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La electricidad en nuestra vida diaria

a electricidad influye notablemente en nuestra vida. Hay pocos momentos en que cada uno de nosotros no recurra a la electricidad para desarrollar una vida más fácil y cómoda.

Podemos pensar, por ejemplo, en lo distinto que sería la vida actual si no existiera luz eléctrica. Este quizá sea su mayor beneficio, pues gracias a ella la humanidad ha surgido de las tinieblas, incluso interiores, despejando numerosos miedos y reduciendo a una mínima expresión las leyendas y creencias nacidas del temor a la oscuridad. Reflexionemos sin embargo acerca de las demás cosas materiales que poseemos.

La electricidad influye decisivamente en nuestra moderna forma de vida, la cual sería muy distinta sin su existencia

Sin electricidad probablemente conduciríamos coches de vapor. Igualmente, seguiríamos utilizando los viejos trenes de presión por vapor que consumían carbón o leña. No conoceríamos los ascensores. Los servicios de cartería y paquetería se realizarían a caballo, pues tanto el teléfono, como la radio o incluso el ya anticuado telégrafo funcionan con electricidad. Sin embargo, su efecto sobre la vida humana es aún más profundo.

Sin electricidad seguiríamos utilizando los viejos trenes de vapor que consumen leña o carbón

A causa de los avances tecnológicos, metales tales como el acero, aluminio, etc., que son fundamentales en la vida actual, son baratos y fáciles de obtener. Aunque pudieran fabricarse sin electricidad, resultarían tan caros que la mayoría de ellos serían escasos y no llegarían más que a una pequeña parte de la población.

La fundición eléctrica hace posible que la producción de acero sea muy económica. El aluminio se obtiene mediante el proceso de la electrolisis. Los aviones modernos, probablemente no existirían sin este proceso, y menos aún sin la existencia de la electricidad. Hay muchos otros metales que se obtienen por este procedimiento, como son el cobre, cinc, níquel, cobalto, plata, oro, magnesio, berilo, bismuto, estaño, antimonio, cadmio y magnesio. Sólo pensando en las innumerables ocasiones en que se utilizan estos metales, podemos imaginar lo limitada que sería nuestra vida moderna sin ellos.

La fabricación con garantías sanitarias de las comunes latas de conserva no sería posible sin la electricidad. El enlatado se usa para conservar gran variedad de productos alimenticios durante largos periodos de tiempo; la protección interna de la lata se realiza mediante un procedimiento llamado galvanoplastia, utilizado para fijar estaño a una lámina de hierro o acero.

El enlatado de alimentos con garantías sanitarias no sería posible sin el proceso eléctrico de la galvanoplastia

La electricidad también tiene un papel muy importante en la medicina y la cirugía actual. La electricidad está universalmente aceptada por los profesionales sanitarios como medio terapéutico y de diagnóstico en muchas enfermedades, y ya se encuentra firmemente implantada. Es de uso común en los departamentos de Rayos X, electrocardiografía, radioterapia, y también como importante apoyo en la moderna cirugía, donde robots de gran precisión puede intervenir y reducir notablemente los errores manuales. Además, muchas funciones vitales pueden ser llevadas a cabo por máquinas cuando los pacientes no pueden realizarlas por si mismas, por ejemplo la respiración o el ritmo cardiaco.

La electricidad juega un importante papel en la sanidad, como medio terapéutico y de diagnóstico

La electricidad está siempre presente a nuestro alrededor. Afecta a nuestra vida de mil formas diferentes. Ha sido uno de los mayores bienes de la humanidad, desde que el hombre de las cavernas descubrió el fuego y pudo cocinar los alimentos.

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