“Naufragios” (XXVII) [Álbar Núñez Cabeza de Vaca]
CAPITULO XXVII De cómo nos mudamos y fuimos bien rescebidos Después que nos partimos de los que dejamos llorando, fuímonos con los otros a sus casas, y de los que en ellas estaban fuimos bien rescebidos y trujeron sus hijos para que les tocásemos las manos, y dábannos mucha harina…