Historia y Arte
EL MUNDO ROMANO
Manifestaciones artísticas - 1ª parte
Introducción
l arte romano estuvo sujeto a una fuerte influencia griega a la que se añadieron algunas características, sobre todo en la arquitectura, de origen etrusco. A pesar de ello, los romanos lograron dar a sus producciones artísticas una personalidad propia.
Tras una etapa de gestación, es a partir del siglo III a. de C. cuando el arte romano comienza a dar sus mejores frutos, no siendo posible establecer siempre un claro proceso de evolución en su desarrollo.
La arquitectura estuvo marcada por un predominio de las obras públicas y por su tendencia al colosalismo.
La escultura, con su gusto por el retrato y, por lo tanto, su tendencia realista, será la más original aportación de los romanos al arte.
La pintura, escasamente conservada, siguió pautas marcadas por los griegos; el mosaico, sin embargo, nos ha legado numerosas obras y una gran influencia en siglos posteriores.
La arquitectura
La mentalidad romana era eminentemente práctica, de ahí que los arquitectos romanos fueran con frecuencia ingenieros más que arquitectos; y es que buena parte del arte romano está al margen de las finalidades puramente estéticas de los griegos. Las construcciones fueron básicas en la propaganda romanizadora de las provincias conquistadas. Recuérdese que en muchas ocasiones fue la propia milicia la mano de obra empleada para construir calzadas, puentes, obras hidráulicas, etc.
La arquitectura fue, pues, ante todo civil e introdujo importantes novedades técnicas como el arco, la bóveda (por influencia etrusca) y la cúpula. Tomando de los griegos los tres órdenes arquitectónicos, introdujeron novedades como las columnas toscanas (capitel semejante al dórico, fuste liso y apoyado sobre basa) de origen etrusco que, con frecuencia, sustituyeron a las dóricas.
También el empleo del orden compuesto, de capitel corintio con las volutas del jónico, fue muy frecuente. En cuanto a los materiales, es nuevo en Roma el uso de una especie de hormigón (el llamado mortero romano) a base de arena y cantos rodados, con cal viva disuelta en el agua que al fraguar se convierte en un material de gran consistencia.
Las ciudades
Hablar de arquitectura romana es hablar de las ciudades; para una gran parte del Imperio, romanizarse significó pasar de la aldea a la ciudad. Roma tomó el modelo de la ciudad helenística de planta regular, o bien creó sus urbes a partir de la estructura de los campamentos militares (un cuadrado o rectángulo amurallado con cuatro puertas, una en el centro de cada lado, de ellas partían las dos calles principales que se cruzaban en el centro formando una plaza). En el dilatado periodo de paz que supuso la "paz romana" de Augusto, las murallas dejaron de tener su función y las ciudades crecieron saliendo de los recintos defensivos.