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Historia y Arte
LA ALTA EDAD MEDIA
Las manifestaciones artísticas - 7ª parte
La arquitectura románica (continuación)
Las fachadas y torres
or lo general, las fachadas de los templos románicos son sencillas y en ellas destacan las puertas abocinadas con sus arquivoltas y columnas que las sustentan. El espacio comprendido entre el arco menor y el dintel de la puerta da lugar al tímpano, que se decoraba con relieves escultóricos.
Como elemento decorativo fue frecuente el uso de arquerías ciegas y de los llamados arcos y bandas lombardos (por ser originarios de la región italiana de Lombardía), constituidos por largos y delgados pilares adosados (bandas) y por series de pequeños arcos, igualmente adosados, que carecen de elemento de sustentación.
Como soporte decorativo de los aleros se utilizaron, en algunas zonas, modillones o canecillos. Las fachadas suelen rematarse en los extremos por torres, tanto de sección cuadrada como circular, siendo frecuente que, en éstas, el número de ventanas (o su tamaño) aumente a medida que se gana en altura.
En la arquitectura monacal se adosaba a la iglesia, por su lado sur, el claustro constituido por una galería cuadrangular dedicada al paseo de los monjes. En estas galerías, dispuestas alrededor de un patio con el que comunican, la techumbre se sustenta por medio de arquerías apoyadas sobre columnas (con frecuencia dobles columnas) cuyos capiteles están decorados con relieves.
En conjunto, las construcciones románicas ofrecen un aspecto de solidez (gruesos muros y contrafuertes) con interiores poco iluminados (pocas ventanas y pequeñas) que parecen invitar al recogimiento y al acatamiento humilde del poder divino representado por la Iglesia y su clero.
La arquitectura románica española
La distribución de las diferentes influencias
El románico español quedó limitado geográficamente, a la mitad norte de la península, ya que el resto del territorio estaba ocupado por los musulmanes. La llegada del nuevo estilo se realizó, de forma clarísima, a través de las rutas de peregrinación hacia Santiago de Compostela.
Pórtico de la Gloria, de la catedral
de Santiago de Compostela
Esa penetración siguió la dirección este-oeste como lo demuestran las fechas de construcción de las más importantes obras, siendo las más tempranas las de Cataluña y resultando más tardías a medida que se avanza hacia Compostela.