LA RADIODIFUSIÓN RUMANA

“La radio es, con creces,
la mejor escuela de vida”
(Dimitri Gusti)

Como sucediera en otras partes del continente europeo, las primeras pruebas se realizan en los años veinte del pasado siglo, concretamente en 1927, aquí la música también jugará un importante rol. Al año siguiente nace la Sociedad Estatal de Radiodifusión, las pruebas se originaron en un viejo edificio del XIX que en la actualidad alberga el Museo Rumano de Literatura pero entonces acogía las instalaciones del Instituto Electrotécnico Universitario.

Radio Rumana01

Inicialmente se emplearon los 280 metros y la potencia era de 200 vatios; los programas se anunciaron en Alemán, Francés, Italiano y Rumano; desde los mismos comienzos de la radio se apostaba por una audiencia multinacional, aquellas pruebas tuvieron un éxito inesperado y la señal se captó en un radio de mil kilómetros. Según el historiador Eugene Dense, se sintonizó la emisión en casi toda Europa y amplias zonas del Oriente Medio. Por primera vez se radiaron óperas rumanas y siguieron conciertos desde el Ateneo, Sinfonías de Beethoven durante el invierno, etc.

Inicialmente, los experimentos no estaban circunscritos a las fronteras nacionales, se buscaba saber el poder de penetración de las emisiones y con ello la posibilidad de hacerse oír lo más posible, sobre todo tras comprobarse que era un arma ideológica que podría utilizarse con fines meramente propagandísticos y combatir las emergentes dictaduras tras la I Guerra Mundial.

Rumania había recuperado la monarquía y la primera transmisión oficial salía al aire el 1 de noviembre de 1928, “Atención, atención, están escuchando Radio Bucarest” fue el primer mensaje de la transmisión oficial realizada a las 9 de la noche; entonces la potencia se duplicó a 400 vatios y la banda elegida 401.6 metros, la ubicación fue en la calle del General Berthelot 60-64, en el centro histórico de la capital rumana: pocas emisoras mantienen su sede desde el mismo inicio de la radio. Históricos son los nombres de los pioneros rumanos de la radio, entre otros encontramos a Margareta Marinescu, Puia Vasilescu Rebreanu, Aurora Balaceanu, Nadia Stefanescu, etc. Los primeros directivos fueron George Carnu Muntenau (director) y Dragomir Hurmezescu (presidente). De las 305 horas emitidas en 1928 se pasaron, apenas un lustro después, a 3.500 (1934).

En la década siguiente los oyentes se ampliaron y la señal se captó en un mayor número de países y ello incidió en la Sociedad Rumana de Radiodifusión para encarar el servicio exterior en lenguas extranjeras. En 1932 se radiaban las primeras noticias en francés e inglés, se ponían en antena en horas nocturnas para aprovechar al máximo la propagación de la onda media; le siguieron emisiones en rumano, alemán y, finalmente, italiano.

Las autoridades de la Corporación Nacional de Radiodifusión en Rumania veían la extraordinaria capacidad del medio y rápidamente iniciaron los primeros servicios de intercambio, frecuentemente material con música clásica rumana y literatura, este material se preparaba y facilitaba en alemán, francés e italiano que ya se emitía por emisoras de esos países como hoy hace Radio Nacional de España en su programa musical que conecta con infinidad de servicios radiales para ofrecer a su audiencia otras voces y otros ritmos.

En marzo de 1933 ya se realizaban dos transmisiones semanales a las 2100 UTC, la emisora era captada en todo el Mediterráneo, incluso llegaron mensajes desde Australia y Nueva Zelanda: la historia de los diexistas arranca con la misma historia de la radio. Al informar a las emisoras estaban iniciando el camino para una de las aficiones más instructivas e interesantes sin apenas gasto y sin necesidad de salir de casa, claro es que los receptores tampoco eran portátiles.

Los martes la programación se realizaba en francés, los jueves y viernes en alemán. En agosto de ese año llegaba la primera carta desde Escocia, la escribió John Hardle y, con su informe de recepción entraba en la historia de la emisora. Pero la primera carta que envió un oyente desde el extranjero llegó desde Egipto. Desde Italia la primera misiva la escribió Oscar Laurenti que residía en Nápoles y la dirigió a la sección francesa ya que era la emisión captada y daba los detalles de la ópera que se radiaba ese día Lucía de Lamermoor. En 1935 los programas internacionales salían al aire a las 21.45 UTC.

