GEOGRAFÍA - PAÍSES: India - 5ª parte

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India - 5ª parte


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Historia: desde 1930

letra capitular En los años 30, la Liga Musulmana, liberada por Muhammad Ali Jinnah, empezó a reclamar la creación de un Estado musulmán, Pakistán. Los británicos, con una política mezcla de represión y reformas, explotaron esta división entre comunidad hindú y musulmana. La situación expectante se rompió cuando, en 1942, el Congreso Nacional decretó la insurrección, vivamente reprimida hasta que, terminada la Segunda Guerra Mundial, el gobierno laborista de Londres decidió salir del embrollo.

En 1947 se decretó oficialmente la independencia de los estados de la India y Pakistán (este último dividido en Occidental y Oriental). Sin embargo la independencia, lejos de resolver los problemas, dejaba cabos sueltos. Las fronteras de los nuevos estados no estaban claramente delimitadas; algunos principados quedaban jurídicamente soberanos, y tanto la Federación India como Pakistán trataron de atraérselos, con más éxito por parte de la primera. Pero había dos casos conflictivos: Hyderabad, con mayoría hindú y príncipe musulmán, y Cachemira, en el caso opuesto. Ambos acabaron en la Unión India, el primero tras una «operación policíaca» y el segundo después de una guerra abierta. Estos conflictos empeoraron las relaciones entre las dos comunidades religiosas, sometidas a desplazamientos masivos de población para integrarse a sus respectivos estados, que produjeron un baño de sangre con cientos de miles de muertos (entre ellos Gandhi, asesinado por un hindú fanático). Mientras tanto, India edificaba su Estado: en 1946 se eligió una Asamblea Constituyente que elaboró una carta federalista y parlamentaria, puesta en vigor en 1950. Una cláusula preveía, en ciertas circunstancia, que el presidente de la República asumiera el gobierno de cualquiera de los estados donde hubiera una «carencia de poder público».

Desde 1967 esta cláusula ha sido en muchas ocasiones utilizada como instrumento de estabilidad. Para afirmar su identidad nacional, la India ha debido afrontar enormes dificultades: en el plano exterior, y pese a su orientación hacia la coexistencia pacífica y el no alineamiento, se ha visto mezclada en varios conflictos bélicos; los dos más importantes fueron una pugna fronteriza en 1962 con China, y, en especial, el cuarto conflicto con Pakistán, en 1971, esta vez a causa del apoyo indio a la independencia del Pakistán Oriental (constituido en el estado soberano de Bangla Desh). Mientras Pakistán recibía el apoyo de China (entonces más o menos aliada a E.U.A.), la Unión India formó un tratado de cooperación y amistad con la U.R.S.S. Con sus experimentaciones para obtener su bomba atómica (1974), la imagen de la India pacifista quedó seriamente dañada.

En el plano interno el sistema político se afirmó, superando los problemas «sucesorios»; desde las primeras elecciones de 1950 y hasta 1967, el Partido del Congreso dominó incontestablemente la escena política. Su creador y auténtica eminencia gris de la República Federal de la Unión India, Jawa Harlal Nehru, fue primer ministro hasta su muerte en 1964; continuó su obra otro antiguo íntimo colaborador del Mahatma Gandhi, Lal Bahadur Shastri, a su vez fallecido en 1966. La muerte de estos dos dirigentes históricos, sobre todo del carismático Nehru, hizo temer por la supervivencia de la democracia india; pero ésta superó las dificultades y afrontó nuevos problemas. A Shastri le sustituyó la hija de Nehru, Indira Gandhi, en un primer mandato desde 1966 a 1977. Este gobierno supuso una ruptura de la evolución del sistema político indio, en el sentido de una centralización autoritaria que, en 1975, se reforzó con la proclamación del estado de excepción.

En realidad, en 1967 el Partido del Congreso, tras ejercer el poder durante casi veinte años, había visto socavada su credibilidad, ante sectores del partido que se escindían y en presencia de muchos gobiernos regionales que caían en manos de la oposición. Este realineamiento de fuerzas provocó una crisis política que Indira Gandhi afrontó de un modo relativamente autoritario; se enajenó así el apoyo de todos los partidos de la oposición, salvo los comunistas, que se aliaron en 1971 y llevaron al poder en 1977 a Morarji Desai, jefe del recién nacido Partido Janata (del pueblo). No obstante, esta coalición de partidos sólo se sustentaba en la vaga idea de volver al pasado de los primeros años de independencia, sin tener en cuenta los cambios socioeconómicos acaecidos. Por ello, en 1980 Indira Gandhi ganó abrumadoramente las elecciones con su promesa de poner orden. Sin embargo, el segundo mandato de Indira Gandhi fue mucho más turbulento que el primero: el Partido del Congreso se había convertido en un coto familiar de los Gandhi (Indira y sus hijos Sanjay y Rajiv), sustentado sobre notables y cuadros con sus clientelas que luchaban de manera facciosa por dominar el aparato del Estado. Un partido así, recurrentemente sacudido por escándalos de corrupción, ya no podía movilizar apoyos masivos, sino tan sólo adhesiones interesadas.

