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Literatura prosista
LA LITERATURA EN EL SIGLO XIX
El Realismo - 18ª parte
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La prosa narrativa: Principales narradores (continuación)
Leopoldo Alas Ureña "Clarín"
Introducción biográfica
ació en Zamora (1852-1901), ciudad en la que su padre, de origen asturiano, era gobernador civil. A los siete años, su familia se traslada a Oviedo, en cuya Universidad estudió; más tarde estudió también en la Universidad de Madrid; por estos años inició su actividad periodística y literaria.
En 1878 consiguió una cátedra, pero no se la concedieron por sus ideas liberales y republicanas. En 1882 ganó otra cátedra para la Universidad de Zaragoza, donde permaneció un año, para trasladarse después a la Universidad de Oviedo, ciudad a la que tan ligado estuvo y en la que residió hasta su muerte, en 1901. Desde 1875 utilizó el seudónimo de "Clarín".
Obra
Clarín es el autor de una de las mejores novelas del siglo XIX, La Regenta, publicada en dos tomos en 1884 y 1885. La obra se desarrolla a partir del cruce de dos temas muy frecuentes en la novela del siglo XIX: el adulterio y el sacerdote enamorado. El argumento gira en torno al dilema personal de Ana Ozores entre los deberes sociales y matrimoniales y el amor de un conquistador provinciano, dilema del que cree poder escapar por el camino de la religión (a través de su amistad "mística" con el sacerdote Fermín de Pas, enamorado de ella). El tema y su desarrollo se relacionaron desde el principio con Madame Bovary del escritor francés Gustave Flaubert; Clarín defendió la originalidad de su novela frente a este tipo de críticas.
Elemento fundamental de la novela es el mundo de la ciudad provinciana (Oviedo, llamada "Vetusta" en la obra). La descripción es detallista; ciertos elementos naturalistas aparecen también en ella.
Además de La Regenta, su obra narrativa se compone de otra novela larga, Su único hijo (1890), y de cuentos y novelas cortas. Con ninguna de estas obras volvió a alcanzar la altura de su primera novela, aunque algunos de sus cuentos siguen leyéndose con agrado. Los publicó de forma conjunta: las novelas cortas Doña Berta, Superchería y Cuervo, en 1892. Y los relatos de Pipá, en 1886; Zurita, en 1900; Cuentos morales, en 1896; El Señor y lo demás son cuentos, en 1893; El gallo Sócrates, en 1901; etc. Los temas más destacados que trató Clarín en ellos son el religioso, los de tipo rural (entre los que está uno que se ha hecho muy famoso, "¡Adiós, Cordera!"), y los sociales. Elemento importante es también la presencia de los niños como protagonistas de sus cuentos.
Clarín fue uno de los críticos literarios más influyentes de su época. Inició esta labor en 1881, con una obra en colaboración con Palacio Valdés (Literatura 1881), y después ejerció la crítica en periódicos y revistas; reunió sus artículos en varios volúmenes: Apolo en Pafos (1887), Mezclilla (1889), Paliques (1893), Folletos literarios (1886-91), entre muchos otros.
En 1895 estrenó con poco éxito su única obra de teatro, Teresa.
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