Desde que tuvo lugar la primera emisión de radio comercial el 2 de noviembre de 1920, por la KDKA, desde Pittsburg, Estados Unidos, esta invención se iría convirtiendo en un medio de masas. Al principio, la música se interpretaba en el propio estudio, y sólo se utilizaba para insertarla entre los espacios vacíos de cada locución. Pronto se tomó conciencia de que la música resultaba un poderoso atractivo, pasando las orquestas a tener un papel preponderante, interpretando en riguroso directo repertorios clásicos y populares. Las nuevas tecnologías de grabación facilitaron la versatilidad técnica, de modo que el acceso instantáneo a la música dio a la radio la sensación de inmediatez.
La década de los 70, 80 y 90 fueron años dorados para la producción musical, y especialmente para la emisión radiofónica. Los diferentes estilos musicales hallaron en este medio su mejor aliado. El comienzo del siglo XXI, de la mano sobre todo de la industria discográfica anglosajona, fue marcando las tendencias musicales. Así, la primera década fue testigo de cómo la frontera entre estilos iba desapareciendo. Ejemplos de esto lo constituyen algunas estrellas del pop que habían comenzado a brillar en los 90 como Christina Aguilera, Justin Timberlake o Britney Sepears, y que en el nuevo siglo descubrieron el R&B (rhythm and blues) y el rap, asumiendo esos sonidos y estética apoyados por productores y cantantes de los géneros. El hip hop también aporto su particular estilo, tanto de la mano de artistas como de productores, dando al contenido R&B unas notas más contundentes y agresivas; Crazy in love de Beyoncé y el rapero Jay-Z constituye uno de los ejemplos más representativos.
Por otra parte, los artistas de rap se apoyaron en los cantantes de R&B para interpretar los estribillos de sus canciones, convirtiéndolas en pegadizas y muy atractivas para el gran público; aquí podemos citar el hit de Pitbull Give me everything junto con el rapero Ne-Yo y la modelo y cantante cubana Nayer.
Ante la poderosa irrupción de los nuevos sistemas digitales, el consumo de música alteró drásticamente el valor y la forma de manejarse de la industria musical tradicional, pero, la música siguió conservando el estatus de ser una de las más poderosas manifestaciones artísticas, cuyo calado emocional y de transformación social es indiscutible. La formación musical sigue siendo clave para alcanzar el éxito de cualquier proyecto prometedor. En las actividades culturales, la Escuela de Artes y especialmente la Escuela de Música, constituye la base de formación para desarrollar las habilidades musicales, expresarlas y participar así en la riqueza cultural de un país o una comunidad. Esta realidad, es entendida por las compañías musicales, productores, autores y entidades formativas, que despliegan sus esfuerzos de colaboración para apoyar el talento y las capacidades creativas que, junto al desarrollo de marca, constituyen elementos clave para la evolución del panorama musical.
Un ejemplo significativo, lo podemos observar en la Escuela Universitaria de Artes TAI, la cual, junto al sello discográfico Moira Sound y Mercader Lab, firmaron un acuerdo de colaboración con la Sony Music Publishing y la Sony Music Publishing Spain, la editorial musical más grande del mundo, con más de cinco millones de títulos en su haber, y al que pertenecen célebres compositores internacionales, como C. Tangana, Olivia Rodrigo, Rozalén, Rels B, LOVG, Tame Impala, Estopa, Beyoncé, Calvin Harris, Ed Sheeran, Pharrell, entre otros autores reconocidos.
El Master en producción musical de la TAI, en colaboración con las instituciones citadas, permite acceder a la formación junto a profesionales de prestigio internacional que se hallan en activo, y descubrir todas las claves que conectan la industria con la creación personal. Las dos becas formativas a los dos mejores proyectos finales, premian el esfuerzo y talento, que concluiría con la firma de un contrato editorial con Sony. Además, la especialización en composición, postproducción y diseño sonoro, utilizando las herramientas y el software más novedoso, consiguen que el alumno destaque y se posicione en el mercado.
El mercado actual de la industria musical es implacable en cuanto a condiciones, por ello más que nunca la formación es esencial para tener las garantías de prosperar en un mundo tan competitivo. Se requiere cada vez más, productos que estén listos para ser consumidos a través de distintos medios, no sólo la radio, también en soportes que aun perduran, como el CD, el añorado vinilo que ha retornado con fuerza para disfrute de muchos nostálgicos y, como no, los medios y canales online (retransmisión en streaming, Youtube, listas de Spotify…).
Más allá de aprender a interpretar una partitura, la creación musical actual también requiere de formación técnica. La tecnología se abrió camino a pasos agigantados, sea para la composición o grabación de una obra, mediante herramientas que se han tornado en fundamentales para los músicos y compositores contemporáneos. De esa destreza técnica aprendida, nacerán los productos acabados y listos para competir en el mercado musical mediante la difusión a través de una editorial.