Cocina y gastronomía
UTENSILIOS DE COCINA
Horno microondas - 1ª parte
Introducción
n los hornos de microondas no sólo podrá cocinar gran cantidad de platos diarios, sino que también podrá descongelar y calentar las comidas precocinadas en mucho menos tiempo del que emplearía en un horno tradicional.
Son muy económicos, ya que gastan menos electricidad que los hornos convencionales, y no se consume combustible alguno en el precalentamiento. Además, se producen menos olores y grasa al cocinar con ellos. Su limpieza es muy sencilla, bastando con pasarle un paño húmedo.Hay algunas comidas, sin embargo, que no se pueden hacer en el microondas porque la temperatura de éste es demasiado alta. Entre éstos se incluyen ciertos panes y pasteles, los suflés, los bizcochos, etc. Tampoco se puede cocer un huevo en un microondas, ya que el rápido aumento de presión podría romper la cáscara. Igualmente, algunas comidas se hacen tan rápidamente que no tienen tiempo a dorarse o a ponerse crujientes, auque se puede compensar este inconveniente.
No obstante, a pesar de que en principio no todos los alimentos se pueden cocinar en el microondas, los estudiosos de la cocina con este tipo de horno han ido experimentando e ideando trucos y nuevos métodos para conseguir superar los inconvenientes. Consiga un libro sobre cómo cocinar con microondas, y puede sorprenderse del ingenio desarrollado para sacar el máximo provecho a este gran adelanto de la técnica al servicio de la cocina.
Cómo funciona...
El horno de microondas tiene muy poco en común con el horno tradicional, en realidad sólo se asemejan en que ambos disponen de un espacio cerrado donde cocinar los alimentos, pero en el resto no existe nada que les relacione. Las microondas son ondas de radio de alta energía generadas por un tubo electrónico llamado magnetrón; se denominan así porque su longitud de onda es extremadamente corta; su frecuencia se encuentra en bandas similares a las que utilizan por ejemplo los teléfonos móviles, las emisiones vía satélite, etc.Las ondas de alta energía del magnetrón, guiadas precisamente por un componente electrónico llamado "guía de ondas", penetran en los alimentos calentándolos rápidamente, mientras que el recipiente y el interior del horno permanecen fríos. El método utilizado por las ondas para producir calor es el de la vibración, produciéndose en los alimentos un efecto térmico similar al generado cuando nos frotamos las manos para calentarlas. Cuando las ondas penetran en el alimento lo hacen en ciclos de algunos miles de millones de veces por segundo, haciendo vibrar el agua que contiene las células otras tantas veces por segundo; las vibraciones liberan su energía en forma de intenso calor haciendo que los alimentos se cuezan en su propio jugo. Un plato giratorio hace que el alimento se mueva en círculo, permitiendo que las ondas penetren en las células en ángulos diferentes para así obtener un cocinado homogéneo.
Obviamente, un alimento desecado, o con escasa agua, no puede ser cocinado en un horno microondas, ya que la base para que funcione es el agua contenida en las células. Por eso, las paredes interiores del aparato, el metal, el plato, o cualquier otro recipiente que no se encuentre en contacto directo con el alimento, está siempre frío, ya que sus moléculas no contienen agua.
El aparato microondas está electrónicamente apantallado mediante un habitáculo metálico, técnicamente denominado "Jaula de Faraday", el cual impide que las ondas puedan traspasar sus paredes y alcanzar nuestro cuerpo u objetos próximos que pudieran ser dañados por la radiación. La puerta, aunque es de cristal, tiene en su interior un tramado metálico en forma de red, de tal forma que a través de sus celdillas podemos ver el alimento en su interior, pero es suficientemente tupida como para evitar que las ondas escapen al exterior.