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Cocina y gastronomía
TECNOLOGÍA ALIMENTARIA
La horticultura - 2ª parte
Aspectos científicos
l interés primordial de la horticultura científica es maximizar el rendimiento y obtener productos de superior calidad, y para ello se vale de otras disciplinas científicas, como genética, fisiología, matemáticas, química, física y botánica, y últimamente, de manera especial, la biología aplicada al control de plagas.
Los horticulturistas especializados en genética son los autores de la mayor parte de las mejoras de frutas y hortalizas y se encargan asimismo de obtener nuevas variedades; también desarrollan cepas nuevas de plantas resistentes a las enfermedades y el ataque de los insectos. Los fisiólogos han logrado mejorar la calidad de frutas y hortalizas prolongando su duración en almacén, mejorando las técnicas de multiplicación y controlando malas hierbas, deficiencias nutricionales y magnitud del crecimiento. Los matemáticos evalúan la producción hortícola y, con ayuda de ordenadores, realizan investigaciones de evaluación y compilan registros permanentes de datos.
Las
ciencias aplicadas a la horticultura proveen métodos
interdisciplinares para la obtención del máximo rendimiento y de
productos de superior calidad
Los químicos, en particular los bioquímicos, han profundizado en el conocimiento de los fenómenos de crecimiento de las plantas, y han ayudado a los horticultores a obtener variedades que aprovechan con mayor eficacia el medio. Los bioquímicos, que estudian problemas como rusticidad o resistencia al frío y resistencia a la sequía, contribuyen a desarrollar formas capaces de soportar condiciones medioambientales desfavorables.
Los físicos han aportado la solución a ciertos problemas, como el ángulo de horcadura de los árboles, la forma de arbustos, setos y cortavientos, técnicas de plantación y formas de modificar las plantas para mejorar la resistencia a grandes cargas de nieve y hielo.
Control de plagas
Se engloban en el control de plagas todas aquellas actividades de carácter medioambiental, tendentes a mitigar o reducir los efectos de las plagas de insectos, de las enfermedades que causan en las plantas cultivadas, o las producidas por hongos patógenos. También se consideran aquellas acciones enfocadas a eliminar las hierbas indeseables, o impedir que su desarrollo desmesurado cause estragos en las plantaciones.
En agricultura, las plagas pueden ser causa de
graves daños en las cosechas o destruir toda una
producción. En la imagen, una hoja de trigo
afectada por Erysiphe graminis (oidio de
los cereales)
Hoy en día, la inmensa mayoría de la población mundial depende de los productos agrícolas para su subsistencia, y poco más de una docena de cultivos constituyen alimentos básicos en determinados países. Esto da idea de la importancia de este sector y la necesidad de contar con métodos que garanticen el control de las plagas, al tratarse de una fuente de abastecimiento vital para gran parte de la humanidad.A pesar de todo, más de una tercera parte de las cosechas anuales se pierden en todo el mundo por efecto de las plagas, e incluso llega en ocasiones a suponer la mitad de todas las producciones. Los efectos destructivos comienzan desde el mismo momento de la siembra, continúan durante el desarrollo de las plantas, y van incluso más allá tras la recolección y posterior almacenamiento. Los agentes causantes de los estragos son, fundamentalmente, los insectos, enfermedades por microorganismos, roedores y aves.