo y esmero, con maquinaria pesada sin rozar lo más mínimo cualquier planta que se le indicaba como importante.
En el planteamiento realizado en el proyecto se tomaba como objetivo realizar una representación de las asociaciones vegetales extremeñas ,tomando como mejores elementos a las especies leñosas, árboles y arbustos, que las componen. Y aunque con el tiempo colecciones de plantas de porte no leñoso, han ido siendo introducidas, en el recuerdo del grupo quedan las expediciones por la geografía extremeña para localizar y transplantar los ejemplares que ahora se encuentran en el Jardín. Y otras muchas, ya que rapidamente se manifestaron problemas de resistencia al transplante o de aclimatación.
Fue relativamente sencillo incorporar las quercíneas o las plantas de ribera, los frutales y otros arbustos de gran resistencia como labiernagos, durillos, madroños, aladiernos, acebos, jaras, aulagas y romeros. Con otros los problemas se repetían por dificultad de transplante, los brezos o los torviscos, o por dificultad de aclimatación, abedules, boneteros o avellanos. En algunos casos se optó por técnicas de multiplicación en vivero. En los menos, y por completar rapidamente una colección representativa, por una adquisición en viveros comerciales, (mala opción, pues casi todos han resultado variedades ornamentales del original autóctono, que posteriormente hay que ir sustituyendo).
El grupo formativo se fue, por tanto, enfrentando poco a poco a la posibilidad de realizar un paisaje jardinero a partir de plantas de escasa vocación ornamental. Pero el diseño incorporaba otros elementos que ayudaban a la mejor comprensión del conjunto.
De esta manera se dispusieron rocallas, caminos pedestres, pantallas vegetales, muretes, y mobiliario que definían parcelas a la vez que trazaban una frontera apenas perceptible entre las diversas asociaciones representadas.
Los talleres de la familia de la construcción de la Escuela Taller se encargaron de obras tan importantes como la reconstrucción de la caseta del antiguo vivero y de la realización del estanque y riachuelo que centran la parcela de las plantas de ribera. También arreglaron el cenador central, bordillos, acometida eléctrica y otras reparaciones que fueron necesarias en el día a día de la construcción del Jardín Botánico. Su labor más meritoria, ya durante el periodo formativo de la Escuela Taller III, fue levantar un invernadero sobre las paredes del antiguo estanque de riego.
Este edificio, que da hoy entrada al jardin, se caracteriza por ser un buen espacio para experiencias de educación ambiental, aunque arquitectónicamente resalta por su «tejado verde», en el que las tejas han sido sustituidas por jardineras, que, rellenadas con plantas crasas y de rocalla, obtienen un efecto demoledoramente llamativo durante la primavera.
Oficialmente fue abierto al publico tras la inauguración efectuada el 3 de abril de 1995 por el entonces Consejero de Educación y Juventud, D. Victorino Mayoral. Aunque el empuje definitivo le fue conferido tras la firma, entre el Ayuntamiento de Coria y la Consejería de Medio Ambiente, Urbanismo y Turismo en 1996, de un convenio para su apertura y mantenimiento.
Gracias a este trato, la Consejería financia los trabajos de guía y educación ambiental que se proponen para los escolares, miembros de asociaciones, instituciones y otros grupos que lo visitan con frecuencia. También son financiados los trabajos de mantenimiento, cada vez más profesionalizados, que han convertido al jardín en un espacio bello y tranquilo, donde resulta facilmente apreciable la diversidad de la naturaleza verde extremeña.
Información procedente del Jardín Botánico de Coria |