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Lengua
SEMÁNTICA
El cambio semántico - 1ª parte
Introducción
l cambio lingüístico, que afecta a todos los planos de la lengua, es notablemente más rápido en el del significado. Si una generación de hablantes apenas percibe leves modificaciones en el sistema fonológico o en el gramatical -o no las percibe en absoluto-, reconoce en cambio cómo determinados vocablos varían, con relativa rapidez en su significado, a veces por la expresa intencionalidad de los hablantes; a menudo, con olvido del que tenían anteriormente; en otras ocasiones, manteniéndolo y convirtiéndose, por tanto, en polisémicos.
Naturalmente, ocurre también que ciertas palabras desaparecen del uso, convirtiéndose en arcaísmos, mientras que otras nuevas entran, por préstamo o creación, en la lengua.
El cambio semántico comienza como un hecho de habla, obra de un usuario individual o de un pequeño grupo de hablantes, siendo entonces un fenómeno ocasional, que luego se propagará con mayor o menor rapidez e intensidad hasta integrarse en el sistema lingüístico y ser sancionado por la norma.
Causas del cambio
¿Por qué cambia el significado de las palabras? La arbitrariedad del signo es el fundamento último de un proceso originado por un conjunto de circunstancias que operan tanto desde el exterior de la lengua como en el seno del propio sistema lingüístico.
Si esencialmente el léxico simboliza la realidad extralingüística, es claro que los cambios experimentados en esa realidad provocarán los de los signos que los representan. La aparición de nuevos objetos e instituciones, la modificación de las circunstancias sociales, la elaboración de nuevas concepciones del mundo (valores, ideas, creencias, conceptos científicos), exigen nuevas palabras desde el momento en que tienen lugar.
Originalmente, el "coche" de caballos era el
medio de transporte de personas y mercancías. Con el tiempo y la aparición
del automóvil (vehículo a motor), la palabra "coche" siguió utilizándose
para denominar al nuevo medio.
Estos neologismos son muchas veces sólo neologismos de sentido: un término ya existente en la lengua altera su significado. Así ocurrió con "bujía"(antes "vela de cera blanca"), "torpedo"(de "cierto pez"a "artefacto bélico"), "coche"(de "tracción animal"a "tracción mecánica"), "cortes"(de "cuerpo consultivo"a "cámara legislativa"), "huelga", "azafata", "sisa", "célula", "constitución", etc.