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Geografía
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Noruega - 4ª parte
on la expansión vikinga, la literatura épica y mitológica cultivada en Noruega a través de las sagas y las runas fue común a todos los territorios del Imperio, floreciendo especialmente en Islandia. Tanto las sagas como las runas han contribuido al conocimiento de la antigua historia escandinava. En la Edad Media se produjo una fértil literatura hagiográfica en torno a san Olav, y se tradujo del francés la poesía cortesana.
Durante el largo dominio danés el noruego se convirtió en una lengua vulgar, hablada sólo por los campesinos, por lo que los escritores nacidos en Noruega desde el s. XV al XVIII se incluyen por lo general en la literatura danesa. El renacimiento de la literatura nacional coincide con la llegada del romanticismo a principios del s. XIX. Ludwig Olberg (1684-1754), pese a que su obra fue escrita en danés, está considerado el precursor de la literatura nacional. La nueva escena literaria se fragua en los diferentes puntos de vista sostenidos por los poetas Henrik Wergeland y Johan Sebastian Welhaven, que avivaron la polémica en torno a la lengua y la cultura, en tanto que el filólogo Ivar Aasen compilaba el primer diccionario y la primera gramática noruega en landsmål, lengua tomada de los textos antiguos y dialectos vivos. Un poco más tarde, los poetas y dramaturgos Henrik Ibsen y Björnstjerne Björnson abandonan el romanticismo bajo la influencia del realismo y el naturalismo alemán, y alcanzan una expresividad reconocida en toda Europa.Los problemas del hombre moderno son los temas que jalonan la obra de Ibsen en títulos como Peer Gynt, Casa de muñecas, o Espectros. Björson, premio Nobel en 1903, entre cuyas obras destaca Más allá de las fuerzas, toma su inspiración del mundo campesino a la vez que revive las antiguas sagas. La escritora Camila Collet también contribuye a la renovación de las letras noruegas y marca el inicio de literatura feminista en este país con su novela psicológica Las hijas del prefecto, testigo que será recogido décadas después en novelas como Kristin Lavransdatter, ambientada en la Noruega medieval, de la también premio Nobel Sigrid Unset.
A principios del s. XX se vuelve a la novela psicológica de inspiración individualista, corriente en la que destaca Knut Hamsun, con sus obras Hambre y Vagabundos. Los más diversos géneros y estilos de la literatura más reciente enfrentan a los escritores con la enraizada cultura popular, opuesta a la creciente industrialización de la sociedad noruega actual.En arte, como en literatura, la dominación danesa trajo consigo una ruptura de varios siglos. De las stavkirke, iglesias de madera construidas a partir del s. XI, se pasa enseguida al románico y al gótico, debiéndose la actividad cultural de los ss. XVI al XVIII a artistas alemanes, holandeses y daneses. Tras este período, los representantes del arte noruego se forman en las tendencias realistas y naturalistas de Alemania y, posteriormente, en el impresionismo francés. La pintura, con Edvard Munch (El grito); la escultura, con Gustav Vigeland, y la arquitectura, con Erling Viksjo, resurgen de estas fuentes a partir del s. XIX.