Natureduca - Portal educativo de ciencia y cultura |
Salud
LA SALUD MENTAL EN EL MUNDO
Prevención y manejo de la enfermedad mental - 3ª parte
Fuente: OMS
Prevención de la conducta suicida
a prevención de la conducta suicida (el intento y el suicidio consumado) implica una serie de desafíos en el nivel de la salud pública.
Por un lado, es importante destacar que las edades de las personas en riesgo se extienden desde la adolescencia temprana hasta la edad avanzada. Por el otro, el riesgo suicida varía grandemente según los factores demográficos y culturales (entre ellos, la edad, el género, la religión, el nivel socioeconómico) y el estado mental. Asimismo, esta influido por la disponibilidad de los métodos usados para consumar esa conducta.
Esta diversidad de factores hace necesaria la integración de diferentes enfoques en el nivel poblacional, con el fin de lograr importantes resultados. De acuerdo con la mejor evidencia disponible (OMS, 1998), las siguientes intervenciones han demostrado su eficacia en la prevención de algunas formas de conductas suicidas:
El control de la disponibilidad de sustancias tóxicas (en especial, pesticidas en áreas rurales) de algunos países asiáticos;
Detoxificación del gas doméstico y del automóvil;
El tratamiento de personas con trastornos mentales (en especial, depresión, alcoholismo y esquizofrenia);
Reducción del acceso a armas de fuego; y
Moderación en los artículos periodísticos que informan sobre suicidios.
El tratamiento de los trastornos mentales: eficacia y costo-eficacia
El reconocimiento creciente de salud mental como un aspecto central en la salud pública internacional ha llevado a la necesidad no menos creciente de demostrar que la inversión de recursos en el desarrollo de servicios no sólo es un tema requerido sino que también es importante. Específicamente, no sólo se ha vuelto esencial recoger evidencias de intervenciones efectivas sino también de estrategias apropiadas de salud mental tanto costo-eficaces como sostenibles.
Si bien el volumen de estos estudios es aún modesto, especialmente en países de bajo o medianos ingresos, existen evidencias económicas de volumen creciente que demuestra que intervenciones para tratar la esquizofrenia, depresión y otros trastornos mentales no sólo están disponibles y son efectivas, sino que son también accesibles económicamente y costo-eficaces.