El 12 de febrero de 1939 saltaba al aire un ambicioso proyecto “Radio Universal” que estaba preparado para la audiencia norteamericana, se trataba de difundir la presencia de Rumania en la célebre Exposición Internacional de Nueva York, esencialmente información noticiosa rumana, música y literatura en donde se destacaban los nombres de George Enescu, Maria Tanase o las versiones orquestales de Grigory Dinicu que hicieron inolvidables aquellas transmisiones transcontinentales en la onda corta. A partir del 19 de febrero de 1939 algunas emisoras norteamericanas comenzaron también a radiodifundir de forma regular la revista radial “Radio Adevarul”.

El contenido de los programas se fue gestando sobre la marcha y observando lo que hacían otras emisoras de diferentes países. Frecuentemente estaba centrado en la realidad histórico-cultural del momento. La primera planta para el servicio de onda corta se montó al norte de Bucarest y la banda empleada fue la de 34.2 metros. El transmisor no era muy potente, pero se cubrió, satisfactoriamente, el continente europeo y el Oriente Medio.

Durante la II Guerra Mundial los programas se ampliaron al griego, turco, ruso, serbio y ucraniano; las emisiones en este período reflejaban el momento histórico y el posicionamiento del país ante los hechos bélicos que conmovieron al mundo, la colaboración con los aliados era total, aunque el Rey Miguel I de Rumanía se vio forzado a abdicar y ese mismo 23 de agosto de 1944 surcaba el éter una nueva emisora “Roman Dacia Radio Station” que realizaba sus servicios en inglés, francés, ruso, húngaro y alemán. La estación fomentó la integración de Rumania en las Naciones Unidas, promovía la reconstrucción de la economía rumana y el proceso democratizador; el estudio se ubicó en el Colegio St. Sava ya que los bombardeos alemanes habían destruido las instalaciones de General Berthelot.

El 21 de diciembre de 1946 aparece “Free Rumania”, pero poco después de finalizada la guerra, el sistema comunista acaba arrasando Europa Oriental y se imponía la dictadura del proletariado a millones de personas; se entraba en la denominada Guerra Fría que duró hasta la caída del muro de Berlín y la subsiguiente desintegración de la Unión Soviética. En 1948 se continuaban las emisiones en alemán, francés, inglés, ruso y serbio.

La primera emisión en rumano específicamente destinada al exterior salió al aire el 10 de julio de 1950, en paralelo con los programas de Free Romania, en ambos casos espacios de media hora, posiblemente uno de los mejores formatos para la onda corta, más de una hora suelen ser poco atractivos para la audiencia internacional, aunque permitan al oyente incorporarse al servicio en cualquier momento. Años después se introdujo una programación para los Estados Unidos (The Romanian Broadcast for the United States), donde existía una gran colonia de rumanos (actualmente en España, finales del 2009, se calcula hay un millón de rumanos que están engrosando los servicios sociales y las oficinas de paro ante la galopante crisis que nos azota). Después de 1955 se le añadió La Voz de la Patria (The Voice of the Motherland) que también transmitió en paralelo hacia los EE.UU. De este período son, posiblemente, las dos mejores voces de la historia de la radiodifusión rumana al exterior: Mihai Zirra y Marcela Rusu. Para contrarrestar la mala prensa y la hostilidad de los expatriados rumanos, los programas tenían un contenido mucho más humano y menos propagandístico que las emisiones regulares al uso. De hecho, Rumania gozaba de una cierta libertad que contrastaba con el férreo control de otros regímenes comunistas, incluso se permitía desafiar abiertamente a Moscú. En esa época “Glasal Patriei (La Voz de la Patria) era también una cabecera periodística que se distribuía de manera masiva entre los rumanos de todo el mundo y su sede estaba en Bucarest.

El 12 de abril de 1958 se unificó la programación para los Estados Unidos y se realizaron espacios expresamente distintos para la audiencia en Europa Occidental. En esa época se incorporó al servicio francés la Sra. Andree Fleury que murió tras un siglo de vida. Algunos de sus discípulos en los estudios radiales de Bucarest acabaron integrándose posteriormente en los servicios de Radio Francia (RFI) o Radio Free Europe (RFE), entre otros estaban Elena Murgu y Alain Paruit.

