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a piel de los animales ha tenido siempre un notable valor a lo largo de la historia, incluso a modo de moneda, ejemplo de la piel del castor muy utilizada por los indios norteamericanos para realizar compras mediante trueque en los establecimientos comerciales. Precisamente, muchas grandes ciudades de Estados Unidos de América, como Chicago o  Detroit, nacieron y se desarrollaron impulsadas por este comercio de pieles, que incluso exportaban a Europa en grandes cargamentos.

En las últimas décadas del pasado siglo XX, el mayor suministro mundial de pieles procedía de los países escandinavos (algo menos de la mitad), seguido de la antigua Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS).

Oposición a la industria peletera

El aprecio por las pieles naturales se ha mantenido siempre en función de la necesidad de protegerse, y por su resistencia en comparación con otras prendas, pero también por incidencias relacionadas con las modas del vestido. El nacimiento y posterior popularidad de las pieles sintéticas, que no precisaba sacrificar a una animal para disponer de su piel, consiguió que la industria peletera perdiera alguna fuerza, que se vio incrementada por las actividades de protesta de los defensores de los animales, los cuales promovieron grandes campañas para que se erradicara la utilización de animales en este tipo de industria. Una de estas campañas estaba enfocada a liberar los zorros y visones que se criaban en cautividad en Escandinavia; los opositores consideran que estos animales son solitarios, y la cría en cautividad es contraria a su condición natural.

Los opositores al uso de pieles como prendas de vestir argumentan el peligro de extinción de algunas especies para justificar su protección, pero también a la crueldad que supone cazar o criar en cautividad un animal sólo para arrancar y exhibir su piel. En muchos países el uso de pieles de animales protegidos está prohibido por ley. A pesar de los movimientos a favor de los animales, la industria de la piel avanza o retrocede en función del mercado, de los diseñadores y las modas de cada año, o de las nuevas capacidades para producir en cautividad.

Con fines peleteras se han capturado y dado muerte a muchos animales salvajes, que ha culminado con la extinción de algunas especies, por ejemplo el visón del mar y el zorro de las Malvinas, poniendo a otras al borde de la desaparición, como el castor, ocelote, koala, nutria marina, tigre, jaguar o pantera nebulosa.

Más razones de las personas vegetarianas

Aunque el vegetarianismo nació como una práctica de carácter religioso o ético, la mayoría de los movimientos vegetarianos actuales suelen ser de corte laico. Estos grupos también rechazan la cría en cautividad y muerte de los animales (incluido peces y aves), ante su desacuerdo con la forma de criarlos y sacrificarlos, motivo por el cual no ingieren ningún producto de origen animal (los puristas ni siquiera lácteos) ni se cubren con pieles.

Al igual que muchos defensores de los derechos de los animales, los vegetarianos también se oponen a que los animales sean alojados en espacios mínimos, engordados artificialmente o trasladados en condiciones indignas a los lugares de sacrificio.

Protección de las especies en peligro de extinción

En la actualidad, para transportar pieles entre distintos países hay que certificar que no corresponde a una especie que esté protegida o amenazada de extinción. Esta norma está reflejada en el Tratado de la Convención para la Protección de Especies Amenazadas de 1977, que fue ratificada por un buen número de países, en la cual se establecen procedimientos para el control y seguimiento de las especies protegidas, tanto en las operaciones de exportación como de importación. En el Tratado se define como amenazada a cualquier especie que corra riesgo de extinción, y como protegida a cualquier especie que corra un riesgo de extinguirse en un futuro previsible.

La lista de especies protegidas agrupa un extenso número de animales, entre ellos algunas focas

Engrosan la lista de especies extinguibles, y por tanto sujetas a protección, un buen número de felinos, canguros, nutrias, tejones, focas, y otros variados animales como conejos, ardillas, lobos, etc. Este Tratado se suscribió como fruto del trabajo de muchas asociaciones, principalmente de Estados Unidos, así como del Fondo Mundial para la Protección de la Naturaleza.

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