A las agitaciones sociales (la India sigue sacudida por el hambre y la miseria) y al aumento de criminalidad únicamente pudo responder con represión. Pero, en particular, topó con los conflictos religiosos y étnicos, especialmente la reacción hindú contra la conversión al islam de los intocables y el separatismo de los sijs en el Punjab. La aproximación de los fundamentalistas sijs moderados del Partido Akali Dal y los partidarios del Jalistán (estado sij autónomo), a raíz del asesinato en 1980 de un líder religioso sij, condujeron a la aparición de un terrorismo irreductible. Su dirigente, Jarnail Singh Bhindranwale, considerado una especie de ayatollah y hasta entonces, en cierto modo, protegido por Sanjay Gandhi y por el presidente de la República Giani Zail Singh (también sij), intentó huir de su arresto ante la acusación de encabezar el terrorismo separatista, refugiándose en el Templo de Oro de Amritsar, lugar santo de su confesión. El templo fue asaltado y bombardeado por el ejército, y Bhindranwale abatido junto a sus partidarios, para mayor escándalo en una jornada de festividad religiosa sij. En represalia, Indira Gandhi fue asesinada por su escolta sij en 1984, lo que desató atroces represalias contra esta secta en todo el N de la India, con cierta complicidad en las proximidades del poder. Algunos meses después, Rajiv Gandhi era elegido en sustitución de su madre; con su estilo apaciguador y moralizante consiguió, aparentemente, resolver los conflictos separatistas, singularmente el del Punjab, así como poner orden en el Partido del Congreso Nacional.

El gobierno de Rajiv Gandhi abandonó la línea anterior de economía mixta o «modelo de desarrollo indio» para apostar por un capitalismo liberal más ortodoxo. No obstante, la India actual sigue siendo considerada un país subdesarrollado, con el problema añadido de la explosión demográfica. En la década de los 80 el Gobierno indio afrontó numerosos conflictos en política exterior: con Nepal, el eterno con Pakistán, un incómodo papel de protector de los débiles en Camboya y Bangla Desh, la no menos incómoda situación de encabezar a los no alineados y, al mismo tiempo, aproximarse a la U.R.S.S. (sobre todo durante la Guerra de Afganistán), y especialmente la intervención en Sri Lanka, primero a favor de la minoría tamil, de origen hindú, y luego contra éstos para apaciguar al Gobierno cingalés.

En los inicios de la década de los años 90, el país arrastra una gran inestabilidad sociopolítica derivada de los conflictos de castas, étnicos y religiosos, especialmente el secesionismo de los sijs del Punjab y de los musulmanes de Cachemira, habiendo elegido ambos como método el terrorismo. Esta inestabilidad complica una situación de por sí grave debido a la ralentización del crecimiento y al déficit presupuestario y comercial; también han incidido la crisis mundial y los efectos de la Guerra del Golfo. 

a indefinición ha dominado la política exterior de la India, ante el hundimiento de su tradicional aliado, la Unión Soviética, y el deseo de tener buenas relaciones con todos los estados vecinos (China, Nepal, Afganistán, Sri Lanka). El Partido del Congreso había perdido su tradicional hegemonía en 1988, pero la oposición es tan heterogénea que no consiguió aplicar criterios efectivos de gobierno. En 1991 el Partido del Congreso volvió a ganar, beneficiándose de la ola de simpatía derivada del asesinato de Rajiv Gandhi por independentistas tamiles de Sri Lanka. Restan pendientes la solución de los enfrentamientos y matanzas interétnicos y la revitalización de la economía (para lo cual se ha elegido la vía del neoliberalismo). A la muerte de Rajiv Gandhi Narasimha Rao ocupó el cargo de primer ministro.

En septiembre de 1994 se declaró una epidemia de peste en el estado de Guyrat que se propagó hasta Nueva Delhi afectando a miles de personas, de las que un centenar perdió la vida. El Partido del Congreso sufrió un descenso electoral muy acusado en las elecciones regionales, sobre todo en los estados de Andhra Praddesh y Karnataka. La política económica del gobierno federal, especialmente dura en los recortes de los programas sociales, y la corrupción repercutieron negativamente en la imagen del Partido del Congreso, que discutió el liderazgo de Rao.

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