En esa época comenzaron los programas en español, griego, yiddish, italiano y portugués. En 1957 se empleaban once idiomas: alemán, español, francés, griego, inglés, italiano, persa, ruso, serbio, turco y yiddish.

Los pioneros del servicio inglés fueron unos entusiastas radioescuchas de las emisiones de Radio Bucarest, Edith y Max Eisinger que, junto con Catinca Ralea, lograron algunas de las mejores entrevistas de la emisora estatal rumana, entre otros personajes estaban Yehudi Menuhin, Arthur Rubistein, Henry Moore, Margaret Thatcher o Edward Kennedy. En esa época se suspendieron las emisiones en ruso, aunque se continuaron los servicios de transcripciones que los países comunistas retransmitían en el territorio del otro, generalmente era un servicio en onda media hasta que el distanciamiento con Moscú llevó a reanudar las emisiones directas el 15 de diciembre de 1975 cuando Rumania rompía el Tratado de Varsovia en materia radial y enviaba directamente al territorio de la URSS sus programas en lengua rusa sin tener que someterse al filtro o censura soviética.

Los años cincuenta fueron sumamente ricos en el mundo de la radiodifusión internacional. Medio siglo después, tras la caída del muro, la radio internacional decidió replegarse y con ello el ocaso de las libertades; el libre albedrío, el buenismo, la decadencia y la corrupción iniciaron su reinado global que no para de darnos sobresaltos. Hay países donde los periodistas, antes amantes de la libertad de expresión, ahora son meros censores encubiertos y panfletarios que difunden lo que interesa al gobierno de turno que los tiene “acogotados” con las multimillonarias prebendas que dan a los medios por medio de la denominada publicidad institucional, las suscripciones masivas -en muchas bibliotecas de Cataluña sólo hay prensa de un solo color- y el pesebrismo, dándose la paradoja de una miseria intelectual que espanta y nos aboca a un presente demasiado perturbador para el común de los mortales. La libertad está en peligro, pero nadie hace nada y Bruselas está demasiado lejos para los desmanes que día tras día ha de padecer el pueblo, sencillo y trabajador que cada vez tiene menos trabajo, más deuda y más incertidumbre: ¡Lo peor es que gobierna un grupo de izquierdas, los denominados progresistas, que están dándonos lo “mejor” de cada casa a la hora de la falta de ética y cuya verdadera razón es gobernar “porque lo digo yo”, con premeditación y alevosía! Ellos, los muy cucos, dicen que el pueblo “los ha escogido” y pueden legislar a su antojo cercenando derechos y cambiando la administración con una pasmosa tranquilidad del mundo sindical y social. Como ejemplo pongamos el célebre “Estatut” o la “LEC” en Cataluña. La sinrazón parece ser el único faro que tienen estos iluminados que, gracias al actual sistema político, pierden las elecciones, se juntan los perdedores y ¡Viola!: Ya pueden ejercer el poder y violentar todas las leyes que quieran que aquí no pasa nada. ¡Cuánto echamos a faltar la entereza con la que en Taiwán se han atrevido a enviar a la “cárcel” al mismísimo mandamás, pero claro, allí parece que sí es libre la judicatura! Ya salen voces diciendo que Franco se portó mejor que la democracia [Jordi Pujol, Diari de Tarragona, 25 noviembre 2009].

El 17 de septiembre de 1957 se lanzaba la nueva y familiar identificación de “Radio Bucarest”, el primer idioma que la empleó fue el persa, un servicio que dejó el éter en la primavera de 2000 porque no había nadie con el suficiente dominio del farsi.

El 5 de abril de 1961 saltaba al aire el servicio árabe y en 1989, con la Revolución Rumana, se pasaba a la nueva denominación de Radio Rumania Internacional. El 23 de marzo de 1991 se incorporaba el dialecto aromanian destinado a las comunidades cíngaras esparcidas por los Balcanes.

