AGRICULTURA - SUELOS: Acondicionamiento - 3ª parte

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SUELOS

Acondicionamiento - 3ª parte


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El abonado

ediante el abonado aumentamos la fertilidad de los suelos, restituyendo las sustancias perdidas durante el desarrollo de los cultivos. Los abonos pueden ser orgánicos e inorgánicos. Los orgánicos pueden proceder del humus que generan las plantas en descomposición (compost), o de las cuadras de los animales (estiércoles). Los inorgánicos suelen ser productos químicos sintetizados, éstos son menos apreciados cuando se desea practicar una agricultura biológica.

Abonos orgánicos

Desde una perspectiva ecológica los abonos orgánicos, aunque de absorción más lenta que los sintéticos, aportan a los suelos muchas bacterias descomponedoras y a largo plazo son la mejor alternativa. Además de mantener los suelos en buenas condiciones físicas, y aportarles reservas de nitrógeno y otros nutrientes importantes para el desarrollo de las plantas, un adecuado equilibrio de materias orgánicas tiene gran influencia en la productividad.

Los abonos orgánicos pueden proceder de restos vegetales en descomposición, sea conseguidos artificialmente como los resultantes del compostaje (compost), fermentación de excrementos sólidos y líquidos de los animales mezclados con los restos de vegetales que les sirven de cama (estiércoles); o resultado de la actividad biológica natural, como el humus que forman las bacterias y otros organismos descomponedores de los vegetales muertos que se van acumulando en la superficie de los suelos.

Los abonos orgánicos pueden proceder del humus que forman las bacterias y otros organismos descomponedores de los vegetales muertos que se van acumulando en la superficie de los suelos, tales como hojas, hierbas, ramas...
Los abonos orgánicos pueden proceder del humus que forman las bacterias y otros organismos descomponedores de los vegetales muertos que se van acumulando en la superficie de los suelos, tales como hojas, hierbas, ramas...

Los abonos orgánicos también pueden ser restos sin descomponer, como las plantas de leguminosas ya desarrolladas (judía, trébol, guisante, alfalfa...), que se entierran para que se descompongan en el suelo y aporten nitrógeno y otros elementos nutritivos, como el fósforo o el potasio.

Abonos inorgánicos

Como se ha dicho, los abonos inorgánicos o sintéticos, aunque se asimilan más rápidamente que los orgánicos, para la práctica de la agricultura biológica no gozan de la misma aceptación. Los efectos de los abonos sintéticos pueden llegar a ser poco deseables, pues la rápida asimilación de los suelos obliga en muchas ocasiones a depender de estas sustancias mediante aportes continuos. Además, las bacterias encargadas de que las plantas puedan asimilar los nutrientes del suelo, pueden desaparecer por la aplicación desmedida de estos abonos.

En base a los elementos que contienen, los abonos químicos pueden ser simples o compuestos. Se dividen en: fosfatados, nitrogenados y potásicos.

Fosfatados

Los abonos fosfatados están compuestos por los fosfatos naturales de los huesos, las escorias procedentes de la desfosforación, la apatita (fosfato de flúor y calcio), etc. Estos abonos son de absorción más lenta que los superfosfatos (fosfatos ácidos de cal), mucho más solubles y de rápidos efectos. Los abonos fosfatados se utilizan para acondicionar terrenos pobres, y en el cultivo de cereales y leguminosas.

Nitrogenados

Los abonos nitrogenados se dividen a su vez en tres grupos: los que tienen como base el nitrógeno combinado con el oxígeno, ejemplo de los nitratos de sosa (o nitratos de Chile), cal, potasa, etc.; los que tienen como base el nitrógeno amoniacal, ejemplo de sulfato amónico y las aguas amoniacales; y aquellos otros cuya base es nitrógeno orgánico no soluble, ejemplo de los guanos y turtós, que deben ser transformados previamente en alguno de los tipos anteriores para su aplicación.

Los abonos nitrogenados favorecen el desarrollo de las partes herbáceas de las plantas, y le aportan vigorosidad y un color verde oscuro de apariencia muy saludable; cuando escasea el nitrógeno las hojas amarillean y se tornan débiles.

Las plantas bien nitrogenadas suelen mostrar partes herbáceas de color verde oscuro y de aspecto muy saludable
Las plantas bien nitrogenadas suelen mostrar partes herbáceas de color verde oscuro y de aspecto muy saludable

Potásicos

Por su parte, los abonos potásicos más utilizados son los cloruros, sulfatos, carboratos, nitratos, kainitas (sulfatos de magnesia, cloro y potasa), y las potasas provenientes de cenizas de la madera y otros vegetales quemados. Estos abonos son útiles en tierras arenosas y ligeras.

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