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Geografía
PAÍSES
Suiza - 2ª parte
Geografía humana Geografía económica
a población suiza es un verdadero cruce de razas y lenguas, donde confluyen tres potentes culturas europeas: la alemana, la francesa y la italiana. En este siglo el país ha asistido a una lenta progresión de la parte alemana que ha pasado del 72,7 % en 1910 al 75 % en 1990. La parte italiana también ha registrado un progreso, aunque de menor cuantía, pasando del 3,9 % al 4,3 % en el mismo período, en detrimento de la parte francófona, que ha retrocedido del 22,1 % al 19,8 %, y de la romanche, que ha involucionado del 1,2 % al 0,9 %.
Aunque el romanche, lengua retorrománica hablada en algunos cantones orientales, está considerada como la cuarta lengua nacional, sólo el alemán, el francés y el italiano son idiomas oficiales. Existen además, numerosos dialectos, entre los que figuran doce franco-suizos y seis germano-suizos. El número de extranjeros, que representan más del 16,5 % del total y en sus dos terceras partes provienen de países europeos (principalmente Austria e Italia), no cesa de aumentar, al igual que las demandas de asilo; pero la nacionalidad suiza resulta muy difícil de obtener.Caracterizada por una alta densidad demográfica, la población tiende a concentrarse en el Mitteland, la parte más vital del país, donde viven el 75 % de los habitantes y se encuentran las principales ciudades. Entre las de mayor renombre destacan la capital, Berna, fundada en 1848; Zurich, gran centro financiero; y Basilea, primer puerto fluvial del país, a orillas del Rin. En la Suiza francófona, a orillas del lago Ginebra, merecen citarse Lausana y la ciudad de Ginebra, sede esta última de importantes organismos internacionales.
Pese a su carencia de recursos naturales y de materias primas, Suiza es un país altamente industrializado, orientado hacia productos de fuerte valor añadido que necesitan una mano de obra calificada. El sector agrícola, que emplea una pequeña parte de la población activa, alrededor del 5 %, cubre con su producción la mitad de las necesidades del país. Teniendo en cuenta las pequeñas dimensiones de las explotaciones y las difíciles características del suelo, sobre todo en las regiones montañosas, la agricultura suiza resulta cara.El Estado subvenciona el 40 % de los productos a fin de asegurar el aprovisionamiento del país en caso de crisis. Suiza se especializa en productos delicados (frutos y legumbres, vinos de calidad), y en la cría de ganado vacuno, que ha alcanzado gran fama.
La cuarta parte del territorio está cubierta de bosques, amparados por una severa reglamentación de las explotaciones forestales, destinada a impedir que decrezca la zona arbolada del país. La caza y la pesca se hallan también bajo el estricto control de las autoridades. El territorio helvético carece de carbón o petróleo, y la única fuente de energía ha sido la hidroeléctrica, en parte reemplazada actualmente por las centrales térmicas, algunas de la cuales son nucleares.La industria, desarrollada desde mediados del siglo pasado, emplea más de un tercio de la población activa. Además de la pujanza de la pequeña empresa (el 70 % de los establecimientos cuentan con menos de 50 empleados), en el país se asientan grandes empresas de alcance multinacional. Concentrada principalmente en el N de la Confederación, la actividad industrial se especializa en productos de alta precisión, como máquinas herramientas, equipamientos eléctricos e instrumentos científicos. La industria química, que tiene en Basilea un centro de alcance internacional, destaca en la producción de colorantes y productos farmacéuticos.
Además de la relojería, especialidad tradicional suiza que tiene su centro más importante en la ciudad de Ginebra, es importante la producción de cemento, azúcar refinado, chocolate, aluminio, tejidos de algodón y zapatos.En el sector terciario, que emplea casi el 60 % de la mano de obra activa, destaca el turismo, importante fuente de divisas desde hace más de un siglo. La actividad financiera, favorecida por una legislación liberal que ha contribuido a la captación de importantes masas de dinero extranjero, ha hecho de Suiza, y sobre todo de Zurich, una de las principales plazas bancarias de Europa y uno de los más importantes mercados mundiales de oro y divisas.