Conservación
SOSTENIBILIDAD
El desarrollo sostenible - 3ª parte
La revolución agrícola (continuación)
n los países industrializados se produjo una modernización técnica por parte de los agricultores que, combinada con nuevas prácticas y especialización de cultivos, consiguió una considerable mejora en los rendimientos y beneficios. Esto viene dado por las posibilidades no sólo de producción de las tierras, los cuales suelen estar asociadas a buenos suministros de agua y disponibilidad de modernas variedades de plantas o animales, sino también por otros parámetros como infraestructuras mercantiles, carreteras, transportes, puertos y aeropuertos, puntos de mercado próximos a zonas urbanas, instalaciones de manufacturado o procesado de productos agrícolas, y acceso a créditos. No obstante, la modernización agrícola supuso también la pérdida de las granjas tradicionales, donde existía un equilibrio e integración entre cultivo y ganadería muy defendible por su escaso impacto ambiental.
Desde 1960 la revolución verde supuso un gran esfuerzo en el incremento y diversificación de los rendimientos agrícolas en los países más pobres.
El desarrollo de nuevas variedades de cereales adaptables a diferentes latitudes, con capacidad para madurar antes y producir más de una cosecha por temporada, junto con el acceso por parte de los agricultores a equipo, abonos, regadío, pesticidas y créditos, consiguió que en tres décadas se duplicaran los rendimientos de las cosechas, sobre todo de cereales. Muchas de las explotaciones suelen ser monocultivos o ganaderías de una sola especie, ejemplo del arroz, algodón o trigo.
Teniendo en cuenta el índice demográfico se ha observado una mejora significativa en el porcentaje de alimentos producidos per cápita. Esta visión es global, pues en algunas zonas como África se ha producido una inversión, y en realidad existen más de 1000 millones de personas en el mundo cuya dieta es insuficiente, no sólo para que un niño pueda crecer adecuadamente, sino incluso para que los adultos dispongan de las energías mínimas para ejercitar un trabajo y ganarse el sustento propio y de su familia.
Desde 1960 la revolución verde supuso una gran esfuerzo en el incremento y diversificación de los rendimientos agrícolas en los países más pobres
Por su parte, la agricultura de subsistencia y otros sistemas de baja aportación, suelen estar limitados en su rendimiento por diferentes factores. Se trata de áreas cuyas explotaciones se encuentran alejadas de los mercados e infraestructuras de distribución, además de consistir en suelos con grandes problemas para desarrollar cultivos estables, sea por su fragilidad o escasez de regadíos, o por encontrarse situados en tierras de secano, semidesérticas o pantanosas.
En estas zonas los sistemas de cultivo son muy diversos y complejos, y suele abocar a los habitantes a depender de la agricultura propia y los recursos del ambiente salvaje.
Las regiones donde se practica una agricultura de subsistencia y los cultivos son complejos, suelen quedar excluidos de las políticas de desarrollo institucionales
Las políticas de desarrollo institucionales suelen excluir a estas regiones que practican un tipo de agricultura tradicional y de subsistencia, en favor de las tierras de alta producción y rendimiento.