EL MUNDO DEL CÓMIC: EL TRÉBOL DE CUATRO HOJAS

El humor vuelve a los sellos checos, en esta ocasión para un sello acifrado (A), autoadhesivo de uso masivo (serie básica), el primer sello checo sin facial que permite franquear cartas de hasta 50 gramos para el interior del país (actualmente la tarifa es de 10 coronas), este tipo de sellos son de validez permanente y no requiere franqueo adicional cuando se producen los reajustes tarifarios. Fue emitido en carnet de diez ejemplares con la peculiar [y familiar] Fifinka preparándose para tomar su desayuno: café, pastel casero y su sesión de lectura matinal centrada en las recetas de cocina; se trata de un personaje creado por Jaroslav Němecěk que inició su andadura en la revista Čtyřlístek en 1968, el sello comenzó a franquear la correspondencia el 28 de abril de 2010, tamaño 23×31 mm en offset multicolor. En la parte superior izquierda del carnet va un holograma como medida de seguridad y debajo un texto de su creador y su firma. El matasellos de primer día –en forma de trébol- va ilustrado con la simpática y eficiente perrita.

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La pandilla de aventureros de los tebeos checos está formada por cuatro personajes, a la célebre Fifinka, la amable y simpática perrita que se encarga de las tareas caseras y la intendencia para el grupo, le acompaña Myspulin, un ingenioso e inventivo gato, era el cerebro de la pandilla; Bobik, el cerdito fuerte y valiente; Pinda, el tímido y miedoso conejo que, en cierta medida, era fiel reflejo de la época en la que nació en donde la delación y la cárcel era lo habitual entre los que no comulgaban con el régimen totalitario del momento. Nada extraño que Čtyřlístek jugase un papel similar a nuestra añorada “codorniz” en época de Franco. Los personajes rápidamente se hicieron  querer y gozan de muy buena salud, quizá porque se idealizó toda una época y porque marcó un punto de inflexión en la historia checa.

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Němecěk decidió crear la publicación tras su visita a la feria del libro de Munich, hasta entonces se había ganado la vida como ilustrador de cuentos para niños; en la ciudad bávara tuvo en sus manos los tebeos del momento editados con todo lujo y una impresionante variedad de colores que le impactaron tanto que al regresar a su ciudad, dará vida, junto a su esposa, a esos cuatro inseparables amigos que vivían felizmente en un poblado rural. Se inspiró en los personajes de Pif Gadget, todo un mito entre los aficionados, Čtyřlístek es el más popular tras más de cuatro décadas de edición; nació precisamente en uno de los momentos efervescentes en la historia checa: 1968, La Primavera de Praga, entonces los cómics estaban considerados poco menos que dardos envenados provenientes del perverso mundo capitalista.

El éxito no se hizo esperar y el público checo correspondió de manera inmediata a la popularización de este tipo de lectura que atrapa fácilmente a los niños y jóvenes. De hecho, los tebeos son una excelente herramienta para fomentar la lectura entre los más pequeños y, bien hechos, tampoco es una literatura que no atraiga a los adultos. Inicialmente se editaba nueve veces al año y la tirada media era de 100.000 ejemplares, aunque rápidamente superó los 200.000 por número. Hasta hoy goza de una excelente salud y los niños disfrutan del universo, idílico, del grupo de animales que viven en una casa en el poblado de Treskoprsky, donde el gato inventor suele ser el origen de las más trepidantes aventuras, en la ilustración del sobre de primer día, como contrapunto, tenemos la casita del grupo, montañas y el castillo de Bezzub con una estrellada bóveda celeste.

La compañía de los cuatro animalitos no cambió mucho aunque fueron evolucionando a medida que se abría el mercado y se democratizaba la sociedad checa; no es extraño que los encontremos en juegos de ordenador, álbum musical e incluso gocen de una popularidad inusual gracias a internet, quizá el éxito sea [también] producto del célebre distintivo de la publicación: el trébol de cuatro hojas que suele aparecer en la portada.

La edad de oro de la publicación se vivió en la década 1970-80, la generación que hoy tiene más de 40 años la tiene como una cabecera de culto y es sumamente difícil de encontrar en los mercadillos al uso en donde algunos ejemplares alcanzan ya precios verdaderamente prohibitivos. La nostalgia por aquellos años marcó aquella generación que vivió una de las mejores etapas de la historia moderna checa.

En cierta medida su creador también bebe de la obra de Jaroslav Foglar [www.letralia.com/182/articulo07.htm] posiblemente el otro gran autor de este género que merezca la pena citar y que también fue honrado por el servicio postal checo, los interesados en este otro  personaje pueden ir al enlace anterior.

En aquella época la editora, por razones políticas, no podía publicar revistas [la exclusividad era de las organizaciones políticas que dominaban todos los sectores y el panorama cultural checo] y de ahí que no apareciera de manera regular sino a medida que se solucionaban los problemas de logística, sobre todo de papel ya que era un fenómeno editorial y el sistema no veía con buenos ojos tan inusitado éxito, no era fácil conseguir las bobinas para aquellas extraordinarias tiradas y la redacción vivía una frenética carrera ya que cada nuevo número se anunciaba por teléfono.

Fue una época en la que también se produjeron jocosas situaciones, por ejemplo, las autoridades comunistas solicitaron que los personajes vistieran el célebre uniforme de los pioneros, a imitación de los scouts de Foglar. Němecěk salvó la situación haciendo entender a los sesudos políticos del momento, que el “cerdito” vestido con esa guisa, seguramente provocaría no pocas situaciones chocantes y, por lo tanto, sería preferible que no llevara signos externos: de esta manera los personajes se consolidaron y ese intento de dirigir la publicación, ideológicamente, no cuajó.

El denominado noveno arte dispone ya de una serie de autores consagrados y también algunos extranjeros que han sido introducidos en el mercado checo, sobre todo franceses y belgas que disponen de una potente industria especializada y unos personajes que son patrimonio de la literatura infantil y juvenil universal.

Fifinka es, por antonomasia, la heroína de los que sufren, de los perdedores en suma, que buscan consuelo en sus historietas; de ahí que los adultos (y no tan adultos) vuelvan a ellas como válvula de escape a una situación que no pocas veces nos lleva a la desesperación. Nada tiene de extraño que el éxito haya llegado por varios caminos y las reediciones se sucedan con cada nueva generación de lectores. La revolución de 1989 hizo peligrar la vida de la ya histórica cabecera, el tebeo más famoso de la literatura checa, porque entonces muchos checos conocieron otros personajes y las editoriales occidentales, como en tantos otros lugares, intentaron copar el mercado con héroes más o menos extraños al entorno, que ya estaban “amortizados” en sus países de origen, la realidad hizo que el público volviera a sus personajes tradicionales porque eran consustanciales a la propia historia checa y las historietas que les explicaba su creador mucho más asimilables y familiares.

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JUAN FRANCO CRESPO
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