El 1 de octubre de 1991 se iniciaron los servicios en chino, como sucediera en otras etapas, se aprovechaba la presencia de personal autóctono en Bucarest para los programas internacionales, en este caso estaba Yang Shunxi (Profesor de Rumano en la Universidad de Pekín), Li Jiayu y Shen Qinchen (habían trabajado en el departamento rumano de la Radio Internacional de China-CRI). El 27 de marzo de 2004 cesaron los servicios en búlgaro, griego, húngaro, portugués y turco.

El siglo XXI también arrasó las estructuras radiales en Europa Oriental [las occidentales habían comenzado a finales del siglo precedente, para los españoles fue la pérdida constante de países y sistemas que dejaban de transmitir en la lengua de Cervantes, decían que en España había democracia y los políticos del momento, que antes habían utilizado estas estaciones para lanzar sus postulados al aire, no tardaron en presionar para que se cerraran las emisiones que eran una convocatoria nocturna para la mayoría de los hogares que tenían en la radio uno de los mejores sistemas de información, una de las primeras en caer fue la emisión de París, luego Argel, y similar suerte corrieron casi todos los demás países]. Se apostó por las nuevas tecnologías y se desviaron recursos hacia estos objetivos, no está demostrado que sean más los oyentes, porque Internet, a pesar de todo, no es la panacea. ¿Cuántos de nosotros hemos intentado escuchar una emisión y en la mayoría de los casos no lo hemos conseguido o se corta la transmisión?¿De qué nos sirve la red si cuando quieres algo no te lo da?

Con la radio, si hay propagación, conectas y ahí está el milagro con un sencillo y portátil receptor que lo puedes llevar a cualquier parte. ¡Pero de esta manera no te controlan y no pasas por taquilla en forma de cuota mensual que es, a lo mejor, a lo que se aspira en la decadente sociedad occidental del XXI, donde, generalmente, los más inútiles están al frente de los medios más sofisticados! Hemos perdido la frescura de la radio, ahora todo tiene el mismo “eco”, salvo honrosas excepciones: no para de concentrarse la información y los medios acortan terreno para un dominio total de las masas que asisten, impasibles, al ¡sálvese quien pueda! de manera extrañamente estupefacta.

HISTORIA DEL SERVICIO ESPAÑOL

La emisión en lengua española surcó el éter el 15 de marzo de 1955 a las ocho de la tarde, al frente estaba Hortensia Roman (una refugiada de la Guerra Civil Española, su hijo Petre Roman llegó a la presidencia del país años después, tras la caída del régimen de Ceaucescu. Un episodio demasiado duro para cualquier sistema de gobierno: se derribaba al dictador y, sin darle oportunidad alguna, nacía un sistema con las manos manchadas de sangre. La familia Roman estuvo al frente de diferentes medios estatales.

Radio Rumana02

Originalmente el servicio se denominaba Redacción para Programas Políticos para el Extranjero que dirigió la esposa de Walter Roman [un prohombre de aquella histórica etapa en la que el mundo envió a sus voluntarios a la península a luchar por las libertades y cuando ellos tuvieron oportunidad cercenaron las de sus pueblos]. El proyecto para dirigirse al mundo de habla española fue una idea que cuajó de lleno en los dirigentes del momento y se puso manos a la obra de construir una de las redacciones más activas de cuántas hemos conocido en la histórica onda corta en español, además, ese trabajo se veía altamente recompensado con una redacción y un servicio de atención al oyente que no deja de ser una realidad sumamente atractiva para los que en su día, apenas cubiertas las rodillas, escribíamos a la emisora. En mi caso el recuerdo es imperecedero ya que a los dieciséis años participé en uno de los concursos de Radio Bucarest y recibí como premio un receptor MAMAIA [todavía se escucha la onda media], era el primer trofeo de una cierta importancia que lograba en mi vida. Cuando lo tuve en mis manos, tras abonar las 1.500 pesetas de la época [entonces yo ganaba 500 pesetas al mes] por “derechos aduaneros”, menos mal que me aplicaron el mínimo de entonces, y es que la “hacienda pública” siempre te ha levantado la chaqueta.

