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Historia y Arte
LA CIVILIZACIÓN ISLÁMICA
Manifestaciones artísticas - 8ª parte
La decoración y las artes aplicadas
as artes decorativas empleadas por los musulmanes fueron probablemente la expresión artística en la que alcanzaron más originalidad y riqueza creativa.
No siendo posible la representación de figuras humanas ni de animales, parece sorprendente que los artistas musulmanes eligieran la decoración como elemento que realzara sus construcciones.
Tres fueron los motivos principales usados por los musulmanes para esa tarea: los vegetales (atauriques), los geométricos (arabescos o lacerías) y la escritura árabe en todas sus variedades (epigráficos). Esos tres motivos, representados con diversas técnicas que van desde las cerámicas vidriadas hasta la yesería, generaron una variedad decorativa pocas veces igualada.
Cofre árabe del siglo XI, decorado con
escritura, motivos vegetales y figuras geométricas
Los decoradores musulmanes, disfrazaban con su arte la pobreza de los materiales, frecuentemente, utilizados en la construcción. Así, con simple yeso pintado realizaron celosías caladas, de motivo vegetal o geométrico, para cerrar los vanos; o con la misma materia cubrieron de estalactitas geométricas (mocárabes) el interior de las cúpulas. La cerámica vidriada o el simple azulejo (el término es árabe) le dio a interiores y exteriores (sobre todo en el mundo musulmán oriental) una riqueza de colorido que contrasta con el monócromo paisaje desértico. Buscando efectos similares, mezclaron las cerámicas con plomo, estaño, cobre o plata y le dieron a más de una cúpula tonos metalizados que hacían resplandecer los edificios.
La sorprendente variedad de los arabescos y la belleza plástica de la escritura árabe, conteniendo versículos del Corán, fueron, sin duda, unos logros artísticos que traspasaron el concepto de simple decoración.
Parte de los logros estéticos utilizados en la ornamentación de las construcciones se pueden encontrar también en las artes aplicadas. De entre éstas deben destacarse los trabajos textiles (alfombras, tapices o tejidos para vestidos), las minuciosas tallas en marfil, la orfebrería damasquinada o los trabajos de madera con incrustaciones de marfil y nácar. Todas ellas aplicadas a los ajuares domésticos, dan una idea del gusto por el refinamiento que sintieron los musulmanes.