Giacomo Antonio Domenico Michele Secondo Maria Puccini, nació el 22 de diciembre de 1858 en Lucca y murió el 29 de noviembre de 1924 en Bruselas, ciudad a la que había sido trasladado para tratarse de un cáncer de garganta: era un fumador empedernido; dejaba inacabada una de sus grandes óperas «Turandot», fue acabada por Franco Alfano. Se le considera uno de los más grandes compositores italianos que supo conjugar, de manera brillante, los estilos y técnicas del genero alemán e italiano., Algunas de sus canciones son consideradas hoy piezas de la cultura popular, sería el caso de «O mio bambino caro» (Giianni Schichi) y «Nessun Dorma» (Turandot).
Su primera pieza apareció en 1877, su primer gran triunfo lo cosechó quince años después: Manon Lescaut (1893) aunque Puccini no sólo nos dejó óperas, también escribió piezas de gran calidad que han sobrevivido a su tiempo.
Criado en una familia de músicos (sus antepasados habían sido los maestros de cámara del Duomo o Iglesia de San Martino [la Catedral de Lucca, ciudad de la Toscana italiana que aún hoy conserva una gran personalidad y monumentales construcciones que nos recuerdan su rico pasado]. Al quedar huérfano a los cinco años fue enviado a estudiar con su tío Fortunato Magi; él mismo fue organista y maestro del coro.
Tras su paso por el Conservatorio de Milán (1880-1883), a donde llegó con una beca y estudió con Antonio Bazzini y Amicalcare Ponchielli, participó en el concurso de una ópera en un acto en 1882, aunque La Villi no ganó, sí se representó en el Teatro dal Verme de Milán (1884), ello le significó un segundo encargo y escribió Edgar (1889) que le reportó una amistad de por vida con Ricordi, uno de los principales editores musicales de su tiempo.
Dicen que su decisión para dedicarse al teatro musical le llegó tras presenciar Aida en Pisa, ciudad a la que se habría desplazado a lomos de una mula en 1876, en este período se producen sus primeras composiciones escritas, entre ellas una cantata (Il figli d’Italia bella, 1877), un motete (Mottetto per San Paolino, 1877), y una Misa de Gloria (1880).
Puccini fue uno de esos hombres míticos en el género y requiere poca documentación por cuanto es un autor sobradamente conocido y estudiado. En su legado artístico queremos destacar su pasión por el exotismo y ello dio lugar a excelentes piezas, entre las que destacan: Turandot [inspirada en China, un reino de sueños y fantasmas], Madama Butterfly [entabló relación con la mujer del embajador japonés para obtener datos sobre el folklore japonés], La fanciulla del West [La chica del Oeste, todo un Western que se adelantó al nacimiento del término en 1910] o La rondine [La golondrina, 1917].
Lógico señalar que tuvo una gran producción y numerosos trabajos inacabados, aunque algunos de ellos no fueron totalmente inútiles por cuanto los reutilizó en posteriores producciones. En realidad, la relación con sus colaboradores más inmediatos no fueron nunca fáciles, sin duda a causa de su fuerte personalidad y los acontecimientos que le fueron sucediendo y marcaron su vida. Sin embargo, resulta un autor difícil de ubicar, se alejó de la época verista y siempre escribió pensando en el público; cuidaba las representaciones, asistía a los ensayos e incluso hacía las giras en donde se representaban sus obras que hoy observamos están asentadas en los repertorios líricos de los teatros de todo el mundo.
Su casa en Torre del Lago, en donde reposa el compositor, su mujer y su hijo, está considerada como el MUSEO PUCCINI que gestiona su nieta Simonetta. Para finalizar, nada mejor que una cita de Filomúsica (28.01.2001): «En erecto, las óperas puccinianas muestran un agudo sentido teatral, su dominio del color, su entendimiento del motivo y su originalidad de la armonía, creando así una coordinación perfecta entre el argumento, la palabra, la música, la acción, el movimiento y el ambiente. Hasta el día de hoy sigue emocionando a los espectadores.»
No ha sido la primera, ni será la última que el compositor italiano es honrado con un sello de correos. Para el 150 aniversario hemos escogido dos: el que le dedicara el Servicio Postal del Principado de Mónaco el pasado 7 de diciembre de 2007, tiene un facial de 1,40€, nos lo muestra de perfil con su firma en diagonal sobre el pecho izquierdo. El diseño fue de Irio Ottavio Fantini [generalmente diseña para el área italiana: Italia, San Marino, Vaticano…], el grabado estuvo a cargo del escandinavo Martin Mörck que lo realizó a dos colores sobre plancha de acero, se imprimió en hojitas minipliego de diez ejemplares.
El italiano vio la luz el 21 de junio de 2008 y muestran el perfil del gran maestro, su facial fue de 1,50€, como fondo un cartel de La Boheme, clave de violín y una rosa. Responsable de esta bella estampilla la afamada Rita Fantini, impreso en hojas de 50 ejemplares tuvo una tirada de tres millones y medio en papel engomado fosforescente en la imprenta IPZS-Roma [equivaldría a nuestra FNMT].
Los interesados en sellos musicales harían bien en visitar la página correspondiente al grupo temático música que suele reflejar [y votar] cada año, todos los sellos que son puestos a la venta por los servicios postales de todo el mundo. A nosotros nos es imposible hacernos eco de la totalidad de las emisiones musicales por lógicas limitaciones de espacio y la característica de la sección filatélica.
http://www.oetp-monaco.com/
http://www.e-filatelia.poste.it/
JUAN FRANCO CRESPO
lacandon999@gmail.com