Entre otros nombres de gran tradición en la radio rumana, encontraríamos al citado de Hortensia Roman, acompañada de Vicente Arroyo y Daniel López por parte española; la contraparte rumana fueron Sanda Minea, Paul Teodorescu, Eugen Marian y Alina Panaitescu, a alguno de ellos todavía pude saludarlos a comienzos de los ochenta. Entonces comenzaron a llegar las cartas de los oyentes españoles ¡menos mal que teníamos dictadura y, hoy, leemos en muchos casos con asombro, que estaba prohibido el contacto con los países comunistas, recuerdo el pasaporte que me entregaron cuando gané mi primer viaje en un concurso de Radio Budapest: Todos los del mundo, excepto los comunistas que citaban uno a uno. Por supuesto, para Hungría necesité visado y ¡nada más! La primera emisión surcó el éter el 15 de marzo de 1955 a las 20 horas, tenía media hora de duración con diez minutos de noticias, comentarios de temas políticos, secuencias de la actualidad rumana y por supuesto: la música que nunca se olvida, especialmente las cortinillas que daban paso a los diferentes microespacios y en donde La Alondra venía a ponernos en guardia para escuchar algo que siempre me encantó: las melodiosas voces de unos locutores que hablaban un español impecable y con una voz aterciopelada que te hacían creer eran familiares de toda la vida. La correspondencia llegaba sin ningún tipo de problemas a mi ciudad de nacimiento en la montañosa Granada.

Al equipo original se le incorporaron rápidamente otros nombres: Antonio Gálvez, Alfonso Egea Olid, Remedios Montalbán Sánchez, Mihai Niculescu y Nita Romano, entre otros hicieron posible un éxito inusitado para las autoridades de la radio que autorizaron otras tres horas de programación en lengua española, acabó completándose con una cuarta que se transmitían en dos ocasiones para España y tres para América Latina, la mayoría de las veces audibles en la península Ibérica, aunque a horas intempestivas pero con el MAMAIA se saltó la barrera de las bandas tropicales y alguna de onda corta que no tenía mi viejo Telefunken con su ojito mágico.

Entonces también nacía la cátedra de Lengua y Literatura Española en la Universidad de Bucarest (1957), tuvo al frente a uno de los académicos rumanos más insignes, el hispanista Iorgu Iordan. Han sido los egresados de esta sección lingüística los que han ido integrándose en el cuadro de trabajadores radiales de Radio Rumania Internacional, una situación que perdura en el tiempo, pero no sólo se integran en las emisiones de radio, también en gabinetes de prensa, medios escritos y editoriales que vierten materiales al rumano o al español, según convenga. En esta etapa se integraron Rodica Tautu, Alexandru Grigore Dima, Ileana Scipione, Mircea Rafa, Eugenio Hac, Marina Romano, Alin Genescu, etc.

El mundo musical hispanoamericano también tenía su cabida y nos permitíamos escuchar por medio de la radiodifusión internacional voces que nunca se sentían en las estaciones españolas, esa era la otra gran parcela: enchufar la radio para sorprenderte no sólo con las noticias y comentarios, situadas siempre en las antípodas de lo que decía la prensa española de la época [más o menos lo que hoy nos pasa cuando escuchamos Radio Corea o Radio Taiwán, con mucha suerte, en algún “suelto” de prensa nos encontraremos una noticia que a lo mejor ha tenido 5 o 10 minutos de las emisiones de actualidad de las emisoras internacionales, aunque claro está, a veces esas noticias no interesan a los “políticos pijos de nuestro tiempo” que aspiran a “solucionarnos nuestras vidas, puteándonos al máximo”].

Tampoco quiero dejar pasar un hecho que enorgullece a la historia de la radio en lengua española: RADIO ESPAÑA INDEPENDIENTE, la única emisora española sin censura de Franco, en Bucarest tenía sus estudios y en RADIOBLOG hay un documento sobre el tema; TV3 ha emitido un excelente reportaje sobre la vida de Jordi Solé Tura que fue uno de los históricos de esta emisora, en su momento uno de los padres de nuestra actual Constitución. Exacto esa misma que con la llegada del nuevo siglo los nacionalismos periféricos tratan de cercenar sin atreverse a solicitar su modificación por consenso o por votación popular. ¡Faltaría más: los políticos se bastan y sobran para montar el “gallinero” porque, el pueblo [dicen los pobrecitos] no está preparado para emitir un voto que les ponga en su sitio!

