FILATELIA: CONMEMORACIÓN DE LA MUERTE DE ZOLTÁN KODÁLY

Hungría le dedicó al genio musical el año 2017, una bella hojita, coincidiendo con el cincuentenario de su desaparición. Dicho sea de paso, el insigne maestro tiene en la capital magyar un museo que brilla con luz propia en una céntrica zona y en la que estuve alojado en mi primer viaje al extranjero en aquel lejano año 1976, poco después de finalizar el servicio militar y gracias a la redacción española de la mítica Radio Budapest, concretamente el museo está en la céntrica Kódaly Körönd, aunque la entrada al mismo se realiza por la calle Andrassy 89.

Blog Cultureduca educativa kodaly_2017 FILATELIA: CONMEMORACIÓN DE LA MUERTE DE ZOLTÁN KODÁLY  Ese año 2017 hubo numerosas manifestaciones en su honor y fue incluido entre los personajes del año en la programación cultural de la UNESCO, reconociéndosele, una vez más, como un gran compositor, musicólogo, pedagogo y folklorista miembro de la Academia de Ciencias de Hungría, creador del método que lleva su nombre y hoy se utiliza en todo el orbe.

Nació en Kecskemét el 16 de diciembre de 1882 y murió el 6 de marzo de 1967 en Budapest. En su juventud formó parte del coro en Nagyszombat [Trnava en la actual Eslovaquia] donde escribió su primera composición y en 1902 ya se encontraba realizando estudios de composición en la capital húngara. Durante un corto período se trasladó a París y recibió clases del compositor y organista Charles Oidor.

Recibió su graduación en 1904 en la Real Academia de Música; un año después recibía el diploma de profesor por la Péter Pázmány University y en 1906 alcanzaba el doctorado con su tesis sobre la estructura del verso en la música folklórica húngara cuya recopilación alcanzaría un gran éxito de crítica y público, se convertiría en 1907 en Profesor de la Academia de Música de Budapest donde impartió su ministerio hasta 1941. Con Béla Bártok publicó una bella colección de sus recopilaciones entre 1906 y 1921. Esta colección conformaría el famoso Corpus Musicae Popularis Hungariae que aparecería en 1951.

Su primera tarde como compositor la celebraría en marzo de 1910 y en 1923 estrenaba su Psalmus Hungaricus que fue utilizado para honrar los 50 años de la unificación de los tres distritos que darían vida a BUDAPEST [Buda, Óbuda y Pest] que es toda una joya arquitectónicamente hablando en pleno corazón de Europa. Le siguió la que tituló Háry Janos en 1926, una ópera cómica con la que traspasaría su estricto marco geográfico y sería invitado en muchas ocasiones por los más prestigiosos centros musicales. Arturo Toscanini fue uno de sus grandes intérpretes y en numerosas ocasiones utilizó sus creaciones ante el rendido público de la ciudad de los rascacielos.

Numerosos fueron sus trabajos para orquesta, sobresalen las Danzas de Marosszék (1930) y Danzas de Galánta (1933), Pavo Real, Te Deum (1936); un concierto para orquesta (1941); Missa Brevis (1942). La ópera Cinta Panna (1948); Sinfonía en C Mayor (1961), etc. Sin duda las dos más importantes representaciones de Háry János (1926) y Székelyfono (1932) marcaron una de las principales características de su gran legado basado en las tradicionales canciones húngaras.

Como gran musicólogo se consagró al rico folclore magyar, pero su música y su pedagogía acabarían impregnando la música universal, sobre todo tras la II Guerra Mundial gracias también a su extraordinario método pedagógico que se expandió por todo el orbe. En 1956 ven la luz sus famosos escritos sobre la música folklórica húngara; a lo largo de su vida publicó infinidad de artículos sobre la música tradicional de su país en numerosas publicaciones dedicadas al mundo de la música.

El sello se emitió en hojita bloque de cuatro en la ilustración aparece precisamente el pavo real, facial de 155 florines húngaros ¿se anticiparon a lo que estaba por venir en España o fue una simple curiosidad? De hecho, revisando los informativos recibidos del correo húngaro, sólo Kodály tiene ese premonitorio facial.  El diseño fue obra de András Szunyoghy Jr., realizada en offset tuvo una tirada de 240.000 sellos (60.000 hojitas de 4 efectos). Sencillos en su diseño, sólo se emplean dos colores: azul y oro con una típica imagen del gran músico con su característica melena y esa característica cara llena de melancolía; acabó influyendo en toda una nueva generación de compositores que se empapó de la sensibilidad de la sociedad húngara de su tiempo. En la ilustración del sobre de primer día va un fragmento de uno de sus muchos trabajos de composición y esa partitura se complementa con su firma autógrafa en el matasellos de primer día empleado en Budapest el 3 de abril del 2017.

 

JUAN FRANCO CRESPO
lacandon999@yahoo.es

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *