La época de la Ilustración
En el ambiente de pobreza general y atraso de la sociedad gallega, marginada, con un progresivo aumento de la emigración y un elevado índice de analfabetismo, en el siglo XVIII podemos observar una relativa expansión económica, debida a un cierto desarrollo comercial y pesquero, favorecido éste con la llegada de la burguesía catalana, que impulsa la industria conservera, así como una tímida expansión industrial en el sector textil y en el artesanado rural.
La Ilustración fue un movimiento cultural europeo de origen francés (siglo XVIII), que se inspira en el culto a la razón desde la que luchar contra la superstición, las formas religiosas tradicionales y las estructuras sociales y políticas, defendiendo el mercantilismo y la burguesía como motor de las transformaciones económicas y sociales, en una época de ascenso de esta última. Destaca en el interés por la ciencia (física, química, biología, matemáticas…) y en la técnica (minería, metalurgia, explotación agraria…).
Será en ese siglo cuando aparezcan las primeras voces denunciando la situación en que vive Galicia en la sociedad y la cultura. Intelectuales y pensadores protagonizan un movimiento influído por el Racionalismo y la Ilustración que manifiestan la voluntad de aportar soluciones para superar el subdesarrollo económico, social y cultural que vivía Galicia en esa época.
Nacen entonces, instituciones como las «Sociedades económicas de amigos del País», orientadas principalmente a encarar el desarrollo de la economía. Frente al estado de abatimiento cultural y social del gallego en los siglos anteriores, ahora comienzan a aparecer voces que claman contra el proceso de infravaloración del idioma y denuncian que no se utilice en aspectos educativos, religiosos o burocráticos. Afirman el carácter del gallego como lengua descendiente del latín, y no como un dialecto del castellano.
Padre Sarmiento
La personalidad más caracterizada por la defensa del gallego en esta época fue, sin duda, el Padre Sarmiento (1695-1772). Nacido ocasionalmente en Vilafranca do Bierzo, aunque de padres pontevedreses, se ocupó de variados campos del saber, tanto científico, sobre todo en los estudios de la Naturaleza y del fomento de la agricultura, como literario y lingüístico.
Sus trabajos sobre los orígenes del gallego hacen que críticos e historiadores lo consideren un precursor de la moderna filología románica.
Sarmiento critica la castellanización de la Iglesia, la introducción de funcionarios foráneos y la enseñanza de los niños en castellano, convidando a realizarlo en gallego, exponiendo sus ideas al respecto con capacidad analítica y gran convicción.
Otros autores preocupados por la situación del gallego y su reivindicación fueron el Padre Benito Jerónimo Feijoo y Montenegro, considerado un seguidor de las ideas de Fray Sarmiento.
Padre Feijoo
También, caben citar el Padre Sobreira, José Andrés Cornide de Folgueira y Saavedra, y Diego Antonio de Cernadas y Castro (el «cura de Fruíme»), poeta de estilo neoclásico, con parte de su obra escrita en gallego centrada en la defensa de Galicia y de los gallegos frente a ataques externos, siendo en este sentido precursor de buena parte de la poesía del siglo posterior.