Actualmente la radiodifusión rumana al exterior, dentro de la redacción española tiene varios nombres que, según su web, eran: Irina Calin, Luminita Ganea, Eugen Hac, Lucia Manus, Brigitta Pana, Rodica Popa, Valeriu Radulian, Simona Sarbescu, Victoria Sepciu [profesora de español, encargada de correspondencia y diexismo], Monica Tarau y Alexandru Grigore Dima. La variedad en su contenido sigue siendo una constante, destacar las diferentes oportunidades que se ofrecen para conocer el país por medio de sus concursos, algunos españoles han conseguido el primer premio y han visitado Rumania como invitados de la emisora y los diferentes patrocinadores ¿será alguno de nuestros visitantes el próximo en conseguir dicho trofeo?

LA CONMEMORACIÓN FILATÉLICA DEL 80 ANIVERSARIO

El correo rumano emitió el 28 de octubre de 2008 un sello de 2,40 Lei (minipliegos de 24 ejemplares con leyendas alusivas a los diferentes servicios de la radiodifusión rumana en el margen inferior de la hoja, una hojita bloque de dos ejemplares centrados en el clásico micrófono “en el aire”). Se trata de un sencillo sello de cuatro colores que simbolizan las ondas descubiertas por el alemán Hertz a las que se le ha añadido la leyenda del 80 aniversario. El sello fue diseñado por Mihai Vamasescu, en total se lanzaron 98.120 ejemplares (71.520 en hojas de 24 sellos y 26.600 en hojitas bloque de dos ejemplares) que, dependiendo de la concepción de cada temático radial, se pueden configurar diferentes combinaciones para ilustrar cualquier página, sello aislado, díptico o tríptico que, una vez descontadas las leyendas inferiores, quedarían reducidos a una sexta parte, ya que en el borde de hoja inferior la leyenda los convierte en diferentes gracias al logo de la radio y la leyenda alusiva:

Radio Romania Actualitati,
Radio Romania Antena Satelior,
Radio Romania Cultural,
Radio Romania Muzical,
Radio Romania Internacional,
Radio Romania Regional.

Además de encontrarnos los sellos en formato “tete-beche” que aún reducirá más la exigua tirada, luego vendrán otras posibles combinaciones y los casi 500 ejemplares empleados para confeccionar el clásico sobre de primer día que ofrece el Servicio Filatélico a sus abonados, una verdadera minucia si tenemos en cuenta que antes de finalizar el siglo se hacían varios miles; eso nos muestra que el abuso se ha ido cebando contra los servicios de correos de medio mundo que pensaban que podían exprimir sin límite el número y las variantes de las emisiones que ha convertido el hecho de hacerse con las novedades [que prácticamente nunca se utilizan en el franqueo] en un impuesto “para tontos” y que los filatelistas de medio mundo satisfacíamos con gusto: el de sentirnos felices con nuestros sellos de correo que cada vez son menos sellos y más cromitos. La desbandada general a nivel planetario está llevando a centenares de personas fuera del mercado filatélico.

Este es el desolador resultado tras introducir criterios que diseñan los burócratas de Bruselas, pero que desmontan las redes con una pasmosa y terca realidad de la ineficacia… Lo único que aumenta es el coste y la desidia: cada vez tenemos peor servicio y en España, por ejemplo, suele haber zonas en las que a veces sólo hay reparto una o dos veces por semana por mucho que la Ley diga que el reparto, al menos, se realizará cinco veces por semana. Así pues, el correo español tampoco ha escapado a la hecatombe y el deterioro [la política de personal llevada a cabo por la empresa pública es verdaderamente un desastre: parece como si todos los que no sirven para nada pueden integrarse en el otrora efectivo servicio de correos] por mucho que lo quieran ocultar, es patente para cualquiera que utilice regularmente el servicio postal tradicional que, por obra y gracia de unos pocos, cada vez es más oneroso para el usuario y de una pésima calidad.

El facial conmemorativo se confeccionó en litografía offset a cinco colores [la hojita bloque lo fue a cuatro, aunque el color de diferencia no afecta para nada a la composición del sello], el papel se importó del Reino Unido

http://www.rri.ro/
http://www.romfilatelia.ro/

¿Te gusta? pincha para compartir en tus redes sociales…

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *