El Santo Sínodo de la Iglesia Ortodoxa Rumana declaró el año 2015 “Año de las Misiones, Parroquias y Monasterios” y el correo rumano lo conmemoró con dos preciosos sellos de temática religiosa [pero que pueden servirnos para otras, entre ellas la pintura, paisajes, arquitectura o folklore]. Su valor facial es de 1 Lei (La Virgen y el Niño) y 4.50 Lei (La iglesia de madera del Monasterio Nicula, lugar de peregrinación y devoción mariana en Rumania). El diseño estuvo a cargo de Vlad Vamasescu, impresión en varios formatos (Hoja bloque con los dos efectos), minipliegos de 8+1 viñeta para cada facial, pliegos de 32 ejemplares y hubo tarjetas máximas y sobres de primer día cancelados en Bucarest el 15 de agosto de 2015, día de la Ascensión de la Virgen.
La espiritualidad del pueblo rumano es conocida desde la antigüedad y este par de ejemplares vienen a testimoniar uno de los más antiguos asentamientos monásticos construidos y conservados en suelo rumano. La primera evidencia de esta iglesia de madera, levantada al estilo de Maramures y dedicada a la Santísima Trinidad, data de 1552; el icono que nos muestra a la Virgen con el Niño fue realizado por el Padre Luca de la ciudad de Iclod en 1681.
Años después (1694), el villorrio pasó a ser propiedad de varias familias de la nobleza rumana, entre ellos Ioan Cupsa que fue el que le compró el icono al Padre Luca y lo instaló en la pequeña construcción de madera enclavada en la colina y allí permaneció, el 15 de febrero de 1699 acabó convirtiéndose, la pequeña iglesia, en un lugar de peregrinación en la región de Transilvania y cuya trascendencia ha llegado a nuestros días.
Entre 1712-1714 la iglesia fue restaurada y estuvo activa hasta 1973 cuando fue totalmente destruida por el fuego, entonces sería reconstruida con madera de roble del siglo XVII comprada en la aldea de Nasal Fanate. El monasterio aparece adornado con numerosos trabajos del artista Samuil Kerestesin que trabajaba la madera creando primorosas obras de arte, una de esas esculturas está considera milagrosa desde 1938.
Hoy el Monasterio de Nicula es uno de los más grandes lugares de peregrinación del centro de Rumania, especialmente los fines de semana cuando se hace prácticamente imposible el acceso a la pequeña construcción, algo realmente inimaginable cuando llega el día de la celebración de la Virgen de Agosto que coincide con la festividad católica. Es una pieza única en el patrimonio de la Iglesia Ortodoxa Rumana y posee una gran belleza que se realza cuando es iluminada por la entrada de la luz solar en el recinto eclesial.
Centenares de reproducciones de este icono existen en el territorio rumano, sobre todo desde que se expandiera el mito de su acción milagrosa; no es difícil encontrar ejemplos de esa imagen en otros centros religiosos e incluso en las vidrieras de Alba Iulia, Fagaras, Scheii Brasov y otras zonas de Transilvania, los iconos y esculturas fueron realizados en el XVII-XVIII. Otra obra del Padre Luca se localiza en el parroquia Ceaca [Condado de Salaj], esta fue restaurada por Andras de Cluj en el XVIII [las caras y manos de la Virgen y el Niño fueron repintadas en esa fecha].
Un grabado de este milagroso icono fue impreso también en el Breviario de Blas en 1751 en donde se recogía “El icono de la Santa Madre de Cristo Sagrado Monasterio de Nicula (Ardeal) fechado entre el 4 y el 15 de febrero de 1699”. Desde entonces millones de fieles lo han contemplado y se ha convertido en un foco de atracción tan grande como otros centros marianos esparcidos por todo el continente europeo.
JUAN FRANCO CRESPO
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