Natureduca - Portal educativo de ciencia y cultura |
Conservación
ESPACIOS Y PAISAJES NATURALES
El Parque Nacional de Ordesa - 2ª parte
Climatología
a climatología del Parque está determinada por unos largos y fríos inviernos, una distribución de lluvias muy irregular, con un máximo de unos 2.000 litros anuales en las altas cumbres, habitualmente en forma de nieve, y grandes diferencias diurnas de temperatura en el fondo del valle.
Lo escarpado del terreno y la acumulación de nieve hace frecuente la presencia de aludes, cuestión que es preciso tener en cuenta al iniciar el ascenso, principalmente en la ladera norte en determinadas épocas del año.
Flora
Al pasar en su corta extensión de una altura de 1.000 m. a otra de más de 3.000, se dan en este valle todos los tradicionales pisos de vegetación de montaña y de alta montaña. Ello, junto con las vicisitudes geológicas y climáticas por las que ha pasado, determina una espléndida riqueza y variedad de la flora, encontrándose incluso una serie de plantas totalmente endémicas, que no se hallan en ningún otro lugar del mundo y que constituyen los llamados reservorios, como es el caso de la "hierba de la tos" (Ramonda myconi), que logró sobrevivir al período de glaciación.
Las principales asociaciones vegetales existentes en el valle, según los diferentes pisos de vegetación, se distinguen según las siguientes zonas:
Zona alpina y de altas cumbres
En las altas cumbres, por encima de los 2.800 m., cubiertas de nieve la mayor parte del año, la vida vegetal es nula.
Por encima de los 2.000 m. existen extensas praderas de altura. Es el piso alpino, formado por una gran variedad de plantas, como los botones de oro (Ranunculus alpestris), arabides (Arabis ciliata), papamoscas (Silene saxifraga), arenarias (Arenaria ciliata), tréboles (Trifolium alpinum), androsella (Androsace ciliata), nardos (Nardus stricta), lentimos (Geranium cinereus), zarramagas de alta montaña (Erigeron alpina), preseras pirenacias (Galium pyrenaicum), espiguilla alpina (Poa alpina), patas de león o alquémilas (Alchemilla splendens), helecho vejigoso (Cystopteris montana) y varias especies de saxifragas y verónicas.
Alquémilas (Alchemilla
splendens)
Mención especial hay que hacer de una famosa planta de gran significación y simbología, no sólo entre la flora del Parque, sino también para alpinistas y montañeros, y que se encuentra en todas las zonas de umbría por encima de los 1.500 m.: se trata de la edelweiss (Leontopodium alpinum), conocido en el lugar como "flor de nieve" o "flo de nieu".
La flor de nieve (Leontopodium
alpinum), considerada un símbolo del Parque
Zona boscosa y subalpina
Más abajo, en la zona donde terminan los árboles, laderas pedregosas y lugares de suelo poco profundo, se forman grandes y espesas almohadillas de arizón (Genista horrida) que, a veces, pueden penetrar en el sotobosque de la zona más alta en competencia con el boj (Buxus sempervirens). Asimismo, en esta zona límite del bosque de coníferas o zona subalpina, se encuentran, aunque escasas, asociaciones de enebros (Juniperus communis) y brosas (Calluna vulgaris).
En la zona más alta del bosque, principalmente en la ladera sur, a lo largo del sendero denominado Faja de Pelay, se encuentra una asociación característica de pino negro (Pinus mugo uncinata) con rododendros (Rhododendron ferrugineum), ofreciendo sus flores rojas un bello contraste entre el verde de los pinares y el azul del cielo.
Pero la gran masa boscosa del valle está constituida por el pino silvestre o albar (Pinus sylvestris), el árbol más abundante del parque, que cubre densamente ambas laderas, desde la entrada del valle hasta una altura de 1.500 m. Entremezclados con esta especie, se encuentran a menudo abetos (Abies pectinata), tejos (Taxus baccata), robles (Quercus pubescens) y hayas (Fagus silvatica), estas últimas formando a veces asociaciones características de gran belleza, sobre todo en otoño. Junto a estos árboles, el sotobosque está constituido en las zonas de predominio de los pinos por el boj, que alcanza alturas de hasta 3 m., o el escambrón alpino (Rhamnus alpina) y, donde el abeto es predominante, otras especies como la ortiga real (Galeopsis tetra), alfabegas (Stachys alpina), dulciamargas (Solanum dulcamara), orégano (Origanun vulgare), alisos enanos (Globularia nana), acónitos (Aconitum lycoctonun) y flor de lis (Anthericum liliago).
Entremezcladas en el bosque, en algunos claros o junto a los riachuelos que surcan el suelo, crecen plantas de menor porte, como los saucos (Sambucus ebulus), lechetreznas (Euphorbia cyparissias), gencianas (Gentiana campestris) orejas de ratón (Cerastium caepistosum), escabiosas (Scabiosa columbaria), orozuz falso (Astragalus glycyphillus) y crestas de gallo (Rhinanthus major).
Lechetrezna (Euphorbia
cyparissias)
En zonas más sombrías abundan otras plantas características como las plateadas (Potentilla verna), falsas achicorias (Crepis iampsanoides), violetas (Viola sylvatica), campanillas (Campanula rotundifolia), fresas silvestres (Fragaria vesca), frambuesos (Rubus idaeus), belladona (Atropa belladona), serpoles (Thymus serpilium) y culantrillos bastardos (Asplenium trichomanes).
Fresa silvestre en flor (Fragaria
vesca) / Serpol (Thymus
serpilium)
Igualmente, podemos vernos sorprendidos por la presencia, en general en las formaciones de caducifolios, como los hayedos, de algunas orquídeas como la moteada (Orchis maculata).