Cocina y gastronomía
TECNOLOGÍA ALIMENTARIA
La horticultura - 1ª parte
Introducción
a horticultura (del latín hortus, "jardín, huerto"; cultura, "cultivo"), es la ciencia y arte del cultivo de frutos, hortalizas, flores, arbustos y árboles. El término se utilizaba en la antigüedad para describir la práctica de la jardinería y, por extensión, se aplica ahora al cultivo de las plantas antes empleadas en jardinería.
En cambio, el término agricultura describe formas más abiertas de cultivo, como la producción de cereales a gran escala. Pero las diferencias entre ambos términos se han difuminado, y muchos cultivos considerados antes agronómicos (u hortícolas) se clasifican ahora en cualquiera de los dos apartados en función del uso del producto cultivado. Así, una especie cultivada para el consumo particular puede llamarse hortícola, pero agrícola si se cultiva como forrajera, por ejemplo.
La horticultura incluye el cultivo de frutos (en especial de árboles frutales), práctica también llamada pomología; el de legumbres u olericultura; la producción de flores, llamada floricultura; y, aunque en este sentido apenas se usa, el paisajismo, que engloba el proyecto y mantenimiento de jardines y parques particulares y públicos, de jardines botánicos y de terrenos recreativos, como campos de golf, fútbol y otros deportes.
Aspectos comerciales
Además de las cuatro divisiones citadas, la horticultura se especializa en tres áreas comerciales: viverismo, cultivo y producción de semillas. El viverismo se ocupa de la producción de frutales para los agricultores que los cultivan y de plantas ornamentales, en especial leñosas, para jardinería.
El sector del cultivo suministra plantas anuales, bianuales y perennes a los productores de hortalizas y flores y a los jardineros. El sector semillero produce las semillas necesarias para cultivar flores y hortalizas. Las producción de bulbos, muy importante en los Países Bajos, suele asociarse con las especialidades de cultivo y obtención de semillas.
Selección de semillas para la industria agrícola
La horticultura cobró importancia económica en el siglo XVII, una época en la que el crecimiento de las grandes ciudades hizo inviable para los particulares el cultivo de hortalizas para el consumo personal. Antes de esa fecha eran pocos los productos hortícolas explotados a gran escala: uvas, aceitunas, dátiles, higos y pocos más. Actualmente, las demandas mundiales de productos hortícolas se ha traducido en la especialización de cultivo de muchas especies vegetales, especialmente mediante agricultura intensiva. La mecanización es un elemento prácticamente fundamental en este tipo de agricultura industrial. No obstante, la agricultura extensiva, más respetuosa con el medio ambiente, tiene cada vez más popularidad, especialmente desde la primera década de este nuevo siglo XI, tras los graves problemas sanitarios surgidos con enfermedades del tipo esponjiforme bobino, más conocido como "mal de las vacas locas".
La mecanización es un
elemento prácticamente imprescindible en la
agricultura industrial
Los países con un sector hortícola más avanzado son los Países Bajos, Alemania, Francia, Bélgica y Gran Bretaña en Europa, Estados Unidos en América del Norte, Argentina y Brasil en América del Sur, Suráfrica y, en Australasia, Australia, Tasmania y Nueva Zelanda. En épocas recientes, Japón, China y los países integrados en la antigua Unión Soviética han aumentado su producción hortícola. Incluso productos cultivados desde la antigüedad, como el café, el té, el plátano o la vainilla, se explotan en la actualidad con técnicas hortícolas modernas.