CAPITULO II
Cómo el gobernador vino al puerto de Xagua y trujo consigo a un piloto
En este tiempo llegó allí el gobernador con un bergantín que en la Trinidad compró, y traía consigo un piloto que se llamaba Miruelo; habíalo tomado porque decía que sabía y había estado en el río de las Palmas, y era muy buen piloto de toda la costa del Norte.
Dejaba también comprado otro navío en la costa de la Habana, en el cual quedaba por capitán Alvaro de la Cerda, con cuarenta hombres y doce de caballo; y dos días después que llegó el gobernador, se embarcó, y la gente que llevaba eran cuatrocientos hombres y ochenta caballos en cuatro navíos y un bergantín.
El piloto que de nuevo habíamos tomado metió los navíos por los bajíos que dicen de Canarreo, de manera que otro día dimos en seco, y así estuvimos quince días, tocando muchas veces las quillas de los navíos en seco, al cabo de los cuales, una tormenta del Sur metió tanta agua en los bajíos, que pudimos salir, aunque no sin mucho peligro. Partimos de aquí y llegados a Guaniguanico, nos tomó otra tormenta, que estuvimos a tiempo de perdernos.
A cabo de Corrientes tuvimos otra, donde estuvimos tres días; pasados éstos, doblamos el cabo de Sant Antón, y anduvimos con tiempo contrario hasta llegar a doce leguas de la Habana; y estando otro día para entrar en ella, nos tomó un tiempo de sur que nos apartó de la tierra, y atravesamos por la costa de la Florida y llegamos a la tierra martes l1 días del mes de abril, y fuimos costeando la vía de la Florida; y Jueves Santo, surgimos en la misma costa, en la boca de una bahía, al cabo de la cual vimos ciertas casas y habitaciones de indios.