Otro país del Báltico ha elegido su pájaro del año, en este caso se trata de Estonia y la especie filatelizada el alcaudón (Lanius collurio), una de las avecillas estacionales habituales en esta república; otra especie que aparece por estas tierras es la Lanius excubitor, ambas caen bajo el paraguas protector de la Sociedad Ornitológica de Estonia que las promueve como aves propicias para sensibilizar a la ciudadanía debido a su fragilidad: ha entrado en la vía crítica que precede a su desaparición.
Se trata de una especie carnívora, en su dieta encontramos lagartos, lagartijas, pájaros, roedores, serpientes, insectos, etc. La primera especie es bastante común en Estonia de la que se estiman unas 50.000 parejas en pleno verano (sólo unos 500 ejemplares pasan aquí el invierno, la mitad de la segunda especie, menos habitual en el territorio).
Prácticamente habita en toda Europa y el Asia Occidental, la mayoría de los individuos emigran hacia el sur a finales del otoño en busca de la zona tropical africana, su trayecto suele darse principalmente por la zona oriental del continente a través de Turquía por donde llegan hasta Egipto y van bajando hasta poco más allá del África Subsahariana donde pasarán el invierno europeo. Alcanza entre 15-25 centímetros, según la especie y un peso que ronda los 35 gramos, su catalogación la realizó Linneo en 1758. Una de sus peculiaridades es empalar a las víctimas, como si de un Vlad Tepes se tratase, suele hacerlo esencialmente en espinos en donde deja sus piezas y las que consume a medida de sus necesidades de ingesta.
Generalmente suele presentar una coloración rojiza (marrón y listada en el caso de las hembras), cabeza azulada y gris que le hace parecerse a nuestro héroe de cómic infantil “El guerrero del antifaz”, las partes bajas suelen ser rosadas mientras que la cola presenta una coloración blanquinegra.
Anida y cría los polluelos en sus migraciones por el continente europeo, generalmente busca zonas espinosas o arbustos que le ofrecen una defensa natural ante otros depredadores y, al mismo tiempo, una buena zona de caza para poder sacar adelante su nidada que suele estar en torno a la media docena de huevos, éstos tienen una coloración pálida o rosada clara, suelen eclosionar en torno a las dos semanas y media, luego viene otro intenso ajetreo de engorde de similar duración al período de incubación. Los polluelos se incorporan a los adultos y comienzan su propia etapa de supervivencia. En España se calcula que, en el mejor de los casos, el pico se sitúa en torno a las 200.000 parejas, a veces suele provocar confusión con el alcaudón común o Lanius senator.
El mayor peligro [y su descenso poblacional] ha venido provocado por el hombre que, con el uso masivo de plaguicidas, ha destruido la mayoría de las pequeñas piezas de las que se alimentaba y la destrucción del hábitat natural por el uso intensivo del terreno, la lenta recuperación de zonas marginales y de escaso interés agrícola, apropiadas para el nacimiento de espinos y arbustos de mediano tamaño está provocando que haya ciertas esperanzas para una paulatina recuperación de diferentes avecillas, entre las que estarían los alcaudones.
La vida de este pajarillo, bastante común por nuestros lares, nos recuerda a las rapaces, tienen un fuerte pico curvo que les permite descuartizar sus piezas con relativa facilidad o las largas patas acabadas en unas robustas uñas cortantes hacen que sea una especie depredadora de gran efectividad a la hora de la caza. Recuerdo de niño que era una especie bastante habitual en las jaulas debido a su especial canto (les permite imitar el de otras especies con cierta facilidad y eso lo hacía precisamente atractivo para tenerlo como pájaro de compañía entre los campesinos de mi terruño natal). Generalmente se atrapaban antes de iniciar el vuelo, personalmente me viene a la memoria el placer de contemplar el precioso alcaudón real -el de mayor porte pues alcanza los 25 centímetros- no sólo por su colorido, sino por la viveza de los ojos o quizás sea el recuerdo de sus picotazos, cuando nos cogía un dedo, había veces que se pasaba minutos sin soltarlo y teníamos que intentar sacarlo a través de la trampilla de la jaula y más de una vez con un buen corte.
En suma: una preciosa avecilla que resalta ese magistral porte en este bellísimo sello de la administración postal de Tallin. Felicitemos a su diseñador porque creemos ha sabido plasmar toda la preciosidad de esta fascinante especie migratoria.
El sello lleva doble facial en este período de tránsito hasta que se convierta en miembro de pleno derecho en la zona euro: 5,50 Kr (0,35€), fue diseñado por Vladimir Taiger, se emitió en pliegos de veinte ejemplares, su tirada: 50.000 ejemplares impresos en offset por AS Vaba Maa.
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JUAN FRANCO CRESPO
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