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Introducción

s de todo merecimiento dedicar algún capítulo a las plantas bulbosas, dadas las especiales características de reproducción que las diferencian de otros vegetales.

La identidad principal de las plantas bulbosas radica en su órgano subterráneo, el cual, una vez han perdido la parte aérea, conserva en él las sustancias alimenticias de reserva durante el tiempo que dure la época de latencia. Este almacén de víveres, permite a la planta nutrirse y afrontar eventuales sequías hasta que llegue el momento de germinar.

El órgano subterráneo de estas plantas se utiliza para la reproducción, pero según la especie puede variar el proceso. Existen más de 1000 especies, englobadas en unos 170 géneros y 19 familias. Constantemente aparecen nuevas variedades que van en aumento cada año.

Se considera a Holanda como el lugar donde comenzó la expansión de este tipo de plantas, cuando el Botánico Clusius propagó en 1593 unos bulbos de Anemone coronaria procedentes de Turquía. Posteriormente, los viajes al nuevo mundo y de exploración permitieron traer a Europa otras plantas bulbosas, tales como gladiolos, lirios, dalias, gloxinias, amarilis, etc., procedentes de América, África o Japón.

Dado que la parte subterránea de reserva de estas plantas es la más importante y fundamental de su organografía, es adecuado describir y conocer sus características y diferencias de género. En cuanto a su forma se distinguen en bulbos, tuberos, cormos, raíces tuberosas, rizomas y seudobulbos.

Bulbos

Constan de un "disco basal" de cuyo ápice surge el tallo floral. El engrosamiento se forma en la base de las hojas. Los bulbos se clasifican a su vez en tunicados y escamosos; los tunicados tienen bases superpuestas de forma semejante a los de la cebolla; los escamosos presentan las bases imbricadas y de consistencia carnosa.

Algunos tipos de bulbos

Los hijuelos que emiten los bulbos pueden ser separados para la multiplicación.

Algunas plantas que se reproducen por bulbos son: Narcissus, amaryllis, vallota, lilium, camassia, clivia, chinodoya, crinum, fritillaria, erythronium, eucharys galanthus, galtonia, hippeastrum, haemanthus, hyacinthus, hymenocallis, iris, leucojum, lycoris, muscari, nerine, oxalis, polyanthes, scila, tigridia, tulipa, veltheimia, zephyrantes, etc.

Tuberos

Se trata de tallos modificados para guardar sustancias alimenticias de reserva. Constan de una yema central y presentan forma circular plana y sin escamas. Al contrario que los bulbos, los tuberos no emiten hijuelos que permitan la multiplicación por este método.

Los tuberos se obtienen cultivando plantas a partir de semillas; cuando el ejemplar ha crecido (tras unos 9 meses), se le retiran las flores con objeto de que el tubero engrose. Algunas plantas que se reproducen por tuberos son la begonia, sinningia y caladium.

Cormos

Los cormos son muy parecidos a los bulbos en lo que se refire a su aspecto externo. A diferencia de los bulbos están recubiertos de hojas secas, no de escamas. Presentan una base hinchada con nudos y abultamientos en el interior, en ocasiones mostrando yemas.

Los pequeños cormos que se producen en la parte inferior son aptos para la reproducción después del engrose; la parte superior emite un cormo muy desarrollado. Algunas plantas que se reproducen por cormos son: Crocus, acidanthera, colchicum, freesia, gladiolus, ixia, sternbergia, trotonia, watsonia.

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