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Dátiles

os dátiles frescos tienen un color marrón oscuro y una carne fibrosa, también de color marrón y muy sabrosa. Se encuentran durante todo el año pero, al contrario de la mayoría de las frutas con hueso, son más abundantes en invierno.

Al comprarlos, escoja las piezas brillantes, blandas al tacto pero no pegajosas. Una vez envueltos se pueden conservar hasta 4 días en el compartimento de frutas de la nevera.

Para prepararlos, si tienen la piel muy dura será preciso quitársela antes de consumirlos. Para ello haga una hendidura en el extremo del tallo con un cuchillo afilado y presione el dátil hacia afuera. Los dátiles frescos se sirven como postre, pero también se pueden usar en muchas recetas en vez de otros frutos secos.

Nectarinas

Las nectarinas se encuentran sobre todo en verano y otoño. Son los frutos de un híbrido de ciruela y melocotón y tienen una piel suave de color rojo, en vez de la amarilla, aterciopelada, del melocotón. Para prepararlas, siga el mismo procedimiento que para los melocotones.

Melocotones

Los melocotones de buena calidad tienen una carne prieta pero jugosa, cubierta por una piel vellosa, aterciopelada. Los melocotones se dividen en dos grupos: los que tienen el hueso libre y los que lo tienen unido a la carne. Al comprarlos, elija piezas firmes, pero que cedan un poquito al apretarlas. No deben contener manchas verdes por falta de maduración ni partes blandas o golpeadas.

Para conservarlos: en principio consúmalos preferiblemente entre las 24 y 48 horas siguientes a la compra, de no ser así envuélvalos ligeramente y guárdelos en el compartimento de frutas y verduras de la nevera. Se conservan frescos hasta 72 horas, dependiendo de su madurez.

Consuma los melocotones crudos, como postre, o en una ensalada de frutas. Para pelarlos sumérjalos en agua hirviendo durante 1 minuto y después la piel saldrá con toda facilidad. Los melocotones pueden servirse asados en el grill, fritos en mantequilla, en tartas de varios tipos, en mousses, helados y soufflés, o también en postres ya clásicos, como el melocotón Melba con helado y salsa de frambuesas. También puede conservarse en brandy o cocinarse con vino. En el caso de platos salados, sírvalos con carnes del tipo del pavo o el jamón asado. También combina perfectamente en algunas ensaladas, cortados en rodajitas.

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