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Agricultura
REPRODUCCIÓN
Métodos - 5ª parte
Reproducción asexual o vegetativa
a reproducción asexual en los vegetales es aquella en la cual no existe un apareamiento y fusión de los núcleos de dos células masculina y femenina, sino que los individuos pueden multiplicarse por otros mecanismos en los cuales la parte regenerada constituye otro individuo completo y semejante.
Numerosas especies de plantas, además de reproducirse normalmente de forma sexual, tienen la propiedad de realizar esta regeneración mediante fragmentación, división, o a partir de órganos o partes vegetativas como yemas, bulbillos, tubérculos, estolones, rizomas, etc. Existen vegetales cuya capacidad de regeneración vegetativa llega incluso a extremos que sorprenden, y nos maravillan sobre las infinitas posibilidades de la naturaleza para superar las limitaciones físicas para su propia reproducción y perpetuación; tal es el caso de la Begonia rex, cuyas hojas partidas en trozos y dispuestas sobre la tierra húmeda son capaces de desarrollar raíces y dar lugar a nuevos individuos.
La Begonia rex es una planta con una
sorprendente capacidad de reproducción, puede
desarrollar raíces, y por tanto nuevos
ejemplares, a partir de trozos de sus hojas
dispuestos sobre tierra húmeda
Otra forma de reproducción asexual es la realizada mediante esporas, consistente en una serie de células germinales que pueden desarrollarse si las liberamos en el medio adecuado, produciendo individuos similares a aquellos de los cuales proceden; el ejemplo más significativo de esta forma de reproducción es la utilizada por muchos hongos (setas, champiñón...), así como algunas algas.
Todas estas propiedades han sido más o menos aprovechadas desde la antigüedad por los humanos para obtener la multiplicación de las plantas que les resultaban más útiles y beneficiosas. Se distinguen tipos de reproducción asexual muy comunes en horticultura, agricultura y jardinería, tales como las patatas a partir de los ojos; las fresas a partir de los estolones que emite la planta en su avance sobre la tierra; los ajos a partir de los dientes; los champiñones a partir del micelio o esporas; las rosas a partir de esquejes o estaquillas; etc.
Planta de fresa, donde se pueden observar los
estolones que parten de la planta madre, y que a
cierta distancia producen raíces y nuevas
plantas
Esquejes
Existen variadas especies vegetales que consiguen enraizar fácilmente a partir de una rama u hoja cortadas, si se realiza esa operación en determinada época, medio, y con los cuidados adecuados; éstas hojas o ramas seccionadas de una planta madre se denominan esquejes.
El esquejado es una actividad muy extendida entre los horticultores y jardineros, considerada además una buena práctica de las técnicas agronómicas para obtener la multiplicación de aquellas plantas de interés económico u ornamental. Como norma general, aunque los vegetales tengan la capacidad de reproducirse mediante semillas, si pueden reproducirse vegetativamente, ésta suele ser la forma más adecuada de conseguir su multiplicación.
Estaquillado de esquejes para su reproducción
La característica más importante de la reproducción vegetativa, por ejemplo mediante el esquejado, es que la planta hija es siempre semejante a la planta madre, ya que el material genético de la planta reproducida procede de una división celular de la planta parental, y por tanto conservará todas sus condiciones fisiológicas y morfológicas. Aquí, las diferencias que se puedan presentar solo vendrán dadas por las posteriores variables ambientales, climáticas y nutricionales.
Mediante el injerto y el estaquillado de esquejes podemos propagar aquellas plantas, frutales, etc., que no poseen semillas o que poseen determinados caracteres beneficiosos. Allí donde encontremos un vegetal que ha conseguido desarrollar de forma arbitraria alguna característica apreciable, puede ser multiplicado en muchas ocasiones con el sistema del esquejado.