La Eneida (XI) [Virgilio]
LIBRO XI Entretanto la Aurora naciente abandonó el Océano. Eneas, aunque su cuidado le inclina a dar un tiempo para enterrar a los compañeros y su corazón está turbado por la muerte, rendía sus votos a los dioses, victorioso, al despuntar el día. Una enorme encina bien pelada de ramas…