La fidelidad de muchos hombres se basa en la
pereza, la fidelidad de muchas mujeres en la
costumbre.
Las mujeres juegan con su belleza como los niños
con un cuchillo, y se lastiman.
Quien me insulta siempre, no me ofende jamás.
No existen países pequeños. La grandeza de un
pueblo no se mide por el número de sus componentes,
como no se mide por su estatura la grandeza de un
hombre.
El ojo ve bien a Dios solamente a través de las
lágrimas.
¿Popularidad? Eso es la gloria en centavos.
¡Cosa curiosa! el primer síntoma del verdadero
amor en un joven es la timidez, en una muchacha es
la audacia.
El trabajo endulza siempre la vida, pero los
dulces no le gustan a todo el mundo.
Produce una inmensa tristeza pensar que la
naturaleza habla mientras el género humano no
escucha.
El infierno está todo en esta palabra: soledad.
Una casa sin hijos es una colmena sin abejas.
La arquitectura es el gran libro de la
humanidad.
No hay malas hierbas ni hombres malos; sólo hay
malos cultivadores.
La tolerancia es la mejor religión.
Es una cosa bastante repugnante el éxito. Su
falsa semejanza con el mérito engaña a los hombres.
El amor casto engrandece a las almas.
Dios es la evidencia invisible.
Dios se manifiesta a nosotros en primer lugar a
través de la vida del universo, en segundo lugar a
través del pensamiento humano. La primera
manifestación se llama naturaleza, la segunda arte.
El amor es un ardiente olvido de todo.
El amor abre el paréntesis, el matrimonio lo
cierra.
Ningún ejército puede detener la fuerza de una
idea cuando llega a tiempo.
Dios es la plenitud del cielo; el amor es la
plenitud del hombre.
Nada tan estúpido como vencer; la verdadera
gloria está en convencer.