Literatura gallega: Manuel Curros Enriquez (1)

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Blog Cultureduca educativa curros_enriquez Literatura gallega: Manuel Curros Enriquez (1)  Manuel Curros Enriquez nació en Celanova (Ourense), en 1851. Su padre, escribano de profesión, era tremendamente autoritario de carácter, e ideológicamente tradicionalista, lo cual supuso un tormento para el niño. Harto de sufrir las palizas, Curros abandona el hogar familiar a los quince años. De su infancia tan solo llevará consigo el cariñoso recuerdo de su madre, y una idea que presidirá toda su vida: el amor a la libertad y el odio visceral al autoritarismo.

Tras una estancia en Ourense, se trasladó a Madrid, donde terminó el bachillerato y comenzó estudios de Derecho. En este Madrid agitado por los aires revolucionarios del año 1868, Curros conformó su ideología política de tipo progresista y republicana, y comenzó su actividad como periodista, así como la composición de poemas en castellano y gallego.

Ejerció en 1875, en el País Vasco, como corresponsal de guerra para la prensa madrileña durante la última guerra carlista. Herido y repuesto, regresó a Madrid.

Desde allí participó y ganó en el año 1877 un certamen literario celebrado en Ourense, al que tenía que presentarse con tres composiciones sobre tres temas: una de costumbres, una de tipo popular y una leyenda tradicional. Curros envió al certamen «Unha voda en Einibó», «O gueiteiro» y «Virxe do Cristal». Estos poemas supondrían para él una cierta consagración en la literatura gallega, consagración que se produciría definitivamente (instalado ya el poeta en Ourense) en el año 1880 con la publicación de Aires da miña terra.

El contenido de algunos poemas de este libro («A igrexa fría» y «Mirando ao chau») molestó a sectores clericales que los consideraron «heréticos», «blasfemos» y «escandalosos». El obispo de Ourense denunció el libro y prohibió su lectura a los católicos de su diócesis. Además de la excomunión por parte de la Iglesia, Curros sería condenado a una multa de 250 pesetas y dos años de prisión. Posteriormente sería absuelto en la Audiencia Territorial de Coruña. La actitud de la Iglesia hizo que el libro fuese mucho más leído y se agotase. A los ataques eclesiásticos respondió Curros con una segunda edición al año siguiente, en que se hacía patente el canto al progreso y su oposición a la Iglesia («Diante unha imaxe de Íñigo de Loyola»). Esta crítica se convertiría en sátira mordaz en su siguiente obra: O divino sainete.

En el año 1984 marchó a Cuba, parece que por problemas como periodista y familiares. Allí tomó partido a favor de la independencia cubana.

Realizó un viaje a Galicia, pero regresó a la Habana, donde falleció en el año 1908.

Ideología

Curros gozó en vida de una popularidad muco mayor que la de Rosalía.Su dedicación al periodismo, los diversos avatares y conflictos de su vida, su ideología y el tomar partido siempre en favor de la libertad, contribuyeron a esto. Pero también el carácter de su poesía, en algunos casos plasmando las costumbres populares, en otros las penurias del vivir labriego, y en otros oponiéndose a las diversas formas de tiranía, contribuyó a esa fama popular de que Curros disfrutó, llegando a ser homenajeado varias veces como poeta civil.

El compromiso de Curros con la realidad, si bien guarda muchas semejanzas con el de Rosalía, se produce de forma muy distinta. En Rosalía, la observación de la realidad es el motivo que lleva a la solidaridad con los que sufren, sin que aparentemente se hagan cuestionamientos ideológicos. Curros, de convinciones muy firmes, censura todo aquello que no se adaptte a sus principios. La concepción que el poeta tiene de la poesía puede observarse en el poema «¡Crebar as liras!». En el, «a virxe poesía» pide a los poetas que rompan las liras (símbolo de la poesía). El poeta, tras ver como siguen existiendo la injusticia, la intolerancia, la esclavitud, las teogonías, la tiranía…, reacciona y exclama:

Gostoso esnaquizara
e resinado a miña,
si neso do meu pobo
a sorte consistira;
mais, mentres orfo e triste
os meus consolos pida,
crebala…¡na túa testa!
tan sólo, tiranía!

Se trata de una concepción de su función de raíz romántica, como guía y conciencia de la sociedad.

Continúa en la 2ª parte –>

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