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Agricultura
SUELOS
Acondicionamiento - 4ª parte
La aportación de nutrientes
a falta de nutrientes es un grave problema de los suelos que afecta directamente a su productividad. Todas las plantas necesitan para su crecimiento una serie de elementos químicos en mayor o menor cantidad, aunque existen una serie de ellos imprescindibles, tales como el nitrógeno, fósforo, potasio, calcio, azufre y magnesio; en realidad cualquier fertilizante debería contener como mínimo los tres primeros, en un porcentaje que puede ser por ejemplo 5% de nitrógeno, 8% de fósforo y 7% de potasio.
Otras sustancias existentes en el suelo en pequeñas cantidades como el cobre, boro, cinc y manganeso también son necesarias para un correcto crecimiento de la mayoría de plantas. La mayoría de los suelos encierran algunos nutrientes en abundancia, como el azufre, hierro o calcio. Por su parte, el hidrógeno, oxígeno y carbono son nutrientes necesarios para las plantas, pero que reciben en cantidades prácticamente inagotables a través del agua y el aire.
Identificación de la carencia de nutrientes
El simple abono con cualquier fertilizante compuesto sin conocer las necesidades de las plantas en cuanto a un nutriente específico, puede concluir con un desarrollo inadecuado, por eso es conveniente analizar previamente cual es el nutriente que necesitan y así elegir el tipo de abono correcto. Observando las plantas podemos intuir de que elementos carecen.
La falta de nitrógeno presenta hojas débiles y de colores verde-amarillentas, se corrige aplicando abonos nitrosos; éste puede ser absorbido por las plantas también en cualquiera otra forma de presentación, tal como compuestos de amonio, amoníaco puro o urea. Aunque el nitrógeno está presente en la atmósfera en grandes cantidades, las plantas no pueden utilizarlo de esta forma sin transformarlo previamente.
Una forma de aportar nitrógeno a los suelos sin utilizar fertilizantes, es mediante el cultivo de plantas leguminosas, como la judía, el trébol o la alfalfa, las cuales tienen la capacidad de fijar el nitrógeno en el suelo mediante una serie de reacciones químicas; tras la cosecha de estas plantas dispondremos de un suelo rico en nitrógeno y preparado para un nuevo cultivo.
Cuando las plantas están faltas de nitrógeno presentan hojas débiles y de colores verde-amarillentas
La falta de magnesio presenta hojas de colores entre blancos y amarillos con manchas marrones, y puede ser corregido pulverizando sulfato de magnesio.
La falta de fósforo se manifiesta sobre todo en las flores, las cuales se secan prematuramente, además de que tardan en formarse y abrirse; se corrige abonando después de la floración con superfosfato de cal.
La falta de boro se manifiesta mediante hojas verdes en el centro, que después se tornan amarillas y marrones por los bordes; y en las flores, que tardan en abrirse. Se corrige abonando con boro antes de la caída de la hoja, y pulverizando con borato sódico.
Hojas verdes en el centro y amarillentas en los bordes puede ser indicativo de la falta de boro
La falta de potasio se manifiesta en la forma y color de las hojas, las cuales se doblan por su borde, se quedan pequeñas y amarillean hasta tornarse grises. Si la falta de potasio persiste, estos síntomas progresan hasta que alcanzan la parte superior de la planta.