Literatura gallega: La vida y obra de Rosalía de Castro (5)

<– Viene de la 4ª parte

Para comprender la obra de Rosalía…

Emigración y propiedad de la tierra

Sin duda, para comprender la obra de Rosalía en toda su dimensión sociológica, resulta necesario tener en cuenta dos características de la realidad socio-económica de Galicia del siglo XIX:

1. Población mayoritariamente rural. El 80% vivía de la agricultura, pero trabajando tierras que no eran propias, sino arrendadas en virtud del sistema foral que afectaba a tres cuartas partes de los campesinos. El pago de esta renta foral suponía que una gran parte de la producción agrícola iba a parar a manos de propietarios que no trabajaban las tierras: clero e hidalguía. En años de malas cosechas se originaban situaciones insostenibles de hambre y miseria.

2. La miseria, la necesidad de reunir dinero para pagar los arriendos, junto con una política claramente potenciadora de la emigración por parte de la Administración española a partir de 1853, provoca en Galicia un auténtico desastre demográfico: De 1860 a 1910, medio millón de gallegos emigran a América, en muchos casos a sustituir la mano de obra negra en Cuba tras la abolición de la esclavitud. En el siglo XVIII la población gallega representaba el 14% de la población del conjunto del Estado español. En el siglo XX ese porcentaje estaba reducido a menos de un 8%.

Los grandes beneficiarios de este éxodo fueron las entidades bancarias que recibían el dinero de los emigrantes, las compañías marítimas que organizaban los viajes, y el Estado español que invertía en otras zonas las cargas impositivas derivadas de los ingresos de los emigrantes gallegos.

El mito Rosalía

Ya muerta Rosalía, y con el transcurso de los años, su figura se fue trastocando en un mito que tergiversó el sentido de su obra y de su personalidad. Esta manipulación se debe a la dificultad que para sectores individuadles, mismo del galeguismo católico, suponía asimilar ciertas ideas de Follas novas, máximo estando éstas escritas por una mujer. De ahí provienen los apelativos «nai chorosa» [«madre llorosa»], «beata aldeá» [«beata aldeana»], «santiña» [«santita»]… con los que se tienen denominada a Rosalía, cambiando sustancialmente su mensaje y su carácter fuerte. Curiosamente nada de esto sucedió en vida de la autora, cuando ella tuvo que soportar duros ataques e incomprensiones por el carácter y contenido de alguna obra.

Sirvan como contraste a estas interpretaciones dos textos: de Murguía el primero, y de la propia Rosalía el segundo:

«Se houbo alguen que nos momentos de desgracia se ergueu altivo como un heroe que antes de caer vencido intenta levantarse e loitar ainda, era ela. No seu sangue circulaba, nas súas carnes latexaba algo de indómito e superior».

[«Si hubo alguien que en los momentos de desgracia se alzó altivo como un héroe que antes de caer vencido intenta levantarse y luchar todavía, era ella. En su sangre circulaba, en sus carnes latía algo de indómito y superior».]

«Eu, pola miña banda, engadirei que son vella para recibir leccións de ningún mestre de escola, e, polo anto, que me ateño ao que a miña decencia me dicta, que nisto é o mellor xuíz que puiden achar…»

[«Yo, por mi parte, añadiré que soy mayor para recibir lecciones de ningún maestro de escuela, y, por lo tanto, me atengo a lo que mi decencia me dicta, que en esto es el mejor juez que pude hallar…»]

 

<– Viene de la 4ª